Pol¨ªticas hartas de machismo
Francia M¨¢rquez, Irene Montero, Jacinda Ardern y Sanna Marin reciben ataques paternalistas y racistas por ocupar el espacio pol¨ªtico. Estar ah¨ª es su derecho, defend¨¢moslo
Cuando una mujer accede a un puesto de poder decimos que est¨¢ rompiendo el techo de cristal, usamos met¨¢foras que ¡°hacen hincapi¨¦ en su exterioridad¡±, pronunci¨® Mary Beard en una conferencia recogida en Mujeres y poder (Cr¨ªtica): ¡°No es f¨¢cil hacer encajar a las mujeres en una estructura que, de entrada, est¨¢ codificada como masculina: Lo que hay que hacer es cambiar la estructura¡±, a?adi¨®. A veces parece que las mujeres tuvieran que pedir permiso (o perd¨®n) para ocupar los espacios de los que...
Cuando una mujer accede a un puesto de poder decimos que est¨¢ rompiendo el techo de cristal, usamos met¨¢foras que ¡°hacen hincapi¨¦ en su exterioridad¡±, pronunci¨® Mary Beard en una conferencia recogida en Mujeres y poder (Cr¨ªtica): ¡°No es f¨¢cil hacer encajar a las mujeres en una estructura que, de entrada, est¨¢ codificada como masculina: Lo que hay que hacer es cambiar la estructura¡±, a?adi¨®. A veces parece que las mujeres tuvieran que pedir permiso (o perd¨®n) para ocupar los espacios de los que se les ha privado solo por ser mujeres. Ni hablemos entonces de mujeres racializadas. El patriarcado y el racismo est¨¢n muy presentes y muy arraigados en la sociedad.
Es habitual toparse con situaciones que menosprecian a las mujeres que han llegado a cotas de poder. A veces, incluso, estos ataques los lanza otra mujer. Sucedi¨® hace unos d¨ªas en la C¨¢mara baja. Durante el debate de la ley del solo s¨ª es s¨ª, la diputada de Vox Carla Toscano dec¨ªa a Irene Montero que su ¨²nico m¨¦rito era haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias. Machismo y violencia pol¨ªtica.
M¨¢s paternalismo: hace un par de d¨ªas, en una rueda de prensa de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y su hom¨®loga finlandesa, Sanna Marin, un periodista espet¨®: ¡°Mucha gente se estar¨¢ preguntando si se re¨²nen solo porque tienen una edad similar y muchas cosas en com¨²n o si los neozelandeses pueden esperar a ver m¨¢s acuerdos entre ambos pa¨ªses¡±. Ardern cort¨® al periodista y pregunt¨® si esa cuesti¨®n la habr¨ªan hecho a Barack Obama y John Key (expresidente de Estados Unidos y ex primer ministro de Nueva Zelanda), ya que ellos tambi¨¦n tienen edades similares. Tras esto, se limit¨® a enumerar las relaciones comerciales que mantienen ambos pa¨ªses. Por su parte, Marin, antes de desarrollar su respuesta, zanj¨®: ¡°Nos reunimos porque somos primeras ministras¡±.
Y un tercer caso al que se suma el racismo: la vicepresidenta de Colombia, Francia M¨¢rquez, dijo a Pepa Bueno en una charla enmarcada en el Foro Tendencias que sent¨ªa que el Estado era ¡°propiedad de quienes lo han ocupado toda la vida¡±, refiri¨¦ndose a las familias que han heredado el poder en Colombia. ¡°Ahora que soy vicepresidenta, no tendr¨ªa que estar dici¨¦ndole a los funcionarios p¨²blicos: resp¨¦tenme, soy la vicepresidenta. Si fuera un hombre mestizo o blanco, no tendr¨ªa que decirlo. A m¨ª me toca decirlo todo el tiempo y es desgastante. Tengo que decirlo no solo por mi condici¨®n de mujer, sino por mi condici¨®n de mujer afrodescendiente¡±, afirm¨® en otra respuesta que destac¨® @garcialopezyei1 como una ¡°clase magistral sobre c¨®mo funciona el racismo antinegro en espacios de poder¡±. Otro usuario celebr¨® la dignidad y claridad de sus palabras.
Los comentarios a Montero, Ardern y Marin tambi¨¦n levantaron revuelo en las redes. Muchos usuarios tildaron de asquerosas las palabras de Toscano, otros dijeron que ¡°es la viva imagen de la violencia pol¨ªtica llevada al m¨¢ximo extremo¡± y sobre la pregunta a Ardern y a Marin se dijo que es ¡°insoportable¡±, la representaci¨®n del patriarcado.
Simone de Beauvoir escribi¨® en 1949: ¡°La burgues¨ªa conservadora sigue viendo en la emancipaci¨®n de la mujer un peligro. Uno de los beneficios que la opresi¨®n ofrece a los opresores es que el m¨¢s humilde se siente superior: un pobre blanco del Sur de EE UU tiene el consuelo de decirse que no es un sucio negro, y los blancos m¨¢s afortunados explotan h¨¢bilmente este orgullo. As¨ª, el m¨¢s mediocre de los varones se considera frente a las mujeres un semidi¨®s¡±.
Cuando quien tiene el poder se siente amenazado por el oprimido, llegan los ataques, que a veces son personales. Ocupar el espacio pol¨ªtico es un derecho de todos, hombres y mujeres. Hay que defenderlo.