El BCE y el riesgo de sobreactuar
La subida hist¨®rica de tipos de inter¨¦s del 0,75% conlleva el riesgo de provocar en la UE el enfriamiento de la econom¨ªa
Que el Banco Central Europeo iba a endurecer su pol¨ªtica monetaria era algo sabido: la persistente inflaci¨®n y las actuaciones del Banco de Inglaterra y de la Reserva Federal apuntaban a que la instituci¨®n tomar¨ªa la decisi¨®n de continuar la senda de incremento de los tipos de inter¨¦s que comenz¨® en julio de este a?o, tras una larga d¨¦cada de tipos de inter¨¦s nulos o incluso negativos. Las opciones que el BCE ten¨ªa por delante apuntab...
Que el Banco Central Europeo iba a endurecer su pol¨ªtica monetaria era algo sabido: la persistente inflaci¨®n y las actuaciones del Banco de Inglaterra y de la Reserva Federal apuntaban a que la instituci¨®n tomar¨ªa la decisi¨®n de continuar la senda de incremento de los tipos de inter¨¦s que comenz¨® en julio de este a?o, tras una larga d¨¦cada de tipos de inter¨¦s nulos o incluso negativos. Las opciones que el BCE ten¨ªa por delante apuntaban a una subida gradual, lo cual permitir¨ªa atemperar las malas condiciones econ¨®micas que atraviesa la eurozona, o a una subida brusca, dirigida a lanzar un mensaje inequ¨ªvoco con su mandato de promover la estabilidad de precios. El Banco decidi¨® ayer apostar por la l¨ªnea defendida por los halcones monetarios, realizando la mayor subida de tipos de su historia (0,75%). La justific¨® por la alt¨ªsima inflaci¨®n y su persistencia en el tiempo, frente a la que el BCE est¨¢, por mandato, obligado a actuar si no quiere perder su credibilidad como gestor de la pol¨ªtica monetaria de la eurozona.
Cabe preguntarse sin embargo si con esta decisi¨®n el Banco Central ha sobreactuado, no solo por la intensidad de la subida sino tambi¨¦n por su eficacia. La situaci¨®n econ¨®mica norteamericana y europea no es exactamente la misma. Estados Unidos manten¨ªa una econom¨ªa sobrecalentada por los est¨ªmulos, una alta inflaci¨®n y cerca del pleno empleo, que aconsejaba una actuaci¨®n m¨¢s decidida. Pero la Uni¨®n Europea registra un crecimiento econ¨®mico d¨¦bil y con tasas de desempleo todav¨ªa altas en t¨¦rminos relativos. En otras palabras, la econom¨ªa europea no est¨¢ recalentada, sino sufriendo directamente las consecuencias de una crisis de suministro energ¨¦tico, algo que no se resolver¨¢ por un endurecimiento de la pol¨ªtica monetaria. Y este es precisamente el dilema al que debe hacer frente el BCE: para mantener su credibilidad, debe luchar contra la inflaci¨®n con un instrumento (el precio del dinero) que poco puede hacer para revertir las causas que provocan el contexto actual.
Los resultados de esta subida, en cambio, s¨ª son esperables: una menor inversi¨®n, un encarecimiento de los pr¨¦stamos y una ralentizaci¨®n de la actividad econ¨®mica, ya al borde de la recesi¨®n. Un enfriamiento de la econom¨ªa, en suma. No es previsible, parad¨®jicamente, que su efecto sea un control de la inflaci¨®n a corto plazo, por lo que la decisi¨®n de ayer puede considerarse excesiva, aunque pueda tener un efecto sobre las expectativas de inflaci¨®n para el futuro. La subida indica a los mercados que se est¨¢ dispuesto a actuar firmemente para frenar la escalada de precios, y eso podr¨ªa mitigar el riesgo de una espiral inflacionaria descontrolada. Pero poco m¨¢s. La balanza entre los pros y los contras de la decisi¨®n tiene un equilibro dif¨ªcil. De momento, todo parece indicar que los halcones han sido capaces de inclinarla a su favor. Se esperan m¨¢s subidas de tipos en diciembre, pero Fr¨¢ncfort ha adelantado que tomar¨¢ esa decisi¨®n en funci¨®n de los datos, evalu¨¢ndolos en cada reuni¨®n. La misma ret¨®rica us¨® Jean-Claude Trichet hace ahora algo m¨¢s de 10 a?os, en lo que se considera el peor error del BCE en su historia, con una subida de tipos que precipit¨® una recesi¨®n en la zona euro.