Opositar con precisi¨®n
Sin duda, los populares intentar¨¢n centrarse en los temas de gesti¨®n, en los que su candidato puede tener mejor imagen para confrontar con el Gobierno, pero Vox querr¨¢ arrastrarle tambi¨¦n a mojarse en aquellas cuestiones con las que rompe los consensos
Unas primarias sin competencia se conocen de manera coloquial como ¡°coronaci¨®n¡± y oficialmente la de Alberto N¨²?ez Feij¨®o ya ha tenido lugar. Tenemos nuevo l¨ªder en el primer partido de la oposici¨®n. Ahora bien, ni siquiera los reyes absolutos concentraron tanto el poder como presum¨ªan y aqu¨ª ocurre algo similar. Aunque Feij¨®o se haya rodeado de sus fieles, los barones territoriales fueron claves para la ca¨ªda de Pablo Casado. Normal, por tanto, que el Congreso de Sevilla haya escenificado un acuerdo de paz por territorios, incluyendo en la Comunidad de Madrid. Ayuso ya tiene asegurado el control del aparato auton¨®mico que otros le negaban.
Con las elecciones auton¨®micas y locales a la vuelta de la esquina, el primer test de la nueva direcci¨®n ser¨¢ Andaluc¨ªa. El resultado que obtengan all¨ª marcar¨¢ la viabilidad de la estrategia dise?ada por los conservadores: crecer hacia el centro, recogiendo el descontento con la gesti¨®n del gobierno (en especial en econom¨ªa), y dejar a Vox su flanco derecho. Es decir, intentar ensanchar su bloque para acercarse el m¨¢ximo posible a la mayor¨ªa absoluta, asumiendo, eso s¨ª, el hecho inevitable de que tendr¨¢n que gobernar juntos.
El liderazgo al frente del PP importa, pero en ning¨²n caso reemplaza el dilema estructural de la fragmentaci¨®n de su espacio. La direcci¨®n anterior aspiraba a moverse en dos pasos; aniquilar a Ciudadanos y luego girarse hacia Vox. Sin embargo, la extrema derecha tiene una enorme capacidad de irradiaci¨®n e intentar ignorarla jam¨¢s le dio resultado ?Qu¨¦ har¨¢ la direcci¨®n actual? ?Confronta la tesis de la ¡°manta demasiado corta¡± que implica que taparse la cabeza destapa los pies? ?Puede aspirar al voto moderado sin dejar m¨¢s terreno a Vox?
La inercia muchas veces es poderosa. En general, la mayor¨ªa de los partidos conservadores en Europa terminan adoptando discursos contemporizadores con la extrema derecha, por ejemplo, en temas migratorios. Es m¨¢s, en lugares como Francia o Dinamarca los propios socialdem¨®cratas han terminado en posiciones asimilables. A veces los partidos cl¨¢sicos piensan que as¨ª asfixian su crecimiento, otras veces son l¨®gicas de competencias por el liderazgo interno lo que los termina extremando. Ahora bien, rara vez da resultados en t¨¦rminos de votos y con frecuencia es hasta contraproducente.
Ante este dilema, es previsible que haya tensi¨®n en la frontera dial¨¦ctica y electoral entre Vox y PP: la bolsa de indecisos compartidos a¨²n es grande. De momento los populares parten con la ventaja de que Feij¨®o es la novedad y probablemente mejore en los sondeos. Sin duda intentar¨¢n centrarse en los temas de gesti¨®n, en los que su candidato puede tener mejor imagen para confrontar con el Gobierno, pero Vox querr¨¢ arrastrarle tambi¨¦n a mojarse en aquellas cuestiones con las que rompe los consensos. La izquierda, que insistir¨¢ en estos compa?eros de viaje, tampoco se lo pondr¨¢ f¨¢cil. Cuadrar este c¨ªrculo y tener voz propia es el desaf¨ªo de un opositor de precisi¨®n.
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