La reinvenci¨®n de la extrema derecha en Am¨¦rica Latina
Una lectura r¨¢pida del nuevo mapa pol¨ªtico regional puede mostrar un amplio dominio de la izquierda, aunque se da tambi¨¦n otro fen¨®meno: el ascenso de fuerzas de ultraderecha
Los pasados 18 y 19 de noviembre tuvo lugar en Ciudad de M¨¦xico una nueva edici¨®n de la Conferencia de Acci¨®n Pol¨ªtica Conservadora (CPAC, por sus siglas en ingl¨¦s). Esta cumbre, que se lleva a cabo desde 1974 en Estados Unidos y que anualmente aporta una encuesta que sirve de term¨®metro para definir a los candidatos republicanos m¨¢s duros, solo se hab¨ªa celebrado antes en un ¨²nico pa¨ªs latinoamericano: el Brasil de Jair Bolsonaro, en 2019, 2021 y 2022.
Este a?o, en Ciudad de M¨¦xico, se dieron cita algunos de los principales referentes internacionales del espacio, como los estadounidenses Steve Bannon y Ted Cruz y el espa?ol Santiago Abascal, as¨ª como tambi¨¦n representantes de la derecha regional, como Eduardo Bolsonaro (Brasil), Jos¨¦ Antonio Kast (Chile), Alejandro Giammattei (Guatemala) y Javier Milei (Argentina).
Una lectura r¨¢pida del nuevo mapa pol¨ªtico latinoamericano puede mostrar un amplio dominio de la izquierda -con muchas y diversas sensibilidades- y el progresismo, aunque esconde otra realidad: el ascenso de fuerzas de extrema derecha en toda la regi¨®n. No son Gobierno, pero podr¨ªan serlo. Ese condicional las ubica ya no como mera oposici¨®n, sino como alternativa. Pueden perder elecciones, todav¨ªa, pero ganan peso en sus sociedades de manera sostenida.
Esta nueva posici¨®n, que es resultado de una legitimaci¨®n electoral, les obliga a un cambio de estrategia y discurso. Ya no avivan el sentimiento antidemocr¨¢tico en una regi¨®n en la que, como muestra el Latinobar¨®metro, el 28% de la ciudadan¨ªa es indiferente al tipo de r¨¦gimen pol¨ªtico en el que vive, sino que cuestionan herramientas de este sistema o sus propios resultados. Usan la democracia a su medida. El Presidente Joe Biden ya lo advirti¨® en su importante discurso en Filadelfia el pasado 1 de setiembre: ¡°La democracia no puede sobrevivir cuando un lado cree que solo hay dos resultados en una elecci¨®n: o ganan o fueron enga?ados¡±. Esa es la apuesta: una democracia kleenex.
En este sentido, durante la cumbre mexicana, Steve Bannon sembr¨® dudas, por ejemplo, sobre el voto electr¨®nico y Eduardo Bolsonaro directamente denunci¨® que a su padre le ¡°robaron las elecciones¡±. Con esta probada capacidad competitiva ¡ªque les dej¨® al borde de la victoria en Brasil y Chile, por ejemplo¡ª optan por mantenerse en los m¨¢rgenes del sistema y polemizar con quienes hoy ostentan el poder. No reconocer la legitimidad del rival es la primera condici¨®n -creen- para combatirlo con una estrategia de destrucci¨®n sin descanso. As¨ª, polarizando al m¨¢ximo, secuestran ideol¨®gicamente a sus electores. Es m¨¢s f¨¢cil dividir, casi en mitades iguales e irreconciliables, que permitir avances reforzados de sus rivales.
En un contexto de polarizaci¨®n extrema ¡ªcon niveles r¨¦cord en Estados Unidos y dos d¨¦cadas de continuo crecimiento en Am¨¦rica Latina¡ª estas expresiones buscan alzarse con la representaci¨®n del sentir conservador y liderar la oposici¨®n en sus pa¨ªses. Por ello, Eduardo Ver¨¢stegui, presidente del cap¨ªtulo mexicano de la CPAC y anfitri¨®n del evento, se autoproclam¨® representante de la ¡°verdadera derecha¡± y recuper¨® el concepto de ¡°derechita cobarde¡± que en su momento populariz¨® Santiago Abascal.
Por ¨²ltimo, aunque siguen criticando lo pol¨ªticamente correcto, empiezan a incorporar temas de la agenda global. En esta l¨ªnea, el expresidente polaco y nobel de la Paz, Lech Walesa, una de las sorpresas en el encuentro mexicano, se?al¨® que el cambio clim¨¢tico es un problema real. Esta estrategia, que el consultor pol¨ªtico Dick Morris bautiz¨® como ¡°triangulaci¨®n¡±, consiste en adoptar ideas o propuestas del adversario para disputar su base de apoyos. Algunos sectores de la extrema derecha parecen estar comprendiendo los l¨ªmites electorales del negacionismo clim¨¢tico.
Y la extrema derecha latinoamericana quiere revancha. En La era de los l¨ªderes autoritarios, como advierte Gideon Rachman en el t¨ªtulo de su libro m¨¢s reciente, sus referentes y candidatos ya no son la excepci¨®n, sino la regla. Somos espectadores del ascenso de una nueva generaci¨®n de dirigentes nacionalistas, populistas y con ciertos tintes autoritarios, lo cual ¡°hace m¨¢s dif¨ªcil trazar una l¨ªnea clara entre el mundo democr¨¢tico y el autoritario¡±, destaca el columnista de The Financial Times.
La ultraderecha latinoamericana perdi¨®, pero gan¨®. De minor¨ªa intensa a actor competitivo y posible alternativa de gobierno. En esta fase de madurez y legitimaci¨®n explora la colaboraci¨®n internacional -t¨¦cnica y pol¨ªtica- y redefine sus mensajes para acabar de someter a una derecha tradicional que es v¨ªctima de la polarizaci¨®n. Latinoam¨¦rica es el gran escenario de este aggiornamento para relanzar su oferta nacionalista pero con profundos v¨ªnculos internacionales.
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