El enigma de ¡°esa t¨ªa¡± de internet
Nos encanta fantasear en las redes con el material del que est¨¢n hechas las chicas que se sienten mejores, pero la aut¨¦ntica revoluci¨®n pasa por ser igual de mediocres
Algunos ejemplos aleatorios de lo que es ¡°ser una t¨ªa chul¨ªsima¡± en Twitter: Samantha Hudson camino al juzgado mientras suena de fondo La ZowI. Las plataformas, los ombligos al aire y los selfis sugerentes en el espejo. Julia Ducournau, directora de Titane. Grabarse cantando ¡±Saoko, papi, saoko¡±. Valle de Compa?eros. Los eyeliners exagerados y todo el vestuario de las chicas del instituto de Euphoria. La poeta y actriz Juana Dolores. En un mundo de barbies, una tia chul¨ªsima es la mu?eca Bratz. La de los aros rizados antes que el anillo de castidad.
Me encantar¨ªa ser una chica misteriosa e intrigante pero soy una t¨ªa chul¨ªsima que no se puede callar la pu?etera boca
— alanis rigoteta fan era (@BubbleFem) September 4, 2021
M¨¢s que una definici¨®n r¨ªgida, en las redes ¡°ser una t¨ªa chul¨ªsima¡± es una vibraci¨®n. La fantas¨ªa de ser la m¨¢s guapa, la m¨¢s viva y con m¨¢s poder¨ªo: la mejor. Ahora que el elogio hiperb¨®lico entre mujeres es una muleta de apoyo en la conversaci¨®n digital, cuando desde otros rincones nos coreamos sin descanso lo de ¡±titanas¡±, ¡±crackesas¡± o ¡±menudas reinas¡±, ser ¡°la t¨ªa chul¨ªsima¡± es un ideal de emancipaci¨®n, como si todos pudieran desearnos en nuestra mejor versi¨®n.
En internet nos encanta especular con el material del que est¨¢n hechas esas t¨ªas que se sienten mejores. Desde TikTok, las nacidas m¨¢s all¨¢ de 2000 se obsesionaron hace poco con descuartizar la esencia de lo que implicaba ser ¡°that girl¡± (¡±esa chica¡±). En la esfera del ensimismamiento, ¡°ser esa chica¡± se convirti¨®, durante el rato que duran las obsesiones en la Red, en una cascada de v¨ªdeos que veneraban la optimizaci¨®n femenina, blanca y acomodada. All¨ª, ¡°esa chica¡± era la que se levanta cada d¨ªa a las 5.30, la que siempre est¨¢ de buen humor porque medita y hace deporte, la que cuenta sus pasos, sabe que el ¨¢cido hialur¨®nico va antes que la hidratante en el rostro y come tan sano que roza el trastorno alimentario. M¨¢s que una fantas¨ªa de idealizaci¨®n, aquello sonaba a pel¨ªcula de terror.
Me molesta ver a t¨ªas chul¨ªsimas sufriendo por t¨ªos bastante menos chulos que no las quieren y m¨¢s todav¨ªa me molesta ser esa t¨ªa chul¨ªsima.
— Dari (@leslieyyyy) November 29, 2021
Esas chavalas que se cre¨ªan tan modernas, tan ¡°jefas¡± de su tiempo, no estaban tan lejos de convertirse en ese espejismo de mujer adulta que tan bien argument¨® la escritora Virginie Despentes en una frase largu¨ªsima pero sin desperdicio alguno en Teor¨ªa King Kong: ¡°El ideal de la mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demasiado ¨¦xito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentaci¨®n, que parece indefinidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirug¨ªa est¨¦tica, madre realizada pero no desbordada por los pa?ales y por las tareas del colegio, buena ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deber¨ªamos hacer el esfuerzo de parecernos, aparte del hecho de que parece romperse la crisma por poca cosa, nunca me la he encontrado en ninguna parte. Es posible incluso que no exista¡±.
Alivia pensar que en la ficci¨®n televisiva se lleva una d¨¦cada ensalzando y visibilizando a las que s¨ª existen. En el reciente ensayo Por qu¨¦ amamos a las mujeres borrachas, vagas y pobres de la televisi¨®n, Sarah Hagelin y Gillian Silverman han investigado c¨®mo las tramas de las series que m¨¢s triunfan ya no son las que se centran en las cumplidoras que sue?an con ser las mejores (desde Monica Geller de Friends a Murphy Brown), sino las que empatizan con hero¨ªnas disfuncionales, err¨¢ticas y altamente identificables, como las de Fleabag, Insecure o Mare of Easttown. ¡°En un tiempo en el que se espera que las mujeres mantengan el orden en una econom¨ªa incierta, la hero¨ªna impropia es un recordatorio de que las mujeres no necesitan ser responsables, no tienen por qu¨¦ superarse o ser productivas para ser valoradas¡±, sentencian. Un recordatorio de que, cuando se nos empuja a sostener el mundo, pero siempre desde la excelencia, la revoluci¨®n de ¡°esa t¨ªa¡± no ser¨¢ la de ser la m¨¢s capaz y eficiente, sino poder ser igual de mediocre.
todos los dias no se puede ser una t¨ªa chulisima y no pasa nada
— rous? (@_rosaa01) February 18, 2022
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.