Monopolios digitales
La nueva legislaci¨®n europea frena el dominio de los gigantes tecnol¨®gicos y favorece un ecosistema m¨¢s competitivo
En un diagn¨®stico ya t¨®pico, suele decirse que Estados Unidos patenta, China fabrica y Europa regula. Para los dos superpoderes los tiempos est¨¢n cambiando, pero Europa sigue estando a la cola en producci¨®n y a la cabeza en legislaci¨®n. El pasado 25 de marzo, el Consejo y el Parlamento Europeo acordaron aprobar finalmente la Ley de Mercados Digitales (LMD), una legislaci¨®n pionera cuyo prop¨®sito declarado es acabar con el dominio de los llamados ¡°guardianes de acceso¡± y crear un ecosistema econ¨®mico m¨¢s equitativo y competitivo donde puedan prosperar nuevas especies innovadoras y una nueva generaci¨®n de empresas tecnol¨®gicas europeas. Si se impone de forma eficiente, es de esperar que se contagie a otros pa¨ªses, como ha ocurrido con el Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (GDPR).
Los guardianes de acceso son compa?¨ªas que prestan ¡°servicios de plataforma central¡± como redes sociales, navegadores, tiendas de aplicaciones o motores de b¨²squeda, con una capitalizaci¨®n de mercado superior a los 75.000 millones de euros y al menos 45 millones de usuarios mensuales finales. Por primera vez se dirige la regulaci¨®n de forma espec¨ªfica a empresas como Meta (la nueva marca de Facebook), Google, Apple o Amazon y Alibaba y se deja fuera a otras estructuralmente menores que operan en el mismo ecosistema digital para evitar su ¡°sobrerregulaci¨®n¡±. Seg¨²n explic¨® el eurodiputado Andreas Schwab, principal negociador del Parlamento Europeo para la LMD, ¡°los desarrolladores de aplicaciones obtendr¨¢n oportunidades completamente nuevas, las peque?as empresas tendr¨¢n m¨¢s acceso a datos relevantes para el negocio y el mercado de publicidad en l¨ªnea ser¨¢ m¨¢s justo¡±. Las grandes tecnol¨®gicas ¡°tendr¨¢n que demostrar que permiten que haya competencia justa en internet¡±.
En primer lugar, el requisito de interoperatividad obligar¨¢ a los servicios de mensajer¨ªa a compatibilizar sus servicios con los de su peque?a competencia. Por ejemplo, los usuarios de WhatsApp o iMessage tendr¨¢n que poder enviar mensajes o hacer videollamadas con los de otras aplicaciones de mensajer¨ªa. Segundo, los guardianes ya no podr¨¢n reutilizar los datos personales recabados durante la prestaci¨®n de un servicio para ofrecer otro ni para hacer campa?as segmentadas de publicidad personalizada sin obtener el consentimiento expl¨ªcito del usuario.
En internet, el consentimiento est¨¢ intr¨ªnsecamente vinculado a las cookies, un c¨®digo que se instala en nuestro navegador y permite acceder a los datos de nuestros dispositivos para registrar lo que hacemos, pinchamos o leemos. La GDPR que entr¨® en vigor en 2018 impuso la obligaci¨®n de informar al usuario de forma expl¨ªcita sobre los fines de las cookies para que pudiera aceptar su funci¨®n y destino. La nueva ley impone que rechazar las cookies sea exactamente igual de sencillo que aceptarlas, y que rechazar las cookies no podr¨¢ bloquear el acceso a la informaci¨®n.
Finalmente, la nueva ley propone restringir las ¡°adquisiciones asesinas¡±, que son la clase de adquisiciones de rivales m¨¢s peque?os para evitar su competencia, como Facebook cuando compr¨® Instagram y WhatsApp. Se contemplan sanciones de hasta el 10% de su volumen de negocios mundial en el ejercicio anterior, o hasta del 20% en caso de reincidencia. En definitiva, se trata de disponer de una legislaci¨®n que pueda abrir un escenario digital menos controlado por los grandes monopolios.
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