Los perros son Viernes
Confieso que me da grima ver tratar a los canes como beb¨¦s, como hijos, a pesar de que pueda entender que la reproducci¨®n no est¨¢ ya al alcance de cualquiera
Hace a?os me impresion¨® observar el lugar que ocupaban los perros en la ciudad de Nueva York: ten¨ªan sus propias peluquer¨ªas, salones de manicura, guarder¨ªas, paseadores, tiendas de ropa. Me dio la risa al ver a una se?ora paseando a su caniche en un cochecito que parec¨ªa de beb¨¦. Pens¨¦: est¨¢n locos estos neoyorquinos. Y ahora veo la misma estampa en mi barrio de Barcelona. Sudaderas con capucha, comida ecol¨®gica, galletas en forma de boller¨ªa, collares caros, psic¨®logos y un largo etc¨¦tera de incre¨ªbles productos y servicios para perros. Dudo mucho de que los pobres animales hayan solicitado todos estos gastos, pero imagino que detr¨¢s de toda esta oferta habr¨¢ un negocio de lo m¨¢s lucrativo por absurdo que sea. Colmadas las necesidades consumistas del amo, habr¨¢ que hacerlas extensivas a su compa?ero. Ya lo dec¨ªa mi suegra, que en otra vida quer¨ªa nacer perro de familia de clase media y lo mismo cantaba Rigoberta Bandini en pleno confinamiento. Qu¨¦ vida tan distinta a la del perro de mis abuelos: atado a una cuerda fuera de la casa y aliment¨¢ndose de las sobras que le tir¨¢bamos.
Dice mucho de nuestro compromiso ¨¦tico con lo que nos rodea tratar bien a los animales, pero humanizarlos hasta el punto de defender que no hay una frontera entre ellos y nosotros es algo que tendr¨ªamos que tomar como s¨ªntoma de los niveles de locura colectiva a los que estamos llegando. Sobre todo, si tenemos en cuenta los niveles de bestializaci¨®n a los que estamos sometiendo a muchos de nuestros cong¨¦neres. Pero ellos no hacen da?o, suelen defender los defensores de este discurso. S¨ª, claro, un ser inferior en inteligencia, con quien estableces una comunicaci¨®n rudimentaria porque no ten¨¦is un lenguaje com¨²n siempre ser¨¢ m¨¢s d¨®cil, m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s asequible emocionalmente que un individuo con nombre y apellidos, personalidad, altibajos y malentendidos. Los humanos y sus contingencias requieren a veces tanto esfuerzo que dan ganas de exiliarte de tu propia especie.
Confieso que me da grima ver tratar a los perros como beb¨¦s, como hijos, a pesar de que pueda entender que la reproducci¨®n no est¨¢ ya al alcance de cualquiera. En realidad el lugar que ocupan en esta sociedad da cuenta del aislamiento y la soledad no escogidos. Muchos de sus amos son robinsones proyectando en ellos el Viernes que necesitan o Tom Hanks hablando con su pelota Wilson.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.