La lecci¨®n del Partido de Acci¨®n: faltan los mejores
Figuras como Bobbio, Montale, Ciampi o Spinelli militaron en la vieja, peque?a formaci¨®n, disuelta hace 75 a?os, y que recuerda la importancia de la participaci¨®n pol¨ªtica de figuras de gran estatura intelectual
Se cumpli¨® ayer el centenario de la ignominiosa Marcha sobre Roma. Mucho se ha comentado la coincidencia entre la entronizaci¨®n en Italia de un Gobierno liderado por la ultraderecha ¡ªhay debate, m¨¢s fuera de Italia que dentro, acerca de si clasificarlo como post o neofascista¡ª y tan redondo y l¨²gubre aniversario. Abundan los an¨¢lisis posibles en ese marco. Hay uno quiz¨¢ menos central que otros que, no obstante, permite alguna reflexi¨®n interesante. La historia del peque?o Partito D¡¯Azione.
Fundado en 1942 en la clandestinidad en el piso romano de Federico Comandini en presencia de su cu?ado y otro pu?ado de antifascistas, el partido ¡ªinspirado en el hom¨®nimo movimiento mazziniano del siglo anterior¡ª ech¨® a andar sobre la base de una ideolog¨ªa socioliberal, que entre otros objetivos buscaba convertir a Italia en rep¨²blica, establecer la naturaleza laica del Estado y formar una federaci¨®n europea de Estados democr¨¢ticos. Fue eficaz en la organizaci¨®n de brigadas partisanas de lucha antifascista, llegando a movilizar unas 50.000 personas, seg¨²n la enciclopedia Treccani. Pero, adem¨¢s, pese a ser un partido peque?o, fue eficaz en imantar una impresionante constelaci¨®n de figuras de extraordinario relieve.
Entre sus miembros se encontraban personas como Eugenio Montale (futuro Nobel de la Literatura), Norberto Bobbio (tit¨¢n del pensamiento jur¨ªdico-pol¨ªtico), Carlo Azeglio Ciampi (futuro gobernador del Banco de Italia y respetado presidente de la Rep¨²blica), Altiero Spinelli (uno de los padres fundadores de la UE), Leone Ginzburg (gran intelectual, que dirigi¨® la publicaci¨®n del partido ¡ªL¡¯Italia Libera¡ª hasta su detenci¨®n y posterior muerte por torturas de las SS en Roma, y esposo de Natalia), Carlo Levi (tambi¨¦n involucrado en L¡¯Italia Libera, y despu¨¦s autor de Cristo se par¨® en ?boli) o Ada Gobetti, gran luchadora feminista, entre muchos otros.
El partido, como tal, no tuvo ¨¦xito. En las elecciones del 1946 obtuvo solo el 1.5% de los votos, y pronto se disolver¨ªa. Se hundi¨® en medio de tantos errores de los que se pueden extraer lecciones. Pero igual de importante parece hoy fijarse en sus aciertos, sobre todo en esa capacidad de movilizaci¨®n, de canalizaci¨®n pol¨ªtica, de tantos de los mejores intelectos italianos, que tanto aportar¨ªan a la vida p¨²blica despu¨¦s.
El Gobierno de Meloni, reci¨¦n instalado, no destaca por la brillantez de sus componentes. Es cuando menos discutible que la oposici¨®n s¨ª logre reunir multitud de figuras de gran relieve.
Cierto, la tensi¨®n insuperable de la II Guerra Mundial ejerci¨® de fuerza movilizadora extraordinaria, atrayendo a la pol¨ªtica a los mejores y m¨¢s valientes. Ahora no es igual. Pero cabe preguntarse si no vivimos en una ¨¦poca especialmente desmovilizadora, que mantiene lejos de la pol¨ªtica a tantos intelectos de primera fila.
M¨¢s all¨¢ de Italia, abundan se?ales de liderazgos poco s¨®lidos, de parlamentarismo de escaso vuelo. Por supuesto, hay en Europa figuras excelentes que representan a la ciudadan¨ªa, pero es probable que el actual devenir de los partidos y de la vida en general no est¨¦n fomentando especialmente la vocaci¨®n pol¨ªtica. Toxicidad de la esfera p¨²blica, sobreexposici¨®n medi¨¢tica, una senda general de descomposici¨®n de las plataformas colectivas reales en favor de plataformas digitales que agregan pero no unen, y sobre todo tienden a mantener a la enorme mayor¨ªa de individuos en una¡ pasividad individual. Demasiados de entre los mejores se mantienen alejados de la pol¨ªtica; demasiados de entre aquellos que podr¨ªan alcanzar la excelencia se malgastan en una vida encogida; demasiados alcanzan la primera fila por razones que no son la excelencia.
Qu¨¦ bien nos vendr¨ªan hoy Montale, Bobbio, Ciampi, Spinelli, Ginzburg, Levi & co. militando en un partido pol¨ªtico. Quiz¨¢ fracasar¨ªa, como el de Azione. ?Pero cu¨¢nto florecer¨ªa de esa implicaci¨®n!, como ocurri¨® en la lucha partisana en el monte, primero, en la conversi¨®n de Italia en rep¨²blica, despu¨¦s, o en el inicio de una integraci¨®n europea, en el arraigo de una conciencia civil y en tantas cosas altas que esas grandes figuras aportaron a la vida colectiva tras su paso por la pol¨ªtica. En estos d¨ªas, adem¨¢s del centenario de la Marcha sobre Roma, se cumplen tambi¨¦n los 75 a?os de la disoluci¨®n del Partito D¡¯Azione, que cualquier dem¨®crata tiene buenos motivos para echar mucho de menos.
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