Ulises y Afrodita
Necesitamos ser polite¨ªstas, pero eso es complicado si, como ocurre ahora, el culto a una divinidad se solapa con una ideolog¨ªa
Los dioses cl¨¢sicos de la democracia moderna son Ulises y Afrodita. Ulises, el legendario h¨¦roe que se at¨® al m¨¢stil del barco para resistir el canto de las sirenas y no precipitarse al mar, simboliza el control constitucional de los gobernantes. Las cuerdas de la Ley Fundamental reducen la movilidad del Ejecutivo, pero son beneficiosas. Afrodita, la diosa del amor, representa la pasi¨®n desatada de la mayor¨ªa popular. Tan inestable era visto el erotismo por los griegos que, seg¨²n se dice, los jura...
Los dioses cl¨¢sicos de la democracia moderna son Ulises y Afrodita. Ulises, el legendario h¨¦roe que se at¨® al m¨¢stil del barco para resistir el canto de las sirenas y no precipitarse al mar, simboliza el control constitucional de los gobernantes. Las cuerdas de la Ley Fundamental reducen la movilidad del Ejecutivo, pero son beneficiosas. Afrodita, la diosa del amor, representa la pasi¨®n desatada de la mayor¨ªa popular. Tan inestable era visto el erotismo por los griegos que, seg¨²n se dice, los juramentos hechos ante Afrodita no ten¨ªan validez en los tribunales. Y, sin embargo, ?qu¨¦ ser¨ªa de la vida sin amor?
Una democracia sana necesita que respetemos tanto a Ulises como a Afrodita. El culto monote¨ªsta a Afrodita deriva en los populismos, que anhelan tomar las decisiones en r¨¦plicas del ¨¢gora ateniense, ya sea el movimiento asambleario que ha apadrinado tradicionalmente la izquierda radical o la democracia plebiscitaria que crecientemente promueve la derecha radical, pidiendo referendos sobre la UE o la inmigraci¨®n. Y un culto similar a Ulises degenera en tecnocracia. Con unos gobernantes maniatados, el poder acaba recayendo en togados y expertos. Necesitamos ser polite¨ªstas, pero eso es complicado si, como ocurre ahora, el culto a una divinidad se solapa con una ideolog¨ªa.
A lo largo de la historia, la derecha pol¨ªtica frecuentaba m¨¢s el templo de Ulises y la izquierda el de Afrodita. Los pol¨ªticos conservadores reclamaban constituciones robustas que dejaran los derechos individuales, sobre todo el de propiedad, fuera del alcance de los gobernantes elegidos por enardecidas masas sedientas de justicia social. Pero hab¨ªa excepciones, como el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.
Hoy, al contrario, son las izquierdas las que piden insistentemente que los tribunales constitucionales protejan ciertos bienes jur¨ªdicos de las pasiones moment¨¢neas de la mayor¨ªa. En EE UU quieren que el Supremo garantice los derechos reproductivos de las mujeres frente a los enfebrecidos legislativos antiabortistas de los Estados del sur; y, en Europa, blindar constitucionalmente derechos sociales como las pensiones o la sanidad. Cada d¨ªa, los devotos de Ulises son m¨¢s de izquierdas y los de Afrodita m¨¢s de derechas y eso puede provocar tensiones s¨ªsmicas en la democracia: ?qu¨¦ es m¨¢s leg¨ªtima, la Constituci¨®n espec¨ªfica o la voluntad general? @VictorLapuente