El malestar de los m¨¦dicos
La sanidad p¨²blica est¨¢ metida en un c¨ªrculo vicioso del que solo se podr¨¢ salir con un plan de choque que aborde la sobrecarga de trabajo y la precariedad laboral
En abril de 2007, el nuevo suplemento de salud y biomedicina de EL PA?S abr¨ªa con un tema titulado El malestar de los m¨¦dicos. Ya entonces se quejaban de consultas masificadas, sueldos bajos, creciente presi¨®n por parte de gestores y pacientes y escasos incentivos profesionales. Poco despu¨¦s lleg¨® la crisis y a partir de 2010 todo empeor¨® con unos recortes que dejaron al sistema sanitario en una situaci¨®n cr¨ªtica. Cuando todav¨ªa no se hab¨ªa recuperado, en 2020 lleg¨® la pandemia. Recibi...
En abril de 2007, el nuevo suplemento de salud y biomedicina de EL PA?S abr¨ªa con un tema titulado El malestar de los m¨¦dicos. Ya entonces se quejaban de consultas masificadas, sueldos bajos, creciente presi¨®n por parte de gestores y pacientes y escasos incentivos profesionales. Poco despu¨¦s lleg¨® la crisis y a partir de 2010 todo empeor¨® con unos recortes que dejaron al sistema sanitario en una situaci¨®n cr¨ªtica. Cuando todav¨ªa no se hab¨ªa recuperado, en 2020 lleg¨® la pandemia. Recibieron muchos elogios y aplausos, pero salieron de ella mucho peor de lo que estaban, con un sistema aquejado de carencias cr¨®nicas agravadas por las sucesivas crisis y un enorme cansancio. El malestar acumulado aflora ahora en forma de huelgas y protestas que amenazan con extenderse.
Hace tiempo que el diagn¨®stico est¨¢ hecho, pero las soluciones no llegan. Los poderes p¨²blicos afirman su compromiso con la sanidad p¨²blica, pero las acciones no lo corroboran. Hoy hay menos m¨¦dicos de atenci¨®n primaria que al comienzo de la pandemia, y en los pr¨®ximos cinco a?os se jubilar¨¢n un tercio de los 42.000 m¨¦dicos de familia y pediatras, y aunque se ha previsto una v¨ªa excepcional para que puedan prolongar su vida laboral a partir de los 65 a?os, eso no frenar¨¢ una hemorragia que tiene muchos boquetes: los que se jubilan, los que se van al extranjero en busca de m¨¢s reconocimiento y mejores salarios, y los que se refugian en la medicina privada. Y los que est¨¢n de baja por depresi¨®n o porque sufren tal agotamiento que dejan de ejercer.
Todas estas fugas incrementan la carga asistencial de los m¨¦dicos que quedan, alimentando un c¨ªrculo vicioso del que solo se podr¨¢ salir con un plan de choque que aborde las dos grandes razones del malestar: la sobrecarga de trabajo y la precariedad laboral. No es aceptable que un tercio de los m¨¦dicos encadenen contratos temporales y que en algunas comunidades, como Canarias, la tasa de temporalidad alcance el 60%. El malestar es intenso en atenci¨®n primaria y los servicios de urgencias, pero tambi¨¦n lo hay en los hospitales, donde la presi¨®n asistencial es tambi¨¦n muy fuerte. Las bajas remuneraciones hacen que muchos m¨¦dicos tengan que hacer guardias abusivas para mejorar el salario.
Las guardias de 24 horas son un ejemplo de soluci¨®n organizativa pensada m¨¢s para atender las necesidades de la propia instituci¨®n que las de los m¨¦dicos y los pacientes. Guardias tan largas implican un mayor riesgo de error. El miedo a equivocarse y el cansancio hacen m¨¢s pesada la carga asistencial que ya soportan. Lo demuestra el hecho de que el 87% de los m¨¦dicos realizan guardias cuando el 60% preferir¨ªa no hacerlas, y el 70% de los m¨¦dicos contin¨²en haci¨¦ndolas a partir de los 55 a?os a pesar de ser voluntarias. No es aceptable que aquellos en cuyas manos est¨¢ algo tan importante como la atenci¨®n m¨¦dica de la poblaci¨®n trabajen en esas condiciones.