El obispo de Huelva y el don de la oportunidad

Durante una cena en la reci¨¦n celebrada Feria de Jerez, una pareja cuenta la historia del due?o de una venta cercana con fama de espabilado que, en cuanto intuye que el cliente de ocasi¨®n dispone de posibles, intenta mejorar de una tacada su cuenta de resultados. En el caso de que la v¨ªctima, al recibir la factura, se queje al camarero, el due?o lo atiende personalmente y, sentado a su lado como si fueran viejos amigos, le refiere una an¨¦cdota en forma de par¨¢bola: ¡°Mire, un d¨ªa vino por aqu¨ª un obispo y pidi¨® unos huevos fritos con patatas. A la hora de pagar, se quej¨® del precio elevado y me dijo con esa voz meliflua que gastan los del ramo:

¡ªDisculpe, ?es que escasean los huevos por aqu¨ª?

Y yo le respond¨ª: ¡®No, monse?or, lo que escasean por aqu¨ª son los obispos¡±.

No se descarta que el obispo en cuesti¨®n fuera el de Huelva y, aprendida la mundana lecci¨®n en carne propia, se plantara el otro d¨ªa en El Roc¨ªo dispuesto a ser ¨¦l quien diera la estocada. La ocasi¨®n nunca la hab¨ªan pintado tan calva. En una ¨¦poca de iglesias con eco y monjas de importaci¨®n, monse?or G¨®mez Sierra observ¨® la explanada de la ermita a rebosar de fieles, multiplicados adem¨¢s por la se?al de Canal Sur en directo, y se vino arriba. La que se arm¨®. El obispo advirti¨® en su serm¨®n de que los votantes cristianos deben de atenerse a los principios morales de la Iglesia, y a¨²n colea la pol¨¦mica en Twitter, donde ¡ªqu¨¦ novedad tan espa?ola¡ª se formaron enseguida dos bandos. A la izquierda, los que consideran una barbaridad que el obispo aprovechara el gent¨ªo, la campa?a electoral y la tele p¨²blica para arremeter contra el aborto, el matrimonio homosexual y la eutanasia. A la derecha, los que defienden que un obispo puede decir desde el p¨²lpito lo que le parezca conveniente, ya sea campa?a electoral o Pascua de Resurrecci¨®n.

Y ah¨ª siguen, a golpe de tuit, enterrados hasta las rodillas. ¡°Es un mitin por el PP y Vox¡±, reza, por ejemplo, un tuit de Cristianos Socialistas.

El mes que viene se cumplir¨¢n nueve a?os del primer viaje internacional del papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio particip¨® en R¨ªo de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud. En el vuelo de regreso a Roma, y en el transcurso de la primera rueda de prensa de un pont¨ªfice sin l¨ªmite de preguntas ni censura previa, una periodista brasile?a protagoniz¨® con el Papa un interesante di¨¢logo:

¡ªEn Brasil han aprobado una ley que ampl¨ªa el derecho al aborto y permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. ?Por qu¨¦ no ha hablado sobre esto?

¡ªLa Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso. No era necesario volver, como tampoco habl¨¦ sobre la estafa o la mentira, u otras cosas, en las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara.

¡ªPero es un asunto que interesa a los j¨®venes¡­

¡ªS¨ª, pero no era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos, ?no es cierto? Adem¨¢s, los j¨®venes saben perfectamente cu¨¢l es la postura de la Iglesia.

¡ª?Cu¨¢l es la postura de Su Santidad? ?Puede hablarnos?

¡ªLa de la Iglesia. Soy hijo de la Iglesia.

O lo que es lo mismo, Bergoglio y el obispo de Huelva se rigen por los mismos principios, pero tienen un concepto distinto del don de la oportunidad. Delante de una multitud, con la televisi¨®n en directo y en plena campa?a, monse?or pudo abrir los brazos, pero prefiri¨® empu?ar la espada. Como dir¨ªa el ventero de C¨¢diz, no escasean los huevos, sino los obispos.