Sequ¨ªa y pobreza
Entre los efectos del cambio clim¨¢tico est¨¢n las sequ¨ªas severas y afectan ya a la seguridad energ¨¦tica global
El descr¨¦dito del negacionismo clim¨¢tico no es cosa solo de la comunidad cient¨ªfica m¨¢s solvente, sino tambi¨¦n de la calle y las inquietudes de la ciudadan¨ªa. La acumulaci¨®n de evidencias podr¨ªa no ser irrefutable, pero s¨ª lo son los datos y perspectivas que manejan los expertos, no como impresiones particulares sino como conocimiento. ...
El descr¨¦dito del negacionismo clim¨¢tico no es cosa solo de la comunidad cient¨ªfica m¨¢s solvente, sino tambi¨¦n de la calle y las inquietudes de la ciudadan¨ªa. La acumulaci¨®n de evidencias podr¨ªa no ser irrefutable, pero s¨ª lo son los datos y perspectivas que manejan los expertos, no como impresiones particulares sino como conocimiento. Las sequ¨ªas suponen ya en muchos lugares del planeta la diferencia entre la vida y la muerte para decenas de miles de personas. Un grupo de especialistas ha concluido recientemente que las condiciones actuales hacen que las sequ¨ªas extremas resulten al menos 20 veces m¨¢s probables en la regi¨®n extratropical del hemisferio norte. Pueden ocurrir una vez cada 20 a?os; sin los efectos del cambio clim¨¢tico, se producir¨ªa una vez cada 400. Solo en Europa, que ha vivido el verano m¨¢s caluroso desde al menos 1880, el Observatorio Europeo de la Sequ¨ªa estima que el 47% del territorio continental se encuentra en peligro de sufrirla y el 17% en condiciones de alerta grave.
En plena guerra en Ucrania, la bajada de rendimiento de los cultivos por el calor y la carencia de agua ha acentuado la crisis internacional de precios y generado un problema de seguridad alimentaria en las zonas m¨¢s pobres y desprotegidas del globo. El calor extremo y las inundaciones en India y Pakist¨¢n o las sequ¨ªas en zonas de ?frica se han combinado para agravar las dificultades en los mercados de alimentos internacionales. En Espa?a, cerca del 30% de las cosechas de cereal se han perdido, con embalses al 31,9%, el peor dato en 27 a?os, y se han vivido olas de calor encadenadas con sequ¨ªas e incendios gigantescos. Conforme crecen las evidencias del cambio clim¨¢tico, crecen tambi¨¦n las preguntas sobre sus repercusiones y la urgencia de gestionar los riesgos futuros. Los impactos clim¨¢ticos extremos y la responsabilidad de las naciones m¨¢s ricas con los pa¨ªses m¨¢s pobres son una de las cuestiones que abordar¨¢ en un mes la cumbre del clima de la ONU.
Cualquier forma de banalizar los datos que aportan los cient¨ªficos puede resultar letal para un enorme segmento de la poblaci¨®n del planeta, pero tambi¨¦n para el mismo Occidente rico. Ayer mismo se hac¨ªan p¨²blicos los resultados de un informe de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial que elude el alarmismo, pero no la realidad: ¡°Las olas de calor y las sequ¨ªas ya est¨¢n poniendo a prueba la generaci¨®n de electricidad existente¡± a causa de la dificultad de refrigerar tanto las centrales t¨¦rmicas como las nucleares porque se ha reducido la disponibilidad de agua para ese fin. Tambi¨¦n las plantas hidroel¨¦ctricas se ven ya afectadas porque el 11% de la capacidad de generar electricidad a trav¨¦s de los saltos de agua se sit¨²a en zonas de lo que se llama ¡°estr¨¦s h¨ªdrico¡±: donde el agua escasea. Ninguna planificaci¨®n econ¨®mica podr¨¢ obviar los riesgos energ¨¦ticos ante el cambio clim¨¢tico.