Donde Europa pierde su nombre
Los europeos tenemos la responsabilidad de decidir si queremos que esto sea una fortaleza construida con violencia o un lugar donde se gestionan los pasos fronterizos con un m¨ªnimo de humanidad
El Defensor del Pueblo, despu¨¦s de analizar lo sucedido en Melilla el pasado junio, ha llegado a la conclusi¨®n de que no se cumpli¨® la ley al devolver en caliente a 470 inmigrantes. Por su lado, la Oficina Europea Contra el Fraude se?ala que Frontex, la agencia que se encarga del cont...
El Defensor del Pueblo, despu¨¦s de analizar lo sucedido en Melilla el pasado junio, ha llegado a la conclusi¨®n de que no se cumpli¨® la ley al devolver en caliente a 470 inmigrantes. Por su lado, la Oficina Europea Contra el Fraude se?ala que Frontex, la agencia que se encarga del control de fronteras en nuestro continente, lleva a cabo pr¨¢cticas irregulares y vulnera los derechos de las personas de las que se ocupa. Estas dos noticias no han provocado ninguna reacci¨®n social, ninguna indignaci¨®n colectiva ni muestras de apoyo y solidaridad con las v¨ªctimas. Donald Trump y sus pol¨ªticas en asuntos migratorios despertaban m¨¢s enojo en esta parte del mundo que lo que ocurre mucho m¨¢s cerca de nosotros, tal vez porque es siempre m¨¢s f¨¢cil ver la paja en el ojo ajeno o porque las muertes de quienes escapan de la violencia y desesperaci¨®n desde el Sur se han naturalizado hasta tal punto que ya no despiertan ni el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en la a menudo distra¨ªda opini¨®n p¨²blica. A veces, parecemos m¨¢s compasivos con los animales maltratados u abandonados que con un negro flotando en el mar o huyendo por el monte Gurug¨² perseguido por las fuerzas de seguridad.
Yo s¨¦ que la empat¨ªa es un capital limitado y que no tenemos tiempo ni ¨¢nimo para estar pendientes de todas las vulneraciones de derechos, pero es que resulta que esta es muy nuestra, gestionada por los dirigentes que hemos escogido democr¨¢ticamente. Somos los ciudadanos europeos quienes tenemos la responsabilidad de decidir si queremos que esto sea una fortaleza construida a base de violencia o un lugar donde se gestionan los pasos fronterizos con un m¨ªnimo de humanidad. La vulneraci¨®n de las leyes que no nos afectan directamente tendr¨ªa que resultarnos tan repulsiva como la de las que s¨ª lo hacen. En ello est¨¢ en juego algo mucho m¨¢s que los l¨ªmites f¨ªsicos de esta parte del mundo; lo que de verdad se est¨¢ poniendo en tela de juicio con estas actuaciones son los l¨ªmites ¨¦ticos y de valores del proyecto europeo que naci¨®, habr¨¢ que recordarlo, como una propuesta de paz que renegaba de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial y el nazismo. La p¨¦rdida de esa ra¨ªz fundamental de la igualdad y la fraternidad entre todos los seres humanos y las garant¨ªas del Estado de derecho, no se equivoquen, damnificar¨¢ primero a los que pretenden entrar en Europa pero luego a todos los que ya estamos dentro de ella