Cuando ese alguien es m¨¢s de uno
La crisis de espionaje, guste o no, pone de manifiesto cierto caos organizativo en la estructura de Gobierno que deber¨ªa l¨®gicamente corregirse si, como se afirma, se est¨¢ dispuesto a agotar la legislatura
La crisis pol¨ªtica provocada por el espionaje a pol¨ªticos catalanes por parte del CNI, sumada al desconcierto creado por el propio Gobierno al dar a conocer el espionaje al presidente y a la ministra de Defensa, me ha tra¨ªdo a la memoria un pasaje recogido en el libro Una tierra prometida (Debate, 2020) que contiene las memorias de Barack Obama. Se trata de la primera conversaci¨®n que el presidente de Estados Unidos mantuvo en el despacho oval con Robert Gates. El primero le requiri¨® a su interlocutor un consejo de utilidad para la gesti¨®n del poder Ejecutivo y quien fuera secretario de Defensa (2006-2011) y director de la Agencia Central de Inteligencia (1991-1993) le contest¨® as¨ª: ¡°Solo hay una cosa que puede dar por segura, se?or presidente. Cualquier d¨ªa, en cualquier momento dado, alguien, en alg¨²n lugar, la est¨¢ jodiendo¡±. El mensaje no resulta muy sofisticado, pero entiendo que describe bien la realidad a la que se enfrentan quienes tienen que dirigir un pa¨ªs. Y creo que es precisamente esto lo que ha ocurrido en Espa?a.
En el caso que nos ocupa ese ¡°alguien¡± es m¨¢s de uno. Veamos. Al parecer alguien, en alg¨²n momento y en alg¨²n lugar, tom¨® la decisi¨®n de espiar con autorizaci¨®n judicial a pol¨ªticos empe?ados en llevar a cabo sus proyectos con m¨¦todos contrarios a la ley, pero qui¨¦n sabe si ese alguien no supo parar a tiempo cuando la amenaza al Estado hab¨ªa dejado de serlo y la independencia de Catalu?a, en realidad, no iba m¨¢s all¨¢ de una performance. Otro alguien, que todav¨ªa no conocemos, debi¨® de decidir que tambi¨¦n necesitaban espiar a m¨¢s gente, aunque todav¨ªa nadie haya explicado si es realmente as¨ª y si, en ese caso, se hizo con autorizaci¨®n judicial. Y otro alguien m¨¢s, vete t¨² a saber cu¨¢ndo y c¨®mo, pens¨® que quiz¨¢s no estar¨ªa de m¨¢s dar a conocer urbi et orbe que tambi¨¦n los miembros del Gobierno hab¨ªan sido espiados desde no se sabe d¨®nde ni con qu¨¦ pretensi¨®n. En suma, todo invita a pensar que en Espa?a hay m¨¢s de uno decidido firmemente a joderla.
La situaci¨®n resulta tan compleja y la crisis ha adquirido tal gravedad que ya solo el presidente del Gobierno puede resolverla. Hacerlo no pasa solo por asumir la responsabilidad en t¨¦rminos de ceses o dimisiones m¨¢s o menos vistosas. Las peticiones de desclasificaci¨®n de documentos pueden ser pertinentes, pero poco contribuir¨¢n en t¨¦rminos de lecciones aprendidas. La crisis vivida, guste o no, pone de manifiesto cierto caos organizativo en la estructura de Gobierno que deber¨ªa l¨®gicamente corregirse si, como se afirma, se est¨¢ dispuesto a agotar la legislatura. Adem¨¢s de amarrar los apoyos parlamentarios reconstruyendo la confianza con los socios, parece igualmente imprescindible (y urgente) afrontar un refuerzo de la estructura y funcionamiento del Gobierno encaminada a dotar de m¨¢s capacidad y control sobre la siempre dif¨ªcil tarea de gestionar las estructuras del Estado. Por lo dem¨¢s, feliz d¨ªa de Europa.
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