El ¡®esquizofascismo¡¯ de Adolf Putin
Hay una operaci¨®n en marcha hace a?os para destruir la capacidad cr¨ªtica reforzando el orgullo nacional humillado desde el exterior
?C¨®mo denominar a los fascistas m¨¢s peligrosos cuando se oponen a sus enemigos estigmatiz¨¢ndoles como fascistas? Una posibilidad es llamarlos esquizofascistas. El concepto no es m¨ªo. El historiador Timothy Snyder lo utiliz¨® en su ensayo El camino hacia la no libertad, de 2018. All¨ª lo aplicaba ya a Vlad¨ªmir Putin. Es una patolog¨ªa ideol¨®gica que el poder pol¨ªtico ruso propaga entre la mayor¨ªa de su poblaci¨®n para imponer su tiran¨ªa cleptocr¨¢tica y justificar ahora una guerra cuyo nombre no puede ser pronunciado. Hace a?os que la operaci¨®n est¨¢ en marcha y su pretensi¨®n ha sido configurar identidad para destruir capacidad cr¨ªtica reforzando el orgullo nacional humillado contrapuesto a un fantasmag¨®rico enemigo exterior. Una regresi¨®n cultural en toda regla. Empieza por la reescritura de los manuales escolares, pasa por la actividad de intelectuales org¨¢nicos del r¨¦gimen y llega hasta la pr¨¢ctica exterminaci¨®n del pluralismo informativo, una din¨¢mica de represi¨®n period¨ªstica que va del asedio legal (las acusaciones de agentes extranjeros) al encarcelamiento arbitrario (el caso Alex¨¦i Navalni) y hasta el asesinato (no olvidar a Anna Politk¨®vskaya).
La tarde del viernes el esquizofascismo se despleg¨® en Mosc¨² de manera total. Con el pretexto de la conmemoraci¨®n de la anexi¨®n ilegal de Crimea en 2014, el Kremlin organiz¨® un acto de masas en el gran estadio deportivo del complejo ol¨ªmpico de Loujniki ¨Ddonde en 2018 se jug¨® la final del Mundial de f¨²tbol (los rublos, los oligarcas, el f¨²tbol)¨D. El estadio lo llenaron 80.000 personas y en sus alrededores miles de personas m¨¢s segu¨ªan el desarrollo del espect¨¢culo a trav¨¦s de pantallas gigantes o atentos a las intervenciones en escenarios complementarios; muchos de los asistentes, seg¨²n periodistas occidentales, acud¨ªan obligados. El acto, desde un punto de vista est¨¦tico, parec¨ªa un cruce entre una performance ideada por una Leni Riefenstahl kitsch y un festival de Eurovisi¨®n con exaltaci¨®n militar. Los encargados de presentar a Putin llevaban cosida en la ropa una Z, el s¨ªmbolo de apoyo al Ej¨¦rcito invasor. Y en la intervenci¨®n del presidente ¨Del d¨ªa despu¨¦s de proclamar ¡°la necesaria y natural autopurificaci¨®n de la sociedad¡±, como Hitler se?alando a los jud¨ªos¨D, justific¨® la guerra como una acci¨®n para impedir un genocidio.
Naturalmente, el festival se retransmiti¨® por las televisiones p¨²blicas, pero un fallo cort¨® el discurso de Putin. De repente, los telespectadores vieron en otro escenario del mismo estadio a Oleg Gazm¨¢nov, estrella viejuna que tiene prohibida la entrada en varios pa¨ªses que fueron sat¨¦lites sovi¨¦ticos y que cant¨® uno de sus temas estrella: Sdelan v SSSR (¡°Nacido en la URSS¡±). Este hit de 2005 es una respuesta hortera al Born in the USA, es un canto de nostalgia por las glorias del pasado (incluidas iglesias en ruinas o trenes, Lenin y Stalin) y es una declaraci¨®n imperialista que proclama la unidad de todos los pa¨ªses que formaron parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los j¨®venes con la bandera rusa pintada en los mofletes lo coreaban.
El mensaje de la canci¨®n es inequ¨ªvoco: ¡°Pueblos de la misma sangre corresponden a una patria com¨²n¡±, para decirlo con una cita del Mein Kampf. Es la misma idea del breve tratado hist¨®rico, paranoico, Sobre la unidad hist¨®rica de rusos y ucranios firmado por Putin. ¡°Nuestro parentesco se ha transmitido de generaci¨®n en generaci¨®n. Est¨¢ en los corazones y la memoria de las personas que viven en la Rusia moderna y Ucrania, en los lazos de sangre que unen a millones de nuestras familias. Juntos siempre hemos sido y seremos muchas veces m¨¢s fuertes y exitosos. Porque somos un solo pueblo¡±. El verano de 2021 los miembros de las Fuerzas Armadas rusas recibieron el texto. Es un ejemplo perfecto, seg¨²n Snyder, de historia fascista. Pero la paradoja es que esa narrativa, a trav¨¦s de la desinformaci¨®n, parece hegem¨®nica, proclama que los fascistas mandan en Ucrania y deben ser exterminados. El padre de un soldado ruso fallecido en combate as¨ª lo proclam¨® en ese acto: ¡°Debemos terminar lo que comenzamos y liberar nuestra tierra del fascismo¡±. Es la mentira esquizofascista de Adolf Putin.
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