Chile abre una nueva etapa
El rechazo al actual texto de la Constituci¨®n impulsa una segunda fase de negociaciones con Gabriel Boric a la cabeza
Chile expres¨® este domingo su rotundo rechazo a la propuesta de nueva Constituci¨®n. El plebiscito convocado para validar el texto que deb¨ªa sustituir al que entr¨® en vigor en 1980 bajo mandato del dictador Augusto Pinochet (aunque fuertemente enmendado a lo largo de los a?os) obtuvo un 62% de votos en contra frente a un 38% a favor. Este resultado, avalado con una masiva participaci¨®n del 84,5%, muest...
Chile expres¨® este domingo su rotundo rechazo a la propuesta de nueva Constituci¨®n. El plebiscito convocado para validar el texto que deb¨ªa sustituir al que entr¨® en vigor en 1980 bajo mandato del dictador Augusto Pinochet (aunque fuertemente enmendado a lo largo de los a?os) obtuvo un 62% de votos en contra frente a un 38% a favor. Este resultado, avalado con una masiva participaci¨®n del 84,5%, muestra una sociedad desencantada con un trabajo constituyente que a todas luces no ha logrado la madurez que requieren las leyes fundamentales. No se trata, sin embargo, de ning¨²n fracaso del sistema democr¨¢tico, como intenta hacer creer la ultraderecha, sino lo contrario. Lo que Chile pide ahora, y as¨ª lo ha reconocido su presidente, Gabriel Boric, es precisamente reactivar el proceso y ¡°resolver las diferencias con m¨¢s democracia, nunca con menos¡±.
Bajo esta premisa, es de esperar que en los pr¨®ximos d¨ªas se establezcan los cauces para reanudar la discusi¨®n constitucional en busca de una propuesta que, esta vez s¨ª, concite un apoyo indiscutible. En ese camino, Chile no deber¨ªa echar en saco roto los avances que se han conseguido estos a?os. El texto rechazado este domingo surge del intento de responder al estallido social de octubre de 2019. Redactado por una convenci¨®n plenamente paritaria y votada expresamente para tal efecto, su labor cont¨® al inicio con un amplio respaldo, reflejado en el plebiscito de octubre de 2020, en el que el 78% de los chilenos se mostr¨® a favor de reformar la actual Constituci¨®n. Con estos pilares, la iniciativa derrotada este domingo consagraba el Estado social y democr¨¢tico, aseguraba la igualdad de g¨¦nero, asum¨ªa el reto medioambiental y potenciaba la autonom¨ªa de los pueblos originarios.
Frente a estos avances se han dado lagunas que, a la postre, han resultado decisivas. A las torpezas y esc¨¢ndalos de la propia Asamblea Constituyente, cuyo prestigio declin¨® r¨¢pidamente, se han sumado una p¨¦sima pedagog¨ªa pol¨ªtica y la fuerte polarizaci¨®n surgida en torno a elementos tan sensibles como la plurinacionalidad y la alteraci¨®n del equilibrio de poderes (en la relaci¨®n entre el Senado y la C¨¢mara de Diputados, y en la nueva configuraci¨®n del Poder Judicial). Todo ello enturbi¨® la propuesta, d¨¢ndole una p¨¢tina de radicalidad y alej¨¢ndola de las zonas templadas del electorado, incluida parte de la izquierda moderada.
Desde esta perspectiva, el triunfo del rechazo es inapelable y golpea a un Gobierno que hizo bandera de la defensa del proyecto. Esa apuesta ha llevado a que el refer¨¦ndum sea vivido por muchos como un plebiscito a la Administraci¨®n de izquierda. Los inquilinos de La Moneda, con menos de seis meses en el poder, deben analizar cuidadosamente este factor y tomar las medidas oportunas para una situaci¨®n que en ning¨²n caso supone un punto final al proyecto.
La gran mayor¨ªa del pueblo chileno sigue rechazando la Constituci¨®n vigente y reclama un texto acorde con sus necesidades actuales. Hacia este fin se ha dirigido fallidamente este primer intento, y ahora, con la lecci¨®n aprendida, toca dar nuevos pasos. Ese es el mensaje profundo emitido por las urnas y que Boric, quien a¨²n tiene un largo mandato por delante, parece haber asumido con su invocaci¨®n a la ¡°unidad nacional¡± y su petici¨®n a los chilenos a ¡°ponerse de acuerdo¡± con un gran di¨¢logo. Es hora de resta?ar heridas, apoyarse en los sectores moderados y hacer los ajustes necesarios para que el Gabinete se acople a la realidad. Chile necesita y quiere otra Constituci¨®n y es obligaci¨®n del Gobierno trabajar para que ese prop¨®sito se frag¨¹e con el porcentaje m¨¢s alto posible de aprobaci¨®n.