Mari Carmen vuela en globo
Ella perdi¨® el miedo. A tiempo. A los 74 a?os. Tras m¨¢s de 40 conviviendo con un agresor: su marido
Mari Carmen, 74 a?os. Les cuento por si no la escucharon. Fue este viernes a las 8.10 en el matinal de ??igo Alfonso. Radio p¨²blica el D¨ªa Internacional de la Violencia contra las Mujeres. 25-N. En el programa luego entrevistar¨¢n a Teresa Peramato ¡ªfiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer¡ª, que se referir¨¢ al ...
Mari Carmen, 74 a?os. Les cuento por si no la escucharon. Fue este viernes a las 8.10 en el matinal de ??igo Alfonso. Radio p¨²blica el D¨ªa Internacional de la Violencia contra las Mujeres. 25-N. En el programa luego entrevistar¨¢n a Teresa Peramato ¡ªfiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer¡ª, que se referir¨¢ al derecho transitorio para describir el periodo durante el cual se modifican o sustituyen las leyes para adaptarlas a nuevas realidades sociales. En esos periodos surgen problemas de colisi¨®n legislativa, razona la veterana fiscal, que van resolvi¨¦ndose con buena voluntad. Aqu¨ª estamos y, sobre todo, estamos ante una necesaria evoluci¨®n: la progresiva toma de conciencia de una barbarie hist¨®ricamente silenciada y que ha emergido como un v¨®mito de dolor y un grito de dignidad que ha sacudido la conciencia de buena parte de la sociedad. Las v¨ªctimas de violencia sexual son las que son: el 85% son mujeres, el 48% son mujeres menores de edad. Pero no es de cifras de lo que querr¨ªa hablar, sino de nombres tras las cifras.
Querr¨ªa hablar de Mari Carmen y una esperanza conquistada con sus ¨²ltimas fuerzas. Pero antes una voz entrecortada. Carol. Ella y la tragedia que cuenta minutos despu¨¦s. Su vida solo puede reconstruirla como un encadenamiento de violencias. La ejerci¨® su abuelo, bebedor, sobre su abuela. La ejerci¨® su padre con su madre y tambi¨¦n con ella al moldearla un d¨ªa tras otro como un ser que deb¨ªa ser sumiso porque ella era una mujer. Y moldeada as¨ª a trav¨¦s de la dominaci¨®n cotidiana, incapacitada para sentirse aut¨®noma y condenada a ser dependiente, desde muy joven encaden¨® novios que la humillaban, pero no reaccionaba porque ella no ten¨ªa capacidad alguna para tomar conciencia y rebelarse contra el abuso. A pesar de todo, a pesar del trabajo psicol¨®gico para que descubra la autoestima, sentimos que a¨²n est¨¢ cautiva de un dolor que viene de muy lejos. La fuerza de su testimonio es muy intensa. Tambi¨¦n por el tono de voz. Resuena miedo. Solo tiene 26 a?os.
Querr¨ªa hablar de Mari Carmen cuando vio el mar. Pero en el programa pinchan la versi¨®n de Shego de la canci¨®n Merichane. As¨ª llamaban a Zahara cuando ten¨ªa 12 a?os, Merichane, el nombre de una prostituta del pueblo. Esa canci¨®n incluida en el ¨¢lbum Puta bucea en el dolor femenino: los abusos psicol¨®gicos y sexuales, la culpabilizaci¨®n por el goce y la ansiedad que intenta aplacarse con una relaci¨®n enfermiza con el cuerpo que desemboca en los trastornos alimentarios. Busco el v¨ªdeo y entr¨® en una atm¨®sfera claustrof¨®bica. ¡°Yo / A¨²n ah¨ª, sin saber salir¡±. Salgo de ella al leer los comentarios de mujeres que la han escuchado y se han visto reflejadas en esa experiencia. Son decenas que se reconocen en esos versos y tienen la necesidad de darles las gracias por haber visibilizado un dolor ahogado con tanta belleza angustiada. ¡°Gracias a esta canci¨®n por darnos la voz que a veces nos falta por miedo¡±.
Mari Carmen perdi¨® el miedo. A tiempo. A los 74 a?os. Tras m¨¢s de 40 conviviendo con un agresor: su marido. No era la primera vez que iba la comisaria. Ni la segunda. Cruzaba la puerta, le preguntaban qu¨¦ quer¨ªa, se giraba y volv¨ªa a su vida de siempre, temiendo la llegada de su marido a casa. El miedo saltaba a la barriga mientras escuchaba los insultos. ¡°Yo no val¨ªa para nada¡±. Andaba por la calle para no estar con ¨¦l. Hasta que ese d¨ªa a las siete de la tarde sali¨® de casa. Hace un mes. Le denunci¨®. La red de la protecci¨®n integral se activ¨®. La respuesta debe ir m¨¢s all¨¢ de las penas. Son ¡°soluciones eficaces para las mujeres¡±. Esa noche ¨¦l dormir¨ªa en comisar¨ªa, ella se instal¨® en el piso de acogida donde vive porque no tiene recursos. Recibe tratamiento psicol¨®gico. Quiere vivir sola, confiesa sollozando, ahora que se pinta los ojos porque se siente rejuvenecida. Y quiere volver a sentir la alegr¨ªa que experiment¨® al atreverse a denunciar. ?C¨®mo revivirlo? Subirse a un globo, respirar, eso querr¨ªa Mari Carmen.