Dos certezas y dos dudas sobre las elecciones en Brasil
Lula es el favorito de las presidenciales, pero m¨¢s por lo que se recuerda de su ¨¦poca como presidente que por sus promesas de futuro
M¨¢s de 120 millones de brasile?os acuden a las urnas este domingo con dos certezas y dos dudas. La primera certeza es que el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva volver¨¢ al poder despu¨¦s de 12 a?os. La segunda es que el actual presidente Jair Bolsonaro no aceptar¨¢ la derrota e impugnar¨¢ el resultado por cualquier medio posible.
La primera duda es si Lula, ya este domingo, conseguir¨¢ el 50% m¨¢s uno de los votos necesarios para ganar las elecciones en la primera vuelta. En el sondeo de Datafolha publicado el jueves 29, Lula obten¨ªa el 50% de las intenciones de voto v¨¢lidas. Si no consigue el 50% m¨¢s uno, habr¨¢ una segunda vuelta el 30 de octubre.
La segunda inc¨®gnita es cu¨¢n violenta ser¨¢ la impugnaci¨®n del resultado por parte de los bolsonaristas.
Lula y Bolsonaro son los mayores l¨ªderes de Brasil del siglo XXI. No hay brasile?o que no tenga una opini¨®n firme sobre uno y otro, lo que hizo que desde el inicio de la campa?a ning¨²n tercer candidato tuviera posibilidades de sorprender. La elecci¨®n brasile?a se ha convertido en una intensa comparaci¨®n y rechazo de ambas personalidades.
A sus 76 a?os, Lula se presenta a sus ¨²ltimas elecciones. Tras dejar la presidencia en 2010 con m¨¢s del 80% de aprobaci¨®n, fue condenado y encarcelado, acusado de liderar una multimillonaria trama de corrupci¨®n. En 2020, el Tribunal Supremo anul¨® el caso calificando de parcial al juez que lo conden¨®. En su periodo de ostracismo, nadie ha asumido el vac¨ªo de ser la oposici¨®n a Bolsonaro.
Excapit¨¢n del Ej¨¦rcito y diputado, Jair Bolsonaro, de 67 a?os, fue elegido en 2018 con una plataforma radical antisistema. Su Gobierno ha combinado reformas liberales en la econom¨ªa, con un programa conservador en las aduanas y regresivo en el medio ambiente y la ciencia.
Bolsonaro alent¨® a ganaderos, madereros y mineros a explotar las tierras amaz¨®nicas, anulando las multas y evitando el castigo por invadir tierras ind¨ªgenas y parques nacionales. En los cuatro a?os de Bolsonaro se talaron m¨¢s bosques que en los ocho a?os anteriores.
Cuando estall¨® la pandemia de covid, el presidente calific¨® el virus de ¡°peque?a gripe¡±, insisti¨® en que todo el mundo volviera al trabajo, defendi¨® los medicamentos ineficaces y aplaz¨® la compra de vacunas. Al final, m¨¢s de 680.000 brasile?os murieron a causa de la covid.
A lo largo de la campa?a, las encuestas han mostrado que m¨¢s de la mitad de los votantes rechazan a Bolsonaro. Incluso en agosto, cuando el presidente, en una medida populista, aument¨® las prestaciones sociales para las familias m¨¢s pobres, su valoraci¨®n no cambi¨® sustancialmente. Es la primera vez en Brasil que un presidente que se presenta a la reelecci¨®n queda segundo en la primera vuelta.
Desde la anulaci¨®n de la condena de Lula, Bolsonaro se ha levantado contra el Tribunal Supremo, acusando a los jueces de conspirar contra ¨¦l. Cuando la Corte permiti¨® a los gobernadores y alcaldes promulgar interdicciones para frenar la propagaci¨®n del coronavirus, Bolsonaro convoc¨® manifestaciones populares pidiendo el cierre de la Corte. Bolsonaro ha puesto en duda la fiabilidad de las urnas electr¨®nicas y ha repetido decenas de veces que solo ser¨ªa derrotado si hubiera un fraude. ¡°Si no tengo el 60% de los votos es porque ha ocurrido algo anormal¡±, afirm¨®.
Al igual que su ¨ªdolo Donald Trump, Bolsonaro impugnar¨¢ la derrota. Esto se har¨¢ mediante recursos legales, pero tambi¨¦n con manifestaciones en las calles. Nadie es capaz de predecir si estas protestas desembocar¨¢n en violencia.
Como no tiene un partido estructurado, Bolsonaro necesita mantener a su base inflamada para que desde all¨ª pueda liderar la oposici¨®n a un eventual gobierno de Lula. Ser¨ªa la versi¨®n tropical de la t¨¢ctica de la Gran Mentira utilizada por Trump para desacreditar la gesti¨®n de Biden e insistir en que realmente hab¨ªa ganado las elecciones.
En las ¨²ltimas semanas, los interlocutores de Lula han buscado a los generales en activo y en la reserva para ver c¨®mo se comportar¨ªan las tropas en caso de un intento de golpe de Estado del presidente. Como era de esperar, las respuestas fueron que las Fuerzas Armadas cumplir¨ªan con la Constituci¨®n.
Lula es el favorito para ganar las elecciones en Brasil, menos por sus promesas de futuro y m¨¢s por el pasado que representa. En casi todos sus m¨ªtines dice que ¡°tenemos que volver a comer picanha y beber cerveza los domingos¡±, en referencia a la bonanza econ¨®mica que viv¨ªa Brasil en 2010. No ser¨¢ sencillo, pero las encuestas indican que los brasile?os creen que con Lula pueden volver al pasado.
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