El pr¨®ximo giro de 180 grados
Los ¡®tories¡¯ han perdido algo m¨¢s que su credibilidad como partido de gobierno competente. Han perdido el Brexit
La posibilidad de que el Reino Unido complete el Brexit se acerca ya a cero. La causa de la muerte es negligencia pura y dura. Boris Johnson fracas¨® porque era Boris. Liz Truss ha fracasado porque no sab¨ªa lo que estaba haciendo. Ambos, y todos a su alrededor, no supieron explicar su idea de modelo econ¨®mico post-Brexit. R.I.P.
El anterior modelo econ¨®mico del Reino Unido se basaba en dos pilares: un punto de entrada amplio, liberal y angl¨®fono para las empresas estadounidenses y asi¨¢ticas al mercado ¨²nico de la UE; y ser el centro financiero de la eurozona. Con el Brexit, ambos pilares se derrumbaron.
Mi preferencia para un nuevo modelo habr¨ªa sido una estrategia basada en la innovaci¨®n, en datos y tecnolog¨ªas financieras, medioambientales y sanitarias. Esto habr¨ªa exigido la supresi¨®n de las normativas heredadas de la UE, por ejemplo, en protecci¨®n de datos y servicios financieros. Esta estrategia concreta habr¨ªa requerido una liberalizaci¨®n y una nueva regulaci¨®n a gran escala. Se habr¨ªa desechado la normativa general de protecci¨®n de datos de la UE. Constituye un obst¨¢culo para la econom¨ªa en la era de la informaci¨®n. Tambi¨¦n habr¨ªa desaparecido la pol¨ªtica de competencia para proteger a las empresas industriales de la era anal¨®gica. Tambi¨¦n desaparecer¨ªa la reglamentaci¨®n de los servicios financieros para proteger a los grandes bancos e instituciones financieras nacionales.
Elaborar una nueva estrategia econ¨®mica tendr¨ªa que haber sido la primera respuesta al Brexit. El Brexit no requiere un r¨¦gimen macroecon¨®mico esencialmente diferente. Es una cuesti¨®n de normativa.
A largo plazo, el crecimiento econ¨®mico es una funci¨®n de la productividad de la econom¨ªa. El trabajo a corto plazo, y el de la gesti¨®n macroecon¨®mica, es garantizar que se llegue al largo plazo. Las pol¨ªticas macroecon¨®micas son importantes. Pero no se genera un crecimiento de la productividad a largo plazo solo a base de rebajas fiscales. Los inversores directos extranjeros se preocupan por esta cuesti¨®n. Un impuesto de sociedades del 25% podr¨ªa desanimarles. Es un tipo impositivo que se acerca a la media europea. ?Por qu¨¦ invertir en el Reino Unido cuando se puede ir a B¨¦lgica, que tiene el mismo tipo impositivo para las empresas y, adem¨¢s, un mont¨®n de ofertas ventajosas para los inversores internacionales? Incluso la comida es mejor.
Los empresarios tambi¨¦n se preocupan por los impuestos, pero lo que les mueve no son los impuestos bajos. Lo que les importa es la libertad para dirigir sus negocios, sin trabas normativas. Tambi¨¦n necesitan una buena oferta de mano de obra de alta calidad. Con una normativa al estilo de la UE, un impuesto de sociedades del 25% y un r¨¦gimen de inmigraci¨®n restrictivo, el Reino Unido no es un lugar especialmente atractivo ni para los empresarios ni para los inversores extranjeros.
Liz Truss no completar¨¢ el Brexit porque se pasar¨¢ los d¨ªas que le quedan en Downing Street luchando por su supervivencia pol¨ªtica. Ha agotado todo su capital pol¨ªtico en unas pocas semanas. Un programa regulatorio post-Brexit consumir¨ªa mucho capital pol¨ªtico. Basta con intentar liberalizar la protecci¨®n de datos y ver qu¨¦ pasa. O prohibir el uso de herbicidas como el glifosato. O segar los cinturones verdes en las circunscripciones conservadoras para ampliar la oferta de viviendas. O tratar de quitar poder de decisi¨®n a las autoridades locales, como hizo Margaret Thatcher. O plantar cara a los maquinistas de trenes.
Distra¨ªdos por una pandemia y una guerra, los tories acabaron dilapidando su mandato. Lo que no hicieron en los ¨²ltimos tres a?os no lo van a compensar en los dos restantes con un primer ministro d¨¦bil. Es hora de reconciliarse con la idea de que la transformaci¨®n que exige el Brexit no se llevar¨¢ a cabo.
Lo que est¨¢ en juego no es si Truss sobrevivir¨¢, sino si el Brexit sobrevivir¨¢. Yo creo que no. Al menos no en su forma actual. S¨¦ muy bien que sir Keir Starmer [el l¨ªder del Partido Laborista] prometi¨® no reabrir esta cuesti¨®n. Desde el punto de vista pol¨ªtico, es una decisi¨®n sabia. Pero los hechos se entrometer¨¢n.
Para empezar, sir Keir tampoco tiene una estrategia para el Brexit. No se puede culpar a un partidario de la permanencia en la UE de no tener una. Si ni el Gobierno ni la oposici¨®n tienen un plan, mi conclusi¨®n es que el Brexit acabar¨¢ dando marcha atr¨¢s en lo esencial, porque la econom¨ªa brit¨¢nica no est¨¢ equipada para ello. Todav¨ªa est¨¢ equipada para la pertenencia a la UE.
Es posible que el Reino Unido no tenga que reintegrarse necesariamente en la UE. Eso sigue siendo poco probable en un futuro pr¨®ximo. Pero el Reino Unido podr¨ªa reincorporarse al mercado ¨²nico, con las obligaciones que ello conllevar¨ªa. Recuerdo que me dijeron que no ten¨ªa sentido permanecer en el mercado ¨²nico porque eso limitar¨ªa la capacidad regulatoria. Por supuesto que s¨ª. Pero, ?de qu¨¦ sirve la libertad regulatoria si no se utiliza?
El restrictivo r¨¦gimen de inmigraci¨®n del Reino Unido est¨¢ bien si se gestiona una econom¨ªa basada en la innovaci¨®n de alta tecnolog¨ªa. Pero se necesitan inmigrantes para los restaurantes, los bares y el manejo de equipajes. Si lo suyo son los servicios de baja tecnolog¨ªa y las cadenas de suministro, su sitio es la UE.
La verdadera raz¨®n por la que creo que sir Keir acabar¨¢ volviendo a la UE es que tiene el tiempo de su parte. Probablemente, mantendr¨¢ su promesa de no cambiar bruscamente el rumbo durante su primer mandato. Las ¨¦pocas pol¨ªticas, como los juegos de p¨®ker, tienen rachas. A partir de 1979, hemos tenido rachas de cuatro victorias conservadoras, tres laboristas y cuatro conservadoras. Mi expectativa es que estamos a dos elecciones del mercado ¨²nico. En ese momento, la mayor¨ªa de la gente habr¨¢ olvidado por qu¨¦ se sali¨® de la UE.
Este, y no el minipresupuesto, es el giro de 180 grados por el que Liz Truss ser¨¢ recordada por la posteridad.
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