Relatos y cuentos de la guerra
En la guerra todas las noticias son falsas. Lo escribi¨® hace dos siglos un militar prusiano, pero ya se sab¨ªa desde Troya
El cuento ucranio de la falsa ofensiva sobre Jers¨®n abri¨® la puerta a la victoria cierta en J¨¢rkov, en la que los rusos perdieron en pocos d¨ªas m¨¢s de lo que hab¨ªan ganado en seis meses. En la guerra todas las noticias son falsas. Lo escribi¨® hace dos siglos un militar prusiano en su libro sobre la guerra, pero ya se sab¨ªa desde Troya.
Si la guerra es la continuaci¨®n de la pol¨ªtica por otros medios, tal como dijo el mismo soldado, la piedra filosofal de la pol¨ªtica contempor¨¢nea es que el relato tambi¨¦n es parte y continuaci¨®n de la acci¨®n b¨¦lica. En la batalla se enfrentan dos narraciones con las que cada jefe militar pretende enga?ar al enemigo. El comandante es el narrador en jefe, que determina los objetivos y construye la trama de la futura historia que ¨¦l mismo est¨¢ protagonizando.
Nada escapa al relato, ni la pol¨ªtica, ni la guerra que se desencadena cuando la pol¨ªtica ha dejado de actuar por s¨ª sola. Hay que vencer en el campo de batalla, por supuesto. No hay victorias narrativas en las trincheras. La elocuencia es de los hechos. Pero tambi¨¦n hay que vencer en la narraci¨®n sobre la batalla misma, y ah¨ª la superioridad de Volod¨ªmir Zelenski es tan abrumadora como la superioridad t¨¢ctica exhibida por los generales ucranios sobre los rusos.
De las victorias narrativas depende la moral de los combatientes, tan desequilibrada ahora en favor de Ucrania. Dependen incluso las alianzas, la ayuda militar y la diplomacia, territorio en el que de nuevo Kiev da sopas con honda a Mosc¨².
Narrativa y estrategia son una misma cosa en la guerra, el arma intelectual con la que se conduce la contienda hasta obtener los objetivos pol¨ªticos perseguidos. Los fija el comandante, el narrador en jefe, y si es el vencedor ser¨¢ quien determine el punto de madurez para el alto fuego y la paz. Tambi¨¦n ah¨ª contrasta la consistencia del relato ucranio con los cuentos del expansionismo ruso y de quienes lo defienden o comprenden.
La diferencia empieza en el escenario desde donde narran ambos protagonistas, el fr¨ªo y lejano Kremlin y la proximidad de las calles de Ucrania. Sigue en la modalidad del discurso, sombr¨ªo y amenazador el del ruso y apasionado y movilizador el del ucranio. Culmina en la sintaxis, la coherencia. No se sabe hacia d¨®nde va Vlad¨ªmir Putin, si a la eliminaci¨®n del nazismo inexistente, la protecci¨®n de los rus¨®fonos, la anexi¨®n de Donb¨¢s, el regreso al pasado imperial o la mera destrucci¨®n de Ucrania. Son di¨¢fanos los objetivos de Zelenski, recuperar el territorio arrebatado, asegurar la soberan¨ªa, vacunarse contra toda agresi¨®n futura, castigar los cr¨ªmenes de guerra, reconstruir el pa¨ªs e integrarlo en Europa como un socio libre y democr¨¢tico m¨¢s.
Si la superioridad narrativa fuera una garant¨ªa, Ucrania ya habr¨ªa ganado. Ahora solo falta que los hechos sobre los campos de batalla sigan acompa?ando a la narraci¨®n hasta la victoria.
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