El aborto y las viejas jerarqu¨ªas
Las medidas de Vox buscan reactivar una tutela monstruosa que interfiere en la autonom¨ªa de las mujeres
Sabemos que el lenguaje no es inocente, pues las personas lo utilizamos de manera interesada. Por eso, es provechoso reflexionar sobre las palabras y conceptos con los que construimos los debates, y tambi¨¦n sobre los marcos de pensamiento que generan y bajo los que operamos. Uno de actualidad, y ya familiar, es el que afecta al discurso sobre la vida cuando llegamos al tema del aborto: estar a favor de m¨¢s libertades reproductivas suele entenderse como un discurso a favor del derecho a la propia elecci¨®n. El efecto inmediato es deducir que quienes se oponen a esas libertades lo hacen porque se...
Sabemos que el lenguaje no es inocente, pues las personas lo utilizamos de manera interesada. Por eso, es provechoso reflexionar sobre las palabras y conceptos con los que construimos los debates, y tambi¨¦n sobre los marcos de pensamiento que generan y bajo los que operamos. Uno de actualidad, y ya familiar, es el que afecta al discurso sobre la vida cuando llegamos al tema del aborto: estar a favor de m¨¢s libertades reproductivas suele entenderse como un discurso a favor del derecho a la propia elecci¨®n. El efecto inmediato es deducir que quienes se oponen a esas libertades lo hacen porque se posicionan a favor de la vida. Por eso, Vox pretende explicar las medidas propuestas en Castilla y Le¨®n para disuadir a las mujeres de abortar ¡ªcomo escuchar el latido fetal¡ª dentro del marco de una postura ¡°provida¡±. Pero hay otros marcos m¨¢s convincentes y, desde luego, menos sesgados.
Por ejemplo, afirmar aqu¨ª que el aborto es la cobertura legal que protege que las mujeres hablemos por nosotras mismas, un asunto que nos otorga una voz decisiva en algo ¨ªntimamente relacionado con la responsabilidad sobre nuestra propia vida. Las medidas de Vox buscan reactivar una tutela monstruosa que interfiere en nuestra autonom¨ªa, intentando que aparezca otra voz en nuestra conciencia, una que nos dice que es ego¨ªsta hablar y decidir por nosotras mismas en este asunto, que en realidad no es lo que nosotras queremos, que por eso necesitamos ayuda, para pensar bien, porque nuestra propia experiencia, en definitiva, no es una gu¨ªa adecuada para decidir qu¨¦ hacemos ante esta situaci¨®n.
Vox nos devuelve al antiguo paradigma de la disociaci¨®n: el de la mujer que habla y act¨²a pensando siempre en los otros. Imitando a EE UU, hace tiempo que se intenta trasladar a nuestro pa¨ªs ese pensamiento religioso de sus iglesias evang¨¦licas, pero tambi¨¦n de la Iglesia cat¨®lica, que busca derrocar el liberalismo filos¨®fico como la doctrina que define nuestra identidad pol¨ªtica. Se hace a favor de un contramodelo iliberal, pensado meticulosamente para reinstaurar las viejas jerarqu¨ªas. Y eso, la visi¨®n populista de los ide¨®logos religiosos, es lo que lleva a?os inspirando a buena parte del republicanismo estadounidense que identifica el derecho al aborto como su principal frente de batalla. Aqu¨ª queda por ver si la influencia de Vox escinde definitivamente las famosas dos almas del PP, como ya han sufrido los republicanos, pues aunque su c¨²pula haya desautorizado al PP auton¨®mico, a nadie sorprender¨ªa que Ayuso abrazase en Madrid este tipo de medidas. Por eso, conviene no llamarse a enga?o: Vox no tiene una agenda de pol¨ªticas p¨²blicas, sino pol¨ªticas de la brutalidad. Solo as¨ª pueden entenderse esas medidas que buscan derivar a las mujeres que abortan nada menos que a los servicios de salud mental, promoviendo acciones que sit¨²an a la mujer en el concepto religioso de la culpa en lugar de en la responsabilidad; en la muerte en lugar de en la vida; en el miedo en lugar de en la libertad, y en la verg¨¹enza y el estigma en lugar de en una ciudadan¨ªa plena.