Contra la violencia machista

La camarera me sirvi¨® un cortado. Despu¨¦s, en el bus, la conductora me record¨® que deb¨ªa ponerme la mascarilla. La proporci¨®n entre mujeres y hombres en el veh¨ªculo era de seis a uno a favor de ellas. Baj¨¦ y fui hacia la oficina. All¨ª me recibi¨® la vigilante de seguridad. Salud¨¦ a mis compa?eras y ped¨ª permiso a mi jefa: ten¨ªa que salir a hacerme un an¨¢lisis. La analista era joven y experta: ni siquiera not¨¦ la aguja. De vuelta al despacho me cruc¨¦ con dos barrenderas, las trabajadoras del superme...

La camarera me sirvi¨® un cortado. Despu¨¦s, en el bus, la conductora me record¨® que deb¨ªa ponerme la mascarilla. La proporci¨®n entre mujeres y hombres en el veh¨ªculo era de seis a uno a favor de ellas. Baj¨¦ y fui hacia la oficina. All¨ª me recibi¨® la vigilante de seguridad. Salud¨¦ a mis compa?eras y ped¨ª permiso a mi jefa: ten¨ªa que salir a hacerme un an¨¢lisis. La analista era joven y experta: ni siquiera not¨¦ la aguja. De vuelta al despacho me cruc¨¦ con dos barrenderas, las trabajadoras del supermercado, una periodista acompa?ada de una operadora de c¨¢mara, tres abogadas y dos economistas que tienen un despacho en un edificio cercano. Le¨ª durante un rato algunos titulares sobre la actividad de algunas ministras, la concesi¨®n de unos premios a tres cient¨ªficas... Durante la ma?ana atend¨ª una llamada de la presidenta de un Colegio Profesional. Fue un buen d¨ªa, en general. Pero al llegar a casa, por la noche, observ¨¦ que mi camisa favorita estaba a¨²n sin planchar y la cena fr¨ªa. ?In¨²tiles! ?No val¨¦is para nada!

Luis Andr¨¦s Mu?iz Garc¨ªa. Alicante

Avanzamos

Mi hija no quiere ser piloto, quiere ser pilota. Es capaz de detectar un texto machista en un libro infantil de un plumazo. Leerlo, detectarlo y denunciarlo. Y solo tiene ocho a?os. ¡°Sandra, a pesar de ser una chica, era muy fuerte y por eso la dejaron entrar en el grupo¡±. Esto, que en mis a?os hubi¨¦ramos asumido sin pena ni gloria, hoy sigue en los libros que leen nuestras hijas e hijos, pero extra?a, rechina, duele a la vista. No en nuestros ojos, que vienen defectuosos de f¨¢brica. En los de ellas. Ellas, que son capaces hoy de mirar a un lado y a otro con la claridad que les han dejado a?os de lucha feminista. Ellas, que han normalizado lo que siempre debi¨® ser normal. Ellas, que son las que hoy se abren paso dando lecciones. No nos equivoquemos. El foco tiene que alumbrarlas a ellas.

Laura Guti¨¦rrez. Madrid

Fomentar la cultura

El bono cultural a los j¨®venes que este a?o cumplen 18 a?os ha sido un verdadero dolor de cabeza para los beneficiarios. El papeleo necesario para recibirlo es desproporcionado, lo que ha hecho que solo un 57,8% de los j¨®venes con derecho a ese bono, lo hayan solicitado. Se habla de que el Gobierno quiere ampliar el bono a los nacidos el a?o 2005, veremos si facilitan estos tr¨¢mites a todo el mundo, y as¨ª fomentar la cultura entre los m¨¢s j¨®venes.

Marc Colominas Sans. Barcelona

Sorprende el civismo

Hace unos d¨ªas, vi un v¨ªdeo de unos japoneses en Qatar limpiando la basura de las gradas. Este tipo de comportamiento siempre deja con la boca abierta a muchas personas. El civismo forma parte de la sociedad japonesa. El civismo y la educaci¨®n en Jap¨®n se ense?a en la escuela y se mantiene en la adultez. Que nos sorprenda tanto dice mucho del incivismo imperante de muchos pa¨ªses de Occidente. Viene bien recordar aquello de ¡°no es m¨¢s limpio quien m¨¢s limpia, sino quien menos ensucia¡±.

Virginia Mej¨ªas. L¡¯Hospitalet de Llobregat (Barcelona)