Imposible defender esa gesti¨®n

Hablando de su libro Morir¨¢n de forma indigna, el exconsejero madrile?o de Pol¨ªticas Sociales Alberto Reyero dijo en la Cadena SER muchas cosas, como que hab¨ªa anunciado que los mayores en residencias morir¨ªan en condiciones deplorables. Coment¨® que se le cerraron todos los o¨ªdos y lo miraban con indiferencia. Se le olvid¨® decir que ya viv¨ªan indignamente. Supongo que sabe que hab¨ªa residencias que no ten¨ªan ni term¨®metros, por poner un ejemplo, y, sobre todo, personal suficiente y bien tratado. Habl¨® de que hab¨ªa que medicalizar las residencias, ya que no estaban medicalizadas ni siquiera con lo m¨ªnimo. Imagino que el exconsejero tiene claro que personas con demencia o inmovilidad total no pueden permanecer en un pasillo de urgencias sin ayuda y solas. Hab¨ªa que medicalizar las residencias antes. Hab¨ªa que inspeccionar las residencias antes. Me pregunto, como ciudadana de 75 a?os con insuficiencia cardiaca, ox¨ªgeno 16 horas al d¨ªa y movilidad reducida, qu¨¦ puedo esperar de una residencia si la necesito en un futuro cuando los pol¨ªticos defienden su gesti¨®n con 5.000 muertos.

Mercedes Garc¨ªa Ferrer. Madrid

Un espacio natural lleno de basura

El otro d¨ªa, me encontraba explorando unas charcas naturales de lo m¨¢s deliciosas cuando empec¨¦ a ver basura tirada por el suelo: camisetas sucias, botellas, papeles, latas, etc¨¦tera. Trat¨¦ de imaginar qu¨¦ tipo de persona puede ser capaz de hacer una cosa as¨ª. Poco tard¨¦ en dar con el resultado: gente sin remedio. Es por eso por lo que propongo prohibir la naturaleza a las personas que no la respeten. Alguien que llena de basura un espacio natural no se merece poder disfrutar de dicho espacio.

Josep El¨ªas Zakhir Puig. Valencia

Ascensor social averiado

Dicen que el ascensor social ya no funciona. Se han propuesto varias causas, que infravaloran el deterioro del sistema educativo. A?os atr¨¢s, la exigencia a todos los niveles hac¨ªa que cualquier estudiante inteligente y esforzado fuera codiciado por los empleadores, superando as¨ª los escalones impuestos por su ¡°bajo nacimiento¡±. Actualmente, tal tipo de exigencia no existe, lo que imposibilita al empleador distinguir entre los buenos y los regulares. Adem¨¢s, hoy son imprescindibles los m¨¢steres, y los buenos resultan caros, con lo que s¨®lo pueden acceder los de ¡°alta cuna¡±. As¨ª es muy dif¨ªcil que el motor del ascensor funcione.

?ngel Royuela Rico. Palencia

Expectativas en las relaciones

Me pregunto si son compatibles las expectativas que ponemos en nuestras relaciones personales y lo que estamos dispuestos a hacer por ellas ante la deslealtad, la mentira, las infidelidades o las traiciones. No s¨¦, quiz¨¢s no sea para tanto o, bueno, para tan poco. Estamos muy liados con nuestra l¨ªnea de valores, con el grado de compromiso, con el concepto de amor o con lo socialmente esperado. Pon que perdonas una infidelidad, ?es dependencia o es amor? Pon que no la perdonas por el qu¨¦ dir¨¢n. ?D¨®nde est¨¢ el manual que nos diga qu¨¦ hacer en estos casos? ?Estamos idealiz¨¢ndonos los unos a los otros? En caso de ser as¨ª, ?c¨®mo parar antes de que sea demasiado tarde?

Mar¨ªa Isabel Mart¨ªnez Reverte. Lorca (Murcia)