La debilidad amenazante de Putin
La movilizaci¨®n dictada por el Kremlin delata la precariedad de un Ej¨¦rcito que ha incumplido sus objetivos en Ucrania
El discurso que ayer pronunci¨® Vlad¨ªmir Putin no desprende la menor conciencia de la delicada situaci¨®n que atraviesa su ej¨¦rcito en la guerra que empez¨® ¨¦l mismo. En la primera ocasi¨®n en que se dirige por televisi¨®n a sus conciudadanos desde el 24 de febrero, cuando lanz¨® la guerra contra Ucrania bajo el eufemismo de operaci¨®n t¨¦cnico-militar, el presidente ruso anunci¨® una movilizaci¨®n parcial, en vez de la movilizaci¨®n total que le ped¨ªan sus partidarios m¨¢s radicales. Con ella pretende reclutar a poblaci¨®n con experiencia militar sin renunciar al discurso amenazante sobre el uso del arma nuclear si la integridad territorial de Rusia estuviera en peligro. La alusi¨®n llega agravada por el aviso de que ¡°no es un farol¡±, seg¨²n Putin, como caso contemplado en la estrategia de defensa de la Federaci¨®n Rusa para autorizar un primer disparo nuclear sin haber sido atacado previamente con las mismas armas.
Son abundantes las dudas sobre las capacidades humanas del Ej¨¦rcito ruso, sobre todo tras la frustrada invasi¨®n de Kiev y a la vista de las numerosas bajas sufridas. Se han mostrado impotentes y han quedado diezmados los contingentes de tropas profesionales, los voluntarios contratados e incluso los mercenarios de la compa?¨ªa privada Wagner. Las importantes inversiones de los ¨²ltimos a?os, gracias a los altos precios de la energ¨ªa y de las materias primas, solo han servido para el incremento de la cantidad y calidad del armamento, poco para la formaci¨®n y la profesionalidad, y nada para la erradicaci¨®n de la corrupci¨®n y las malas pr¨¢cticas demostradas anteriormente en Chechenia y en Siria.
La contrataci¨®n masiva entre la poblaci¨®n carcelaria ha venido a empeorar las cosas, de forma que nadie puede esperar que esta movilizaci¨®n parcial proporcione r¨¢pidamente las tropas eficientes y modernas que necesitar¨ªa Rusia para seguir sosteniendo la guerra. Putin ha querido ganar tiempo con esta movilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa destinada a disponer de m¨¢s tropas, sin suscitar a la vez una reacci¨®n popular de rechazo. Putin conf¨ªa en los efectos de sus amenazas y de los cortes de energ¨ªa sobre la unidad y la resoluci¨®n de los aliados de Volod¨ªmir Zelenski, quiz¨¢s con la ayuda que puedan proporcionarle los resultados electorales en gobiernos europeos m¨¢s propensos a la equidistancia, como podr¨ªa ser el caso de Italia el pr¨®ximo domingo si la neofascista y atlantista Giorgia Meloni preside un Gobierno con un Salvini prorruso.
La baza nuclear que ha exhibido ahora sin ninguna inhibici¨®n adquiere un especial significado tras la organizaci¨®n de falsos referendos de autodeterminaci¨®n en cuatro provincias solo parcialmente ocupadas por Rusia. Organizados en condiciones de guerra y de ocupaci¨®n, incumplen todas las exigencias de legalidad y de credibilidad para una consulta. Los resultados de las urnas solo pueden servir como argumento para amenazar con el recurso nuclear ante un ataque al territorio que Rusia considera suyo.
La forma m¨¢s r¨¢pida de terminar esta guerra no es rindi¨¦ndose a las amenazas o cediendo a las pretensiones de Putin ante su chantaje nuclear. Al contrario, hay indicios visibles de un Ej¨¦rcito en retirada y quiz¨¢ derrotado. Las cosas se le van complicando al presidente ruso en casa y en el mundo, donde crece la oposici¨®n a la guerra incluso entre quienes m¨¢s le entend¨ªan hasta ahora. Para que la guerra sea lo m¨¢s corta posible nada mejor que mantener la unidad de los aliados, asegurarse de que Ucrania tiene el armamento que necesita, y seguir sosteniendo a su Gobierno y a su poblaci¨®n con la solidaridad econ¨®mica y el auxilio a los refugiados.
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