El alto el fuego que nadie quiere
Un alto el fuego exige la voluntad de los dos contendientes. No la hay ahora, ni por parte de Putin ni de Zelenski. Piensan ambos que nada ganar¨ªan. Ni siquiera un respiro que les permitiera recuperar fuerzas para seguir combati¨¦ndose
Ucrania lleva todav¨ªa la iniciativa en la contraofensiva terrestre que le ha procurado la recuperaci¨®n de J¨¢rkov y Jers¨®n y se siente con fuerzas para proseguirla, aprovechando que las carreteras, caminos y campos congelados vuelven a permitir el tr¨¢nsito de tanques y veh¨ªculos pesados. En pleno Donb¨¢s, en la ciudad sin aparente valor estrat¨¦gico de Bajmut, sus tropas est¨¢n resistiendo ante la ¨²nica operaci¨®n ofensiva en la que se est¨¢ volcando Mosc¨² para salvar la cara tras el rosario de derrotas sufridas ...
Ucrania lleva todav¨ªa la iniciativa en la contraofensiva terrestre que le ha procurado la recuperaci¨®n de J¨¢rkov y Jers¨®n y se siente con fuerzas para proseguirla, aprovechando que las carreteras, caminos y campos congelados vuelven a permitir el tr¨¢nsito de tanques y veh¨ªculos pesados. En pleno Donb¨¢s, en la ciudad sin aparente valor estrat¨¦gico de Bajmut, sus tropas est¨¢n resistiendo ante la ¨²nica operaci¨®n ofensiva en la que se est¨¢ volcando Mosc¨² para salvar la cara tras el rosario de derrotas sufridas desde el 24 de febrero. La guerra que libra Rusia sobre el territorio es defensiva, con la carne de ca?¨®n de unas tropas escasamente preparadas y pertrechadas y sobre todo las trincheras y las minas terrestres. Es en los cielos donde mantiene la iniciativa con un persistente bombardeo de infraestructuras para dejar a Ucrania a oscuras y en la miseria, sin calefacci¨®n, alimentos, ni asistencia m¨¦dica. En el aire sigue la escalada entre los misiles rusos, muchos de fabricaci¨®n iran¨ª, que caen a diario sobre toda Ucrania, y las defensas antia¨¦reas cada vez m¨¢s sofisticadas proporcionadas por los aliados. En la guerra a¨¦rea se halla el actual punto de desbordamiento fuera de las fronteras ucranias. Los misiles y los drones son disparados en muchos casos desde Rusia y desde los dos mares interiores, el Negro y el Caspio, por lo que no es extra?o que el Ej¨¦rcito ucranio responda con ataques a aer¨®dromos, buques e instalaciones militares situados en territorio ruso o en Crimea. El armamento proporcionado por los aliados de Kiev no se utiliza en estos casos ni se reconoce abiertamente su autor¨ªa, para atenerse a la aceptaci¨®n de los l¨ªmites de una guerra estrictamente defensiva demandados por la OTAN. Respecto a la duraci¨®n de la actual etapa de doble confrontaci¨®n terrestre y a¨¦rea, solo la escasez de armas, munici¨®n y soldados entrenados puede conducir a favorecer una pausa para reparar el armamento y reaprovisionarse. Combatientes no faltan en Ucrania. En Rusia abundan los j¨®venes, pero con poca moral y peor instrucci¨®n. En cuanto a la industria de guerra de uno y otro lado y de sus aliados, est¨¢ ya al l¨ªmite y en cualquier momento empezar¨¢ a flaquear el suministro. Aunque ser¨¢ entonces el momento del alto el fuego, quienes quieran parar la matanza deber¨¢n estar atentos. No basta con que callen las armas moment¨¢neamente. Puede ser peor incluso si luego se reanudan las hostilidades con m¨¢s encono. Para que sirva debe ser permanente y garantizado por las instituciones internacionales. Es decir, se necesita un armisticio, con una l¨ªnea de separaci¨®n entre los contendientes y quien vigile su cumplimiento. Un armisticio no resuelve el conflicto. No es la paz anhelada, que requiere un tratado, aceptado por todos o a veces impuesto. La paz significa la aceptaci¨®n de un nuevo orden que viene a sustituir al orden destruido por la guerra. Imposible sin un cambio de r¨¦gimen en Mosc¨². De una guerra sin vencedores ni vencidos, como sucedi¨® en Corea en 1953, dif¨ªcilmente surge un tratado de paz, sino un armisticio como el que todav¨ªa est¨¢ all¨ª vigente, tal como estos d¨ªas han evocado algunos comentaristas pensando en Ucrania. A Vlad¨ªmir Putin le puede interesar la congelaci¨®n del conflicto que le permita mantener el control sobre Crimea y Donb¨¢s e incluso presentarlo como una victoria, pero jam¨¢s aceptar¨¢ las consecuencias de una guerra de agresi¨®n que no podr¨¢ ganar, si es que ya no la ha perdido. Es decir, responsabilidades penales, reparaciones de guerra, devoluci¨®n de los territorios anexionados y plena soberan¨ªa para una Ucrania que quiere ser europea y atl¨¢ntica.
Ni siquiera se atisba esta paz, la paz justa. Es posible, aunque muy insuficiente, un alto el fuego. Pero se necesita al menos un armisticio que congele el conflicto y termine con tanto horror y tanta muerte.