Coraje e insolencia: los ingredientes de la revuelta iran¨ª en redes

En unos d¨ªas se cumplir¨¢n dos meses del asesinato de Masha Amini, la joven iran¨ª a quien la Polic¨ªa de la Moral mat¨® por llevar mal puesto el velo. Desde entonces, la represi¨®n ejercida por los Guardianes de la Revoluci¨®n al movimiento de protesta impulsado por la juventud ha alcanzado un nivel de violencia inimaginable: las detenciones ¡ª12.500, seg¨²n las ONG¡ª y los asesinatos en plena calle, a la vista de todos, se han convertido en escenas cotidianas. Frente a la barbarie, la movilizaci¨®n de los j¨®venes sigue m¨¢s viva que nunca. El coraje descomunal que demuestran despierta una cierta tristeza al observar la poca atenci¨®n que esta revuelta, considerada por soci¨®logos como Sma?n Laacher como quiz¨¢s la mayor revoluci¨®n feminista en curso en el mundo, recibe en los medios de comunicaci¨®n. Una desatenci¨®n que compensan las redes, en particular Twitter, donde nos llegan cada d¨ªa im¨¢genes marcadas por una insolencia que hasta hace relativamente poco era impensable en la Rep¨²blica isl¨¢mica y en el mundo musulm¨¢n en general.

Al igual que la primavera ¨¢rabe, las redes sociales son una herramienta fundamental de la contestaci¨®n de la juventud iran¨ª: grabar los ataques a los s¨ªmbolos del poder pol¨ªtico se ha convertido en una tendencia en s¨ª. En los numerosos v¨ªdeos que circulan en la red, vemos a mujeres j¨®venes, e incluso abuelas, quitarse el velo y cortarse el pelo, a otras bailar en la calle, a estudiantes haciendo una peineta al retrato de Al¨ª Jamenei (actual l¨ªder supremo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica), y Rouhollah Jomeini (antiguo l¨ªder de la Revoluci¨®n de 1979), pintadas de insultos dirigidas a los dirigentes en las calles de las principales ciudades del pa¨ªs o incluso a adolescentes popularizar el peligroso juego del turbante, que consiste en quitar con un golpe el turbante de los mul¨¢s (cl¨¦rigos) que se cruzan por la calle para despu¨¦s salir corriendo. Algo que en Occidente ser¨ªa una chiquillada ¡ªqui¨¦n no le gast¨® bromas al p¨¢rroco del pueblo siendo ni?o o adolescente¡ª, pero que en Ir¨¢n puede costarle la vida al autor o como m¨ªnimo mandarle a la c¨¢rcel.

En los ¨²ltimos d¨ªas, el v¨ªdeo de Taraneh Alidoosti, una de las artistas m¨¢s famosas de Ir¨¢n, conocida en el extranjero por sus papeles en las pel¨ªculas de Asghar Farhadi, se ha vuelto viral. Sin velo y mirando a c¨¢mara, Alidoosti asegura que dejar¨¢ de trabajar y que se quedar¨¢ en Ir¨¢n para dar apoyo a las familias de las v¨ªctimas de la represi¨®n. Luchar¨¢ por sus derechos ¡°sea cual sea el precio¡±. La valent¨ªa de la actriz ¡ªprotagonista de un esc¨¢ndalo en 2016 al desvelar sin querer un pu?o alzado tatuado en el antebrazo en una rueda de prensa ¡ª deja at¨®nitos a muchos tuiteros que anticipan las consecuencias que este gesto puede tener para la protagonista de El viajante. No ser¨ªa la primera en desaparecer y en terminar siendo asesinada por la polic¨ªa por una simple toma de posici¨®n p¨²blica. Semanas antes, fue detenido el cantante Shervin Hajipour, m¨²sico muy popular en Ir¨¢n. Su delito: un v¨ªdeo en el que interpretaba la canci¨®n Barayeh , que se convertir¨ªa en el himno de la revuelta (40 millones de vistas en las primeras 48 horas), y en el que se ve¨ªan desfilar tuits pidiendo libertad por parte de una generaci¨®n que solo ha conocido la represi¨®n y el poder de los ayatol¨¢s.

La canci¨®n de Hajipour ¡ªliberado luego bajo fianza¡ª adquiri¨® otra dimensi¨®n cuando, el pasado 28 de octubre, el grupo Coldplay la interpret¨® durante un concierto en Buenos Aires, acompa?ado por otra musa de Farhadi, la actriz exiliada Golshifteh Farahani.

Ojal¨¢ este gesto y los centenares de v¨ªdeos que inundan las redes estos d¨ªas sirvan para que el resto del mundo no se olvide del coraje in¨¦dito que est¨¢ demostrando la juventud iran¨ª.