El declive de Feij¨®o
El problema para el dirigente gallego es que se afianza la idea de que su mejor momento ya pas¨® y que lo que le queda por delante parece una lenta pero inexorable decadencia
En un sistema como el nuestro, en el que la disoluci¨®n de las Cortes es una facultad exclusiva del presidente del Gobierno, y en un tiempo en el que la mayor¨ªa que da apoyo al Gobierno se muestra compacta, la petici¨®n de Alberto N¨²?ez Feij¨®o para la celebraci¨®n anticipada de elecciones generales solo puede entenderse como un recurso meramente ret¨®rico, o como un intento de salida ante la petici¨®n por parte de sus socios de espacio (Ciudadanos y Vox) de que presente una moci¨®n de censura, una operaci¨®n de infausta memoria para el PP.
La petici¨®n de avance electoral que reclama Feij¨®o responde m¨¢s a sus circunstancias personales que al escenario pol¨ªtico general. El ¨²ltimo sondeo del CIS, realizado en medio de la pol¨¦mica desatada por la reforma de los delitos de sedici¨®n y malversaci¨®n, no ha dado respiro al l¨ªder popular. A pesar de que los datos muestran cierta contracci¨®n del voto socialista, Feij¨®o no repunta, es m¨¢s, sigue en retroceso en el espacio circundante del voto popular e incluso entre los propios votantes del PP. Feij¨®o ha perdido brillo. El problema para el dirigente gallego es que se afianza la idea de que su mejor momento ya pas¨® y que lo que le queda por delante parece una lenta pero inexorable decadencia. Por ello reclama elecciones cuanto antes. Es una declaraci¨®n involuntaria de su propia fragilidad futura, como si admitiera que s¨®lo puede obtener un buen resultado si las elecciones se producen lo antes posible, porque a medida que pasen los meses su estrella va a ir declinando de forma irremisible.
La progresi¨®n de Feij¨®o no es diferente a la de otros ¡°efectos¡± pol¨ªticos de los ¨²ltimos a?os. Antes de Feij¨®o, Yolanda D¨ªaz ya hab¨ªa tenido su momento de gloria. La vicepresidenta fue ascendiendo de manera mete¨®rica hasta tocar techo a principios de este a?o. Luego, la ca¨ªda. Lo mismo le hab¨ªa ocurrido al Ciudadanos de Albert Rivera. Despu¨¦s de su gran resultado en las elecciones auton¨®micas catalanas de diciembre de 2017, el voto de los naranja empez¨® a crecer hasta situarlos a la cabeza de las estimaciones de voto en la primavera de 2018. Pasado ese momento, su estrella declin¨® sin remedio. Tambi¨¦n Feij¨®o ha vivido su particular romance demosc¨®pico entre abril y julio, para luego estancarse y empezar la fase de descenso con la llegada del oto?o.
El problema de Feij¨®o ha sido haber aparecido con demasiado tiempo por delante. Un error que muy probablemente no tiene ninguna intenci¨®n de cometer quien le pretenda suceder en el liderazgo del PP, aunque para ello deba alargar la agon¨ªa de Feij¨®o hasta septiembre, como paso ineludible para a continuaci¨®n desplegar una campa?a rel¨¢mpago.
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