?Qu¨¦ vendr¨ªa con la elecci¨®n de Lula?
De ganar la elecci¨®n del domingo, Lula enfrentar¨¢ una gesti¨®n dif¨ªcil, amenazada no solo por el entorno econ¨®mico, sino tambi¨¦n por un ¡°Trump local¡± en las trincheras: Bolsonaro
Mientras la extrema derecha avanza posiciones en Europa ¡ªya enraizada en Hungr¨ªa o Polonia desde hace a?os¡ª los herederos del fascismo mussoliniano arrasaron en la elecci¨®n del pasado domingo. Otra parece ser la m¨²sica en Am¨¦rica Latina, tambi¨¦n polarizada, pero donde los vientos vienen soplando en otra direcci¨®n.
Dentro de la polarizaci¨®n a lo largo de la campa?a el Observatorio Electoral de COPPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Pol¨ªticos de Am¨¦rica Latina y el Caribe) ha denunciado un serio contexto de violencia. Entre ellos el asesinato por un simpatizante de presidente Bolsonaro a un militante del Partido de los Trabajadores en el Estado de Mato Grosso. Tambi¨¦n fue asesinado el tesorero del PT en Foz de Iguaz¨², por un polic¨ªa criminal, quien se identificaba como simpatizante de Bolsonaro. Por ¨²ltimo, la muerte de un simpatizante de Jair Bolsonaro al ser chocado de manera deliberada por el auto de una concejala del PT.
Si bien la votaci¨®n del pr¨®ximo domingo en Brasil se ve ajustada, la diferencia con Bolsonaro, quien busca la reelecci¨®n, todo parece apuntar al triunfo de Lula, aunque nada asegurar¨ªa que ser¨ªa en primera vuelta. Queda por ver c¨®mo ser¨ªa la distribuci¨®n de los esca?os en diputados (elecci¨®n del 100% de sus integrantes) y del 1/3 de senadores que se renueva.
Ante posibilidad como esta se plantean dos ¨®rdenes de interrogantes. De un lado un recorderis sobre lo que Lula fue como presidente, as¨ª como las derivaciones en procesos contra la corrupci¨®n que llevaron a su prisi¨®n en abril del 2018. Por el otro, las perspectivas de su gobierno ante su eventual triunfo, que se dar¨ªa en un contexto local e internacional muy distinto al de su gobierno anterior.
El gobierno de Lula ¡ª2003/2011¡ª fue elogiado desde distintos sectores por haber logrado algo dif¨ªcil como conciliar el crecimiento econ¨®mico (incluyen hasta reembolsos al FMI) con el incremento en el gasto social y el aumento en la inversi¨®n p¨²blica. El contexto internacional y de los precios de las materias primas daba al pa¨ªs, en esos d¨ªas, un ¡°colch¨®n¡± saludable que permiti¨®, incluso, poner en ejecuci¨®n el ambicioso programa Bolsa Familia, que lleg¨® a 40 millones de personas.
La gesti¨®n de Lula, sin embargo, no lleg¨® a modificar un cuestionado sistema tributario que viene desde los 70 del siglo pasado y que penaliza m¨¢s a la clase media que a los grupos de altos ingresos. Al quedar intocados los marcos conceptuales de manejo macroecon¨®micos, muchos analistas, como Giancarlo Summa, apuntan que este fue uno de los factores que llevaron a que la base social de Lula variara, durante su gobierno, de su original sustento ¡ªla clase trabajadora¡ª hacia los sectores m¨¢s pobres. En cualquier caso, el hecho es que su gobierno termin¨® en diciembre del 2010 con una popularidad superior al 80%.
Tres cosas importantes ocurrieron en el pa¨ªs luego de su gobierno. Primero la elecci¨®n de Dilma Rousseff como su sucesora desde el 2011, lo que fue seguido por su destituci¨®n por el Senado en mayo de 2016 en un hecho que muchos denominaron, con algo de raz¨®n, ¡°golpe de Estado parlamentario¡±. No solo Dilma sino todo el ¡°lulismo¡± parec¨ªa haber sido golpeado y afectado irreversiblemente en un contexto, adem¨¢s, en el que el manejo de la econom¨ªa se le sali¨® de control al gobierno.
Segundo, los procesos de investigaci¨®n por corrupci¨®n impulsados por el juez Sergio Moro contra varios implicados en sonoros casos y contra el propio Lula. Vistas muchas de estas investigaciones al inicio como un viento depurador y salvador, dentro del contexto de la brutal corrupci¨®n producidos en Brasil y otros pa¨ªses por Odebrecht y otras grandes empresas constructoras brasileras, el crudo curso de los acontecimientos fue bajando a Moro y a otros protagonistas del pedestal que la media le hab¨ªa construido.
El manejo tipo ¡°rock star¡± por Moro, si bien gener¨® inicial inter¨¦s y entusiasmo por la comunidad internacional, fue demostrando gradualmente que su conducta y el curso de varios de sus procesos ten¨ªan m¨¢s de pol¨ªtica que de justicia. Afectaciones severas al debido proceso fueron poniendo en cuesti¨®n la independencia y el rigor de un sacrosanto Moro que poco a poco iba desdibuj¨¢ndose. Por ejemplo, impulsando shows para los medios como enviar, cinematogr¨¢ficamente, tanquetas y helic¨®pteros para trasladar a Lula desde su residencia en Curitiba a una diligencia judicial rutinaria.
En lo que muchos llamaron ¡°masacre¡± contra Lula, los hechos demostraron que a lo que se apuntaba era a inhabilitar a cualquier precio su candidatura y facilitar la de Bolsonaro; de quien, no por casualidad, acab¨® Sergio Moro siendo ministro. Las fichas quedaron expuestas. En el contexto de los meses que siguieron, el Supremo Tribunal Federal de Brasil ¡ªinsospechable de ¡°lulismo¡±¡ª analiz¨® los procesos por los que se condenaba a Lula y los anul¨®. Y Lula recuper¨® la plenitud de sus derechos pol¨ªticos.
Tercero, el cuestionado gobierno de Bolsonaro, tanto dentro como fuera del Brasil, por varias cosas, dentro de lo que destacaban dos. De un lado, el manejo irresponsable durante la pandemia de la Covid, elemento contributivo decisivo del fallecimiento de cerca de 700,000 personas en el pa¨ªs. Con ello Brasil pas¨® a ocupar el poco honroso segundo puesto de fallecimientos en el mundo, precedido s¨®lo por los EE UU.
Por otro lado, la decisiva e imperdonable contribuci¨®n de Bolsonaro a la destrucci¨®n de la foresta amaz¨®nica. Como lo he recordado en este mismo peri¨®dico, la deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa brasile?a creci¨® 79% durante los primeros tres a?os de gobierno de Bolsonaro; ¨¢rea mayor que Qatar o Jamaica, igual a Bahamas o m¨¢s de la mitad de todo el territorio de El Salvador. Lo esencial: la responsabilidad directa de su gobierno por falta de fiscalizaci¨®n de las autoridades ambientales y la reducci¨®n brutal de presupuesto para combatir esos delitos.
De ser elegido Lula este domingo, varias cosas ya han cambiado. De un lado el propio equipo de gobierno que asumir¨ªa las riendas el 1 de enero del 2023 ser¨ªa distinto del que llev¨® las riendas en el periodo 2003/2011. Al haber escogido a Gerardo Alckmin, de centro derecha, como candidato a vicepresidente, Lula transmite todo un mensaje. M¨¢s bien conservador, Alckmin siempre estuvo cercano al sector empresarial m¨¢s poderoso (el paulista). Ha estado ha estado siempre opuesto al PT y se le menciona cercano incluso al Opus Dei. Pese a que Alckmin dej¨® el PSDB de Cardoso el a?o pasado, hay varios indicios de que el propio Fernando Henrique hoy apoyar¨ªa la elecci¨®n de Lula, sin duda por tener al frente al ¡°Trump brasilero¡±.
Por otro lado, el complejo contexto internacional y nacional en materia econ¨®mica hoy prevaleciente. Que no es de expansi¨®n ¡ªcomo s¨ª lo fue durante su primer gobierno¡ª, sino de recesi¨®n o, al menos, de enfriamiento global. Esto apunta a una gesti¨®n dif¨ªcil y amenazada por varios lados, y no s¨®lo por el entorno econ¨®mico, sino tambi¨¦n por un ¡°Trump local¡± en las trincheras, que ha dado muestras de din¨¢micas y m¨¦todos an¨¢logos al de la versi¨®n original de Palm Beach, y con un apoyo real en al menos 30% de la poblaci¨®n. Nada de esto es y ser¨¢ irrelevante o decorativo.
En lo que ata?e a la foresta amaz¨®nica puede ser esta una de las ¨¢reas de viraje con Lula. Y con repercusiones internacionales relevantes. Con una destrucci¨®n acelerada en dimensiones sin precedentes durante el gobierno que termina, tendr¨ªa Lula el reto de vigorizar pol¨ªticas e instituciones internas que enfrenten esta amenaza. Podr¨ªa, adem¨¢s, desempe?ar un papel en la revitalizaci¨®n de una vertebraci¨®n urgente de los pa¨ªses amaz¨®nicos, hoy sin liderazgo. Apuntando, entre otras cosas, a dinamizar la articulaci¨®n de los ocho Estados miembros en la indispensable ¡ªpero hoy aletargada¡ª Organizaci¨®n del Tratado de Cooperaci¨®n Amaz¨®nica (OTCA).
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