Por qu¨¦ las elecciones en Brasil te afectar¨¢n
Si tuviera consciencia clim¨¢tica, la poblaci¨®n mundial pondr¨ªa estos comicios en el centro de sus preocupaciones
El l¨ªder campesino de la Amazonia Erasmo Theofilo afirma que las elecciones presidenciales de 2022 son las m¨¢s importantes de la historia de Brasil. Pero no pudo votar en la primera vuelta, el pasado 2 de octubre. ?l, su mujer Natalha y sus cuatro hijos peque?os est¨¢n, por quinta vez durante ...
El l¨ªder campesino de la Amazonia Erasmo Theofilo afirma que las elecciones presidenciales de 2022 son las m¨¢s importantes de la historia de Brasil. Pero no pudo votar en la primera vuelta, el pasado 2 de octubre. ?l, su mujer Natalha y sus cuatro hijos peque?os est¨¢n, por quinta vez durante el Gobierno de Jair Bolsonaro, candidato a la reelecci¨®n, escondidos para que los destructores de la Amazonia no los asesinen. A miles de kil¨®metros de su refugio, Ana Mirtes, desempleada, se despert¨® el d¨ªa de las elecciones dispuesta a votar al expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. Pero desisti¨®. Vive en S?o Paulo, la ciudad m¨¢s rica de Brasil, pero si se gastaba el dinero en el autob¨²s hasta el colegio electoral, su hijo de 10 a?os no comer¨ªa ese d¨ªa. Su familia forma parte de los 33 millones de brasile?os que pasan hambre y tienen que escoger entre votar o comer. Entre el protector de la selva que no puede votar en unas elecciones decisivas para su vida y la mujer desempleada que tuvo que elegir entre comer y votar se dibuja la tragedia que vive Brasil en este momento.
Una tragedia con final incierto. Lula obtuvo seis millones de votos m¨¢s que Bolsonaro en la primera vuelta, pero no fueron suficientes para derrotar al actual presidente. Dada la situaci¨®n de cat¨¢strofe social y ambiental de Brasil, los 51 millones de votos que recibi¨® Bolsonaro son sorprendentes. En las ¨²ltimas semanas antes de la segunda vuelta, el ultraderechista sigue utilizando la maquinaria del Estado para su campa?a sin que las instituciones que quedan puedan impedirlo.
S?o Paulo, donde vive Ana, es el mayor colegio electoral del pa¨ªs, decisivo para el resultado de las elecciones que afectan a la vida de los defensores de la Amazonia y de la propia selva, que con el actual presidente ha sufrido la deforestaci¨®n m¨¢s intensa de los ¨²ltimos 15 a?os. El 19 de agosto de 2019, Ana y toda la poblaci¨®n del centro econ¨®mico de Brasil vio c¨®mo ¡°el d¨ªa se convert¨ªa en noche¡± en la gigantesca metr¨®polis debido a la ceniza de los incendios de la Amazonia. Era una se?al de que lo que ocurre en la selva repercute muy lejos y sigue reverberando en cadena. Las elecciones brasile?as tambi¨¦n deben entenderse as¨ª: el resultado de las urnas no afectar¨¢ solo a Brasil, sino al planeta. Si tuviera consciencia clim¨¢tica, la poblaci¨®n mundial pondr¨ªa estas elecciones en el centro de sus preocupaciones.
El Congreso y gran parte de los gobernadores elegidos en la primera vuelta han aumentado todav¨ªa m¨¢s el riesgo mundial. Si la actual C¨¢mara de los Diputados ya alberga un gran n¨²mero de enemigos de la naturaleza, la configuraci¨®n que acaba de ser elegida re¨²ne a un n¨²mero todav¨ªa mayor de depredadores de la selva. En el Senado, el n¨²mero de partidarios de Bolsonaro ha aumentado significativamente. Entre ellos est¨¢ Tereza Cristina, ministra de Agricultura de Bolsonaro expl¨ªcitamente favorable a la agroindustria predatoria. Al frente de la cartera hizo honor a su apodo, ¡°musa del veneno¡±, al aprobar m¨¢s de 1.600 pesticidas, algunos comprobadamente cancer¨ªgenos.
La guerra contra la naturaleza, que tiene en Brasil uno de sus principales campos de batalla, ser¨¢ m¨¢s dura en los pr¨®ximos a?os. En el campo democr¨¢tico, unido en un frente amplio contra Bolsonaro, existe el consenso de que la Amazonia y Brasil solo tienen una posibilidad: que gane Lula. Y, aun as¨ª, ser¨¢ muy dif¨ªcil.
Sin embargo, si Bolsonaro es reelegido, es mejor que el mundo se prepare para presenciar el fin de la Amazonia y, con ella, cualquier posibilidad de que los ni?os que ya han nacido tengan una vida de calidad.