Bailemos antes de que la m¨²sica pare
Algunas tenues noticias esperanzadoras brotan, pero el contexto es muy oscuro. Aun as¨ª, no hay que rendirse al catastrofismo
Bailemos, querida Leuc¨®noe, porque la m¨²sica podr¨ªa parar muy pronto, dir¨ªa quiz¨¢s Horacio en este atormentado verano. Y tendr¨ªa, hoy como hace dos milenios, raz¨®n de nuevo.
No sabemos qu¨¦ nos depara el futuro. En los ¨²ltimos d¨ªas, algunas noticias positivas aportan un punto de esperanza: el pacto para facilitar la exportaci¨®n de granos de Ucrania; la reanudaci¨®n, aunque en niveles bajos, del flujo de ...
Bailemos, querida Leuc¨®noe, porque la m¨²sica podr¨ªa parar muy pronto, dir¨ªa quiz¨¢s Horacio en este atormentado verano. Y tendr¨ªa, hoy como hace dos milenios, raz¨®n de nuevo.
No sabemos qu¨¦ nos depara el futuro. En los ¨²ltimos d¨ªas, algunas noticias positivas aportan un punto de esperanza: el pacto para facilitar la exportaci¨®n de granos de Ucrania; la reanudaci¨®n, aunque en niveles bajos, del flujo de suministro de gas ruso por el Nord Stream 1; una bajada de la intensidad de la ofensiva rusa sobre el terreno que evidencia algunas dificultades organizativas; cierta moderaci¨®n en los precios del crudo. No hay que abandonarse al catastrofismo. Pero tampoco pueden soslayarse las tendencias de fondo.
De entrada, ninguna se?al permite creer que estemos cerca de un final de la guerra de Ucrania, con todo el sufrimiento y las repercusiones que provoca. P¨¦simos datos de inflaci¨®n se superponen uno a otro. El BCE ha optado por una reacci¨®n sorpresivamente vigorosa. Las revisiones a la baja de la previsi¨®n de crecimiento van de la mano, y m¨¢s vendr¨¢n. De momento, todav¨ªa no entran en territorio de recesi¨®n, pero la persistencia de la guerra no permite descartarlo. En todo caso, hay que recordar que el menguante crecimiento actual no es otra cosa que el rebote de la enorme depresi¨®n pand¨¦mica.
Hay, desgraciadamente, m¨¢s datos menguantes: los demogr¨¢ficos. Estad¨ªsticas publicadas la semana pasada se?alan que la poblaci¨®n de la UE sigue declinando. La inmigraci¨®n no compensa la fuerte ca¨ªda de la curva demogr¨¢fica natural. En 2020 y 2021 han nacido unos cuatro millones de ni?os al a?o en el club europeo, pero los fallecidos fueron m¨¢s de cinco millones en ambos casos. Son cifras de fallecimiento r¨¦cord. En 2021 se registraron unos 630.000 muertos m¨¢s que en la media de los tres a?os previos a la pandemia. En 2020, unos 510.000 m¨¢s. Un exceso de mortalidad de m¨¢s de un mill¨®n de personas causado sustancialmente por la pandemia. Esta se halla en retroceso, y muchos miran, exhaustos, hacia otro lado. Pero el peaje mortal todav¨ªa es significativo. Seg¨²n datos recopilados por la OMS, en los ¨²ltimos 7 d¨ªas unos 800 muertos en Italia, 700 en Francia, por ejemplo.
Sobrevuela todo este panorama la brutal realidad ¡ªno ya amenaza¡ª del cambio clim¨¢tico. Las olas de calor se suceden con una intensidad, una frecuencia y un alcance pavorosos. Han empezado a aflorar datos de mortalidad asociados a ellas. M¨¢s habr¨¢. La ola de 2003 caus¨® unos 70.000 muertos en una quincena de pa¨ªses europeos seg¨²n la oficina de la ONU para la reducci¨®n del riesgo de desastre. Mientras, volvemos a quemar carb¨®n.
En t¨¦rminos pol¨ªticos, afloran turbulencias y se notan costuras inquietantes. En Italia es probable que alcance el poder una coalici¨®n de ultraderecha. En las din¨¢micas de la UE, se detectan algunas grietas insidiosas. Est¨¢ por ver c¨®mo funcionar¨¢n, si necesario, la solidaridad en materia de escasez de gas, y en materia de acci¨®n del BCE ante sacudidas de las primas de riesgo.
Entramos en el coraz¨®n del verano, pues, con esos tenues motivos de esperanza y ese contexto de erosi¨®n del poder adquisitivo y subidas de hipotecas, mala perspectiva econ¨®mica, olas de calor, enfermedades y grandes disrupciones en el sector de servicios de transporte. Los datos de la industria del turismo apuntan, sin embargo, a una vigorosa temporada. Quiz¨¢ un s¨ªntoma del irreductible deseo de vivir y disfrutar. Bienvenido es y lo celebrar¨ªa Horacio, quien sin duda nos invitar¨ªa a disfrutar de la naturaleza ¡ªel mar que se abate sobre los acantilados del Tirreno¡ª, de la gastronom¨ªa ¡ªel noble vino¡ª, de la voluptuosidad del verano, del patrimonio hist¨®rico y la cultura contempor¨¢nea, de los sue?os polares o ecuatoriales, y de toda la hermosura incomparable que hay en la tierra. Conviene no vaciar las cuentas de ahorros, ponerse mascarilla, usar el transporte p¨²blico o la bicicleta cuando posible, eviten enchufar el aire acondicionado cuando no sea realmente necesario. Pero, en fin, no hay que sucumbir al pesimismo, el cansancio, la tensi¨®n, la histeria o rutinas que pesan demasiado. Si se apagara la m¨²sica ¡ªo la luz¡ª veremos qu¨¦ se puede hacer bajo el firmamento. Ahora y entonces, carpe diem.