Espa?a va bien
Que no estamos tan mal, nos dicen, que con el PP ir¨ªa a¨²n peor. Pero la realidad es que, por mucha gracia que nos hagan las bromas de Wyoming sobre Ayuso, la luz a¨²n no se paga en risas como en ¡®Monstruos, S. A.¡¯
En febrero, Esperanza G¨®mez, coordinadora de M¨¢s Pa¨ªs en Andaluc¨ªa, publicaba una encuesta: m¨¢s del 45% de los j¨®venes andaluces creen que vivir¨¢n peor que sus padres. Lo que le preocupaba no era tanto la decadente calidad de vida, sino que los j¨®venes fuesen tan pesimistas. Imposible a?orar la estabilidad econ¨®mica de hace dos d¨¦cadas, en lugar de ilusionarse con el futuro arco¨ªris que propone la nueva ...
En febrero, Esperanza G¨®mez, coordinadora de M¨¢s Pa¨ªs en Andaluc¨ªa, publicaba una encuesta: m¨¢s del 45% de los j¨®venes andaluces creen que vivir¨¢n peor que sus padres. Lo que le preocupaba no era tanto la decadente calidad de vida, sino que los j¨®venes fuesen tan pesimistas. Imposible a?orar la estabilidad econ¨®mica de hace dos d¨¦cadas, en lugar de ilusionarse con el futuro arco¨ªris que propone la nueva izquierda: derechos de bragueta, bazares multiculturales y contaminar lo justo, todo ello por el m¨®dico precio de perder poder adquisitivo. ¡°Tenemos la obligaci¨®n de darles esperanzas¡±, escrib¨ªa G¨®mez. Mejorar las condiciones materiales no es posible, pero siempre nos quedar¨¢ una izquierda cheerleader, coachy Mr. Wonderful.
Si subir el SMI se queda en nada por la inflaci¨®n, si la ley de riders se burla subcontratando a ETT, si la regulaci¨®n de alquileres es inaplicable por las comunidades, si la ¨²nica forma de reducir el empleo temporal es cambiarle el nombre porque Garamendi no da m¨¢s margen, si pactar un tope energ¨¦tico acaba con una subida en la factura porque las energ¨¦ticas son intocables, a la izquierda le quedaban dos caminos. Uno era reconocer que no val¨ªa de mucho tomar por asalto una nubecita del Gobierno m¨¢s progresista de la galaxia. Que habr¨ªa salido m¨¢s a cuenta montar un discurso social contra el PSOE y una reivindicaci¨®n de soberan¨ªa frente a la UE.
El otro, contentarse con recomendar desde el Gobierno frutas de temporada y lenguaje inclusivo, mientras se alaba al PSOE, al PP, a la OTAN y a lo que haga falta. Va ganando la opci¨®n que reparte m¨¢s fondos europeos.
De esta decisi¨®n naci¨® una nueva izquierda a la que ya no le gustan los indignados, el cabreo con la casta ni la sensaci¨®n de que no nos representan. Todo esto son ahora pasiones tristes, peligrosas pulsiones del populacho que constituyen el caldo de cultivo de la extrema derecha, de un fascismo que han escogido como ¨²nico enemigo, incapaces de hacer frente al problema real: el capitalismo global.
Pero cuando salimos a la calle no vemos a nadie haciendo el saludo romano, sino a nuestros vecinos preocupados por el precio de la cesta de la compra, as¨ª que muchos han dejado de tomar en serio a esta nueva izquierda. Lo mismo que a sus hom¨®logos de la nueva derecha: es una pena, pero tampoco se ve a nadie pu?o en alto y tarareando La Internacional. Nos da m¨¢s miedo el precio de la luz que los socialcomunistas y el lobby LGTBI, as¨ª que ya est¨¢n empezando a perder fuelle. Pero eso es harina de otro costal.
La de este, la desconexi¨®n de la izquierda, tiene que ver con que el aznarista ¡°Espa?a va bien¡± ha cambiado de bando, pero sigue sonando igual de rid¨ªculo que entonces. Que no estamos tan mal, nos dicen, que con el PP ir¨ªa a¨²n peor. Pero la realidad es que, por mucha gracia que nos hagan las bromas de Wyoming sobre Ayuso, la luz a¨²n no se paga en risas como en Monstruos, S. A.
¡°En 2030 no tendr¨¢s nada, pero ser¨¢s feliz¡±. Esta es la directiva del club de millonarios del Foro de Davos. Y, ante la incapacidad de evitar lo de no tener nada, nuestra izquierda se lo juega todo a cumplir con la segunda mitad: que, aunque las pasemos putas, lo hagamos con una sonrisa. Porque podr¨ªa ser peor. Podr¨ªa ser exactamente igual, solo que con otros en el poder.