M¨¢s de 13 vidas
No se pueden erradicar comportamientos mis¨®ginos y de abuso de poder sin visibilizar otra masculinidad, que tambi¨¦n existe, pero est¨¢ oculta
Este verano se ha estrenado una pel¨ªcula que muestra h¨¦roes aut¨¦nticos, hombres reales que destinan su inteligencia y su fuerza a salvar a otras personas. Estoy hablando de Trece vidas, la historia real del rescate de 12 ni?os y su entrenador de f¨²tbol que se vieron atrapados en una cueva en Tailandia bajo las lluvias torrenciales que l...
Este verano se ha estrenado una pel¨ªcula que muestra h¨¦roes aut¨¦nticos, hombres reales que destinan su inteligencia y su fuerza a salvar a otras personas. Estoy hablando de Trece vidas, la historia real del rescate de 12 ni?os y su entrenador de f¨²tbol que se vieron atrapados en una cueva en Tailandia bajo las lluvias torrenciales que la inundaron en 2018. La mayor¨ªa de nosotros hab¨ªamos seguido las noticias con el coraz¨®n encogido, y as¨ª vivimos de nuevo en la pantalla la recreaci¨®n de los esfuerzos para lograr la salvaci¨®n del grupo, cosa que finalmente logra un grupo de expertos buceadores encabezados en el film por Viggo Mortensen y Colin Farrell.
En esa pel¨ªcula no se cortan cabezas ni se asesinan enemigos. Tampoco se rivaliza hasta la muerte ni se maltrata a los m¨¢s d¨¦biles. Por el contrario, emociona ver a hombres fuertes, h¨¢biles y poderosos en su medio (en este caso, el buceo en grutas submarinas) derrochando ternura, cuidados y delicadeza ante esas vidas tan fr¨¢giles que llevaban en sus brazos y que deb¨ªan poner a salvo, incluso a riesgo de perder las suyas propias. Se trata de una pel¨ªcula eminentemente masculina (pr¨¢cticamente todos los actores son hombres porque as¨ª sucedi¨® en el rescate) pero en ella destacan unas cualidades poco usuales en las pantallas tales como el altruismo, la solidaridad, la cooperaci¨®n, la fortaleza y el sacrificio.
?Podemos decir que esas caracter¨ªsticas descritas conforman la masculinidad? S¨ª, sin duda. Pero se trata de una masculinidad no ligada al poder, a la subordinaci¨®n o a la violencia. Esta es la clave.
Y vale la pena subrayarlo en un verano especialmente duro por el aumento de la violencia general y sexual contra las mujeres. El p¨¢nico se ha instalado entre las j¨®venes despu¨¦s de constatar una serie de pinchazos en discotecas de los que se desconoce su intenci¨®n final, m¨¢s all¨¢ del objetivo de sembrar el miedo entre la poblaci¨®n femenina. Adem¨¢s, diferentes datos alertan de un alarmante incremento de las violaciones en grupo en las fiestas de verano en Espa?a. Un estudio realizado por la Fundaci¨®n ANAR entre casi 7.000 usuarios muestra que los casos de abusos en ¡°manada¡± han pasado de representar un 2,1% hace una d¨¦cada a un 10,5% en el ¨²ltimo a?o. Tambi¨¦n han aumentado las llamadas y peticiones de ayuda que reciben por abusos a trav¨¦s de las redes sociales. Delitos como el grooming ¡ªciberacoso ejercido deliberadamente por un adulto para establecer una relaci¨®n y un control emocional sobre un menor con el fin de preparar el terreno para su abuso sexual¨D han experimentado un crecimiento del 36,7%; y la difusi¨®n de im¨¢genes o v¨ªdeos de tipo sexual, principalmente a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil, del 25%.
Estos datos conforman un fen¨®meno en el que parece subyacer una banalizaci¨®n de este tipo de comportamientos, un alejamiento cada vez m¨¢s grave de la empat¨ªa hacia las v¨ªctimas. Y, como ocurre de forma recurrente en el modelo de masculinidad patriarcal, prevalece la necesidad de someter a las mujeres y restarles agencia, autonom¨ªa y control sobre sus propias vidas. Cada vez que las mujeres dan un paso hacia la libertad, aparecen comportamientos represores y castradores para evitarla.
La escritora bell hooks (en min¨²scula, como a ella le gustaba ser nombrada) se?alaba la importancia de la participaci¨®n masculina en el movimiento por la igualdad para que se produzcan cambios reales y globales. Debemos ser conscientes de que trabajar solo con una parte de la humanidad no lograr¨¢ el cambio de valores ni conductas que necesitamos. Para ello, hooks propone una reestructuraci¨®n del marco cultural del poder, una que no considere necesaria la opresi¨®n de los dem¨¢s. Y esto interpela directamente al modelo de masculinidad hegem¨®nica tradicional. En su libro El deseo de cambiar. Hombres, masculinidad y amor, ella defiende permitir ¡°libertad de ser¡± a los hombres, no dibujar tambi¨¦n para ellos modelos encorsetados de masculinidad, como continuamente sufren las mujeres con sus modelos de ¡°feminidad¡±. Sin embargo, urge a trabajar intensamente en desvincular la ¡°hombr¨ªa¡± o la masculinidad de la dominaci¨®n, la agresividad y la violencia y destacar aquellas otras cualidades que defienden la vida y la convivencia.
?Cu¨¢ntos referentes masculinos conocemos en el mundo audiovisual que no se relacionen en un momento u otro de forma violenta con su entorno o consigo mismos? ?Cu¨¢ntos establecen relaciones de igualdad y respeto con mujeres? ?Y cu¨¢ntos relatos ¡°fundacionales¡± de nuestra ¨¦poca destacan comportamientos masculinos que cuidan y protegen la vida? No se pueden erradicar comportamientos mis¨®ginos y de abuso de poder sin visibilizar otra masculinidad, que tambi¨¦n existe, pero est¨¢ oculta. Los hombres sabios son viejos, o est¨¢n enfermos y mueren, como si solo pudieran expresar la ternura y el cuidado en situaci¨®n de debilidad. Necesitamos pel¨ªculas que honren la bondad, la empat¨ªa, la fortaleza, el cuidado de todos los seres humanos, especialmente en los hombres, desde la infancia. De este modo, salvar¨ªamos muchas m¨¢s de 13 vidas.