La futura ola de doctores jubilados que acecha a la sanidad: el 60% de los m¨¦dicos de familia de Madrid tiene m¨¢s de 50 a?os
29 a?os separan a Pilar Mart¨ªn-Carrillo de su foto en una portada de ¡®El Pa¨ªs Semanal¡¯ con el Rey Juan Carlos: entonces luchaba por una medicina p¨²blica de calidad; ahora, agotada, ha decidido no retrasar su jubilaci¨®n
Veintinueve a?os exactos separan a la Pilar Mart¨ªn-Carrillo fotografiada en la portada de El Pa¨ªs Semanal junto al Rey Juan Carlos de la Pilar Mart¨ªn-Carrillo de ahora. Entonces era una m¨¦dica de familia reci¨¦n salida de la residencia, con 33 a?os, llena de ilusi¨®n ¡°que contaba a los lectores las bondades de la atenci¨®n primaria¡± junto a otros 99 personajes seleccionados para hacer una radiograf¨ªa de la Espa?a de 1993. Ahora, con 62 a?os, el cuento ha cambiado radicalmente. Ni ilusi¨®n, ni bondades. La decepci¨®n por aquello en lo que se ha convertido su profesi¨®n en Madrid arrasa cualquier atisbo de romanticismo. M¨¦dicos destrozados, agobiados, extenuados y, la consecuencia m¨¢s actual, en huelga, la m¨¢s importante en la atenci¨®n primaria que ella recuerda. Pilar Mart¨ªn-Carrillo forma parte de la misma generaci¨®n que Paco Garc¨ªa o Miguel A. Monroy, otro m¨¦dico de familia y un pediatra, tres facultativos con los que ha hablado EL PA?S que forman parte de los 6.000 que est¨¢n a punto, como quien dice, de abrir la puerta de salida y cerrarla para irse a descansar. Un 35% del total. Y sin relevo en el horizonte. El enorme agujero que est¨¢n a punto de dejar les da v¨¦rtigo hasta a ellos.
El 60% de los m¨¦dicos de familia que atienden hoy a los ciudadanos en los centros de salud de la Comunidad de Madrid ven c¨®mo se acercan a su jubilaci¨®n, puesto que en junio de 2021 ya hab¨ªan cumplido los 50. Es m¨¢s, el 25% de ellos ya ha cumplido sus 60 primaveras. Esos dos datos, recogidos en un estudio encargado por el Ministerio de Sanidad, y publicado en enero, alertan del inmenso problema que se cierne sobre el sistema de salud regional: si ahora mismo no hay m¨¦dicos suficientes, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ en 2040? ?C¨®mo atajar esa brecha biol¨®gica, que tambi¨¦n se abre inexorablemente en la especialidad de pediatr¨ªa, donde el 52% de los profesionales de Madrid ya ten¨ªa 50 a?os en junio de 2021 y el 23% m¨¢s de 60?
No hay una respuesta f¨¢cil. Los gestores sanitarios de todo el pa¨ªs le dan vueltas a un problema que se extiende por todo el territorio nacional, aunque la huelga de los profesionales sea hoy noticia en Madrid, una regi¨®n donde la crisis por el envejecimiento de las plantillas de Atenci¨®n Primaria es ligeramente menos aguda que en algunos puntos del resto del pa¨ªs, pero que se mezcla con unas agendas de trabajo asfixiantes, por ser una de las regiones m¨¢s pobladas; y con el agotamiento de dos a?os de pandemia en una de las comunidades donde ha golpeado m¨¢s fuerte.
¡°Los m¨¦dicos de familia de Madrid tienen menor porcentaje de mayores de 60 a?os que el conjunto del Estado: 25,2% frente a 33,2%¡±, concreta Beatriz Gonz¨¢lez L¨®pez Valc¨¢rcel, coautora del informe Oferta-Necesidad de Especialistas M¨¦dicos 2021-2035, catedr¨¢tica por la Universidad de Las Palmas y una de las voces m¨¢s respetadas de Espa?a en el ¨¢mbito de la econom¨ªa de la salud. ¡°En pediatr¨ªa, la diferencia es peque?a: 22,8% frente a 23,3%¡±, a?ade. Y concreta: ¡°La ratio poblacional de m¨¦dicos de familia es menor en Madrid (76,6 por 100.000 habitantes) que en el conjunto de Espa?a (79,9). La ratio de pediatras en Atenci¨®n Primaria (109,4 por 100.000 ni?os en edad pedi¨¢trica) es mayor en Madrid que en el conjunto de Espa?a¡±.
Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, ya avanz¨® en septiembre el cicl¨®n que se avecinaba. ¡°En Madrid, en los pr¨®ximos 10 a?os, se prev¨¦ una p¨¦rdida de m¨¢s de 6.000 facultativos por jubilaci¨®n de los 17.000 existentes¡±, detall¨®. ¡°Eso significa que el 35% de nuestra plantilla se jubilar¨¢¡±, advirti¨®. ¡°Ocurre lo mismo con la enfermer¨ªa: de las 22.000 enfermeras que prestan servicio en la actualidad, se jubilar¨¢n m¨¢s de 5.000, un 23%¡±, sigui¨®. Y reclam¨®: ¡°Hay que actuar ya. Es un problema grave. Un problema de estado¡±.
Hay dos consecuencias importantes que se?alan los que cuelgan la bata. Por un lado, se pierde el valor generacional de aquellos que ayudaron a montar el sistema sanitario en Madrid, cuando se complet¨® el traspaso de las competencias sanitarias a las comunidades aut¨®nomas a finales de 2001. Y no hay recambios: Madrid solo fideliz¨® al 57% de sus M¨¦dicos Internos Residentes (MIR) de medicina de familia y comunitaria en 2022, seg¨²n el Gobierno regional, una cifra que el sindicato Amyts reduce a un p¨ªrrico 10%
Pilar Mart¨ªn-Carrillo, 62 a?os: ¡°Salimos baratos¡±
A Pilar Mart¨ªn-Carrillo le ha gustado siempre dedicarle tiempo a sus pacientes. Es lo m¨ªnimo que puede hacer por ellos esta licenciada por la Universidad Complutense y doctora en Medicina por la Universidad Rey Juan Carlos, adem¨¢s de diplomada en Estad¨ªstica por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona con dos m¨¢steres en ecograf¨ªa cl¨ªnica. Pero eso acarrea retrasos interminables en su agenda, que acaban en crisis constantes, como la de hace un par de semanas, cuando una se?ora comenz¨® a gritarle en mitad del pasillo porque llevaba tiempo esperando.
Personas como esa se?ora no saben que m¨¦dicos como Mart¨ªn-Carrillo terminan a las seis de la tarde cuando deber¨ªan irse al mediod¨ªa y que se van en la mayor¨ªa de los casos sin comer. Si quieren atender bien a sus pacientes, es el precio que deben pagar, aunque no cobren dinero extra por ello. Y si quieren hacerlo en su horario laboral, cada enfermo tendr¨¢ un tiempo muy limitado para que expliquen lo que le pasa, ser explorado, ser escuchado y ser diagnosticado. Es lo que tiene sacar adelante una agenda diaria de 50 pacientes de media, cuando lo estipulado por los organismos internacionales es de 20 o 25.
¡°Mi r¨¦cord en Galapagar [el centro de salud donde trabaja] es hasta las siete de la tarde y lo dej¨¦ porque ten¨ªa que continuar con citas telef¨®nicas¡±. Ese ritmo puede mantenerlo un d¨ªa, dos, tres¡ pero no toda una d¨¦cada, momento en el que Mart¨ªn-Carrillo sit¨²a que el sistema empez¨® a mostrar signos evidentes de rotura. ¡°Si los pol¨ªticos supieran lo que hacemos y lo que podr¨ªamos hacer¡ Es que les salimos barato¡±, lamenta la doctora, que mira la portada de El Pa¨ªs Semanal de 1993 con cierta nostalgia por la Pilar que ve reflejada en la imagen, con ganas de arrancar un sistema sanitario con todas las esperanzas puestas en que funcionara.
¡°Luego nos llaman vagos. como dice la presidenta [Isabel D¨ªaz Ayuso]. Nos duele mucho. Porque los m¨¦dicos de familia s¨®lo trabajamos en la sanidad p¨²blica, muy pocos tienen consulta privada, y hacemos docencia e investigaci¨®n gratis¡±, insiste. Mart¨ªn-Carrillo form¨® parte del equipo liderado por la dermat¨®loga Almudena Nu?o Gonz¨¢lez, del Hospital Universitario La Paz, que descubri¨®, por primera vez en el mundo, que uno de los s¨ªntomas de la covid era el de las alteraciones en la lengua.
¡°El sistema que conocimos tiende a desaparecer¡±, lamenta. ¡°Pero es que hemos ido dejando que nos pasara una apisonadora por encima¡±, a?ade. Lo que pasa ahora, reflexiona, es que los j¨®venes no aceptan ¡°con raz¨®n¡± esas condiciones y se van fuera. La soluci¨®n, en su opini¨®n, pasa por la inversi¨®n y por la contrataci¨®n de m¨¦dicos. ¡°Y porque se cumplan los compromisos alcanzados en 2020, que el Gobierno regional los ha incumplido todos¡±, recuerda. Si no se hace, Mart¨ªn-Carrillo augura un mal futuro. ¡°Acabar¨¢n privatizando la atenci¨®n primaria y ah¨ª se ver¨¢ lo que realmente ten¨ªamos¡±. Por lo pronto, ella no piensa retrasar su jubilaci¨®n hasta los 70 a?os, como tienen permitido. A los 67 se larga.
Paco Garc¨ªa Ruiz, 65 a?os: ¡°No tengo mucha esperanza¡±
Para Paco Garc¨ªa es una mentira como una catedral que no haya m¨¦dicos: ¡°Lo que pasa es que los echamos a patadas¡±. En el centro de salud Las ?guilas donde trabaja, de cinco residentes que terminaron en mayo pasado se qued¨® solo uno en la atenci¨®n primaria. El a?o anterior, la misma pel¨ªcula. Y as¨ª constantemente. ¡°Este problema se ten¨ªa que haber previsto hace a?os para atraerlos a un sitio donde se haga medicina de calidad, donde se pague igual que en los hospitales y donde se controle la demanda asistencial¡±, insiste este veterano, amante de la medicina de familia, profesi¨®n de la que ha vivido enamorado toda la vida, quiz¨¢ desde que ten¨ªa que visitar cada domingo a su padre en el hospital cuando era peque?o hasta que muri¨®, cuando ¨¦l ten¨ªa nueve a?os. Ya entonces quer¨ªa ser m¨¦dico. Ayudar, curar, prevenir. Tres patas con las que ha andado toda su vida.
Gracias a una beca pudo estudiar y gracias a su tes¨®n acab¨® convirti¨¦ndose en el hombre que quer¨ªa ser, algo introvertido, pero pele¨®n, con un empe?o feroz para que el sistema funcione de una manera justa: ¡°Yo ahora peleo por las nuevas generaciones, aunque no tengo mucha esperanza de que cumplan con nada de lo que prometen. Llevo en esto 36 a?os¡¡±
En esas tres d¨¦cadas, ha formado parte del comit¨¦ ¨¦tico de investigaci¨®n cl¨ªnica de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, ha sido asistente voluntario de la unidad de hipertensi¨®n del hospital Cl¨ªnico, profesor asociado de la Universidad Complutense y experto en enfermedades cardiovasculares, uno de los pocos espa?oles que ha publicado en el congreso americano de cardiolog¨ªa. Ahora le quedan 15 meses para cerrar su etapa de m¨¦dico. ¡°Me gusta mi trabajo¡±, insiste, aunque lamenta que en los ¨²ltimos 20 a?os el Gobierno regional, con todos sus gobernantes, hayan pasado ol¨ªmpicamente de ellos.
¡°Esto se est¨¢ hundiendo¡±, suspira. ¡°Si fuera joven yo me largaba tambi¨¦n¡±. Para empezar, porque el sistema ha saltado por los aires. Pedir una ecograf¨ªa a un paciente, por ejemplo, ¡°tarda un a?o¡±. O una colonoscopia. Saturado el sistema, adem¨¢s, la primaria ha dejado de lado lo m¨¢s importante, la prevenci¨®n. ¡°Te pasas el d¨ªa firmando bajas por cosas como que un abuelo no ha ido a un centro de d¨ªa porque se encontraba mal, algo que no tiene sentido, o viendo catarros, cuando lo que debemos hacer es detectar enfermedades por las que la gente se pueda morir, pillar un c¨¢ncer a tiempo, por ejemplo¡±, critica. Por no hablar de su lucha contra las recetas por imposici¨®n de los medicamentos gen¨¦ricos. ¡°No estoy en contra de ellos, pero hay veces que hay medicamentos nuevos que son mejores y desde la direcci¨®n de ¨¢rea te pasan una lista con los medicamentos de primera elecci¨®n. Si al final de a?o no has recetado un n¨²mero determinado de gen¨¦ricos, te pagan menos. No te dan un extra a final de a?o. Pero yo no trabajo por limosna. Si hay un f¨¢rmaco nuevo contra la diabetes que adem¨¢s previene enfermedades cardiovasculares y protege el ri?¨®n, yo voy a recetar ese¡±, insiste.
Garc¨ªa Ruiz reconoce que ya est¨¢ cansado. Que a los 67 se va. Que ver 50 pacientes al d¨ªa no hay quien lo aguante. Y que la inversi¨®n, en todos los sentidos, es lo ¨²nico que puede salvar la medicina del primer muro de contenci¨®n: ¡°Y si eso falla¡¡±
Miguel A. Monroy, 57 a?os: ¡°Somos la puerta de entrada¡±
El pediatra Miguel A. Monroy est¨¢ ¡°del color del volc¨¢n de La Palma¡±. Tanto, que a pesar de ser un defensor nato de la sanidad p¨²blica, que ha sido su ¡°motor¡±, por lo que ha luchado ¡°toda la vida¡±, est¨¢ pensando muy seriamente si irse a trabajar a un hospital privado de la Ruber, que ya le ha tentado varias veces. ¡°Me lo estoy planteando y es posible que me vaya en este pr¨®ximo a?o¡±, avanza, apesadumbrado por el cataclismo que vive en sus propias carnes. ¡°Trabajar as¨ª es desagradable, empiezas a ver a ni?os sin parar y acabas desquiciado¡±, resume. Algunos padres, de hecho, entienden por lo que est¨¢n pasando los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria, pero no es la t¨®nica general. ¡°Algunos llegan y se ponen agresivos, muy tensos, y no son conscientes de que estamos pasando tres o cuatro consultas a la vez¡±, lamenta el pediatra, que consigui¨® una plaza fija tras aprobar las oposiciones en 2002.
Cuando Monroy habla de tres o cuatro consultas se refiere a que los compa?eros se hacen cargo de las citas de los que est¨¢n de baja por un embarazo o por reducci¨®n de jornadas o de los que han pedido un traslado a un hospital. Las bajas no se cubren y los que quedan deben lidiar con sus pacientes y con los de los dem¨¢s. ¡°?C¨®mo vas a dejar a los beb¨¦s sin ver? O a cualquier ni?o. Pero a veces da miedo pasar consulta¡±, insiste Miguel, que trabaja en el centro de salud Lucero, en Carabanchel. Reconoce que ya hay compa?eras enfermeras que dicen que tiene mal humor, aunque lo atribuye a la situaci¨®n l¨ªmite de la atenci¨®n primaria.
¡°Es que los j¨®venes de ahora son m¨¢s selectivos y no lo aguantan todo, como es normal, yo lo entiendo. Y se van al hospital, a otras comunidades, a otros pa¨ªses¡ En mi ¨¦poca hab¨ªa tortas para trabajar, ahora sobre todo hay mucha oferta hospitalaria porque Madrid se ha convertido en un sistema hospitalocentrista. A Escudero le encanta posar delante de un esc¨¢ner de ¨²ltima generaci¨®n, pero tiene a la primaria abandonada¡±, insiste, a la vez que huye de la polarizaci¨®n pol¨ªtica y de la poblaci¨®n sectarizada. ¡°Esto no es ayusofobia. Viene de antes, de otros gobiernos. Y yo soy de los que reconoce que Ayuso ha hecho algunas cosas bien, como las hizo [Manuela] Carmena, pero es que la sanidad¡ La pol¨ªtica est¨¢ en la estratosfera¡±.
El pediatra augura tambi¨¦n una privatizaci¨®n del sistema en que los pacientes van a tener que pagar ¡°a precio de oro¡± por ser atendidos: ¡°Es una pena. La medicina necesita llegar a todos los ciudadanos, y eso es lo que hace la atenci¨®n primaria, nosotros somos la puerta de entrada¡±.
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