Ucrania: La m¨¢quina de matar
La memoria del Holodomor, la hambruna en el pa¨ªs en los a?os treinta, ayud¨® a construir una identidad nacional tras la independencia. Para neutralizarla, la autocracia rusa puso en marcha una batalla cultural
Cuerpos sin vida en calles en blanco y negro, seres que deambulan mendigando con la mirada porque tienen el cuerpo agonizante. Como una pintura negra de un campo de concentraci¨®n. Hay quien a¨²n los contempla, ni?os incluidos, pero en alg¨²n caso los transe¨²ntes ya ni se fijan en los cad¨¢veres. En 1933, Alexander Wienerberger tom¨® las fotograf¨ªas. Hac¨ªa a?os que este qu¨ªmico nacido en Viena trabajaba en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y no se ahorr¨® un per¨ªodo de encarcelamiento, acusado de sabotaje por usar un pasaporte falso en su af¨¢n por marcharse del pa¨ªs. Ascendi¨® r¨¢pido en su industria y lo destinaron a Jarkov, donde nada m¨¢s llegar ya pudo contemplar la realidad dantesca. Con una c¨¢mara Leica hizo una serie de fotograf¨ªas para documentar las devastadoras consecuencias de la hambruna impuesta por la m¨¢quina de matar de Stalin con absoluta crueldad. Millones de muertos.
Pero la cr¨®nica de ese genocidio deb¨ªa quedar sepultada, sin testimonios que pudieran contarlo ni documentos que certificasen lo ocurrido. Precisamente por ello esas fotograf¨ªas preservan tanta trascendencia hist¨®rica, tanta carga de insoportable verdad. Wienerberger las sac¨® de Ucrania de contrabando y, ya en Austria, le hizo llegar dos docenas al cardenal Innitzet; los originales se conservan en el archivo de la di¨®cesis de Viena. Son las ¨²nicas im¨¢genes de ¨¦poca que muestran la existencia de las v¨ªctimas de la hambruna.
La memoria del Holodomor ¡ªen ucranio, ¡°matar de hambre¡±¡ª ha estado en disputa durante los ¨²ltimos a?os porque oper¨® como uno de los episodios fundacionales para la construcci¨®n de una identidad nacional ucrania proyectada hacia Europa tras la independencia del pa¨ªs. En esta clave debe interpretarse desde la aprobaci¨®n de legislaci¨®n hasta la creaci¨®n de museos, la campa?a internacional para que fuese reconocido como genocidio o, en 2017, el impulso de Hambruna roja, de Anne Applebaum. Para neutralizar ese ejercicio de nacionalizaci¨®n del pasado, la autocracia rusa pronto puso en marcha una batalla cultural que, a trav¨¦s de un burdo discurso hist¨®rico generosamente financiado, ha defendido que la hambruna no fue solo una cuesti¨®n ucrania, sino que afect¨® tambi¨¦n a diversos territorios de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ese discurso revisionista, al mismo tiempo, enfatiza la existencia de una historia com¨²n entre Rusia y Ucrania, como el tirano Vlad¨ªmir Putin ha reiterado en diversas ocasiones. Para legitimarse, adem¨¢s de la fuerza, el poder usa como herramienta el relato del pasado como propaganda. No defender el relato m¨¢s veraz, elaborado con rigor, es dar el poder por perdido. Orwell, claro: ¡°Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlar¨¢ el futuro¡±
Tras tomar posesi¨®n de la presidencia de Ucrania, Viktor Yanuk¨®vich elimin¨® el link que enlazaba la web presidencial con la p¨¢gina oficial del Holodomor. Tras haber sido derrocado, en 2014 Yanukovich se traslad¨® a Jarkov y, como contaba el jueves Andrew Higgins en The New York Times, all¨ª se celebr¨® un congreso donde se elaboraron los t¨®picos que Putin y sus medios repiten para justificar la ocupaci¨®n, desde la afirmaci¨®n de que Ucrania estaba controlada por neonazis o que los hablantes rusos estaban en peligro hasta que la soberan¨ªa del pa¨ªs que ahora ha invadido solo pod¨ªa explicarse como una injerencia de las potencias enemigas y extranjeras. En el verano de 2015, en una poblaci¨®n de la zona de Donetsk ¡ªcuya independencia Putin reconoci¨® hace pocos d¨ªas¡ª, se decidi¨® desmantelar el Memorial a las V¨ªctimas de la Represi¨®n Pol¨ªtica y el Holodomor. El diputado prorruso Valery Skorokhodov afirm¨® que el objetivo era el ¡°restablecimiento de la justicia hist¨®rica¡±. Ese verano, la periodista Ekaterina Blinova, del canal de noticias oficial Sputnik, publicaba un art¨ªculo defendiendo que ese presunto genocidio era un mito falso, urdido contra Stalin por Estados Unidos durante la Guerra Fr¨ªa. Basta.
En 1942, se public¨® el primer estudio cuantificando los muertos provocados por la hambruna. Al lado de los fr¨ªos datos, un poema como esas fotos: ¡°Todo ha desaparecido bajo el hambriento fuego. / Las madres devoran a sus hijos, / hay locos que venden carne humana / en los mercados¡±.
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