Estrategia contra Putin
Alemania aplaza la decisi¨®n sobre los tanques Leopard-2 para lograr un acuerdo com¨²n con los aliados
Alemania no quiere precipitarse. Su nuevo ministro de Defensa, Boris Pistorius, con solo 48 horas de experiencia como titular de la cartera, ha explicado a los 50 aliados reunidos en la base de Ramstein que su pa¨ªs no dar¨¢ luz verde al env¨ªo a Ucrania de los poderosos y sofisticados blindados Leopard-2, de fabricaci¨®n alemana, sin antes hacer un inventario exacto de los 2.000 repartidos por los distintos ej¨¦rcitos europeos y estudiar las ventajas e inconvenientes de su aportaci¨®n al Ej¨¦rcito ucranio. Quienes quer¨ªan un anuncio espectacular en respuesta a las provocaciones, atrocidades y amenazas del Kremlin han quedado decepcionados. Casi coincidiendo con la reuni¨®n, Dmitri Medv¨¦dev, expresidente y hombre de confianza de Putin, ha proferido una nueva amenaza nuclear.
Los 300 blindados pesados que demanda el Gobierno de Kiev a sus aliados son imprescindibles para deshacer las tablas en la actual guerra de desgaste. Son el elemento que puede permitir al Ej¨¦rcito ucraniano una ofensiva que determine este mismo a?o el rumbo del conflicto hacia un desenlace victorioso. A pesar de las derrotas sucesivas de Putin, es evidente el peligro de un estancamiento que congele el conflicto hasta convertir a Ucrania en un campo de ruinas. Dado que el Kremlin es incapaz de ganar, la prolongaci¨®n de la guerra es el ¨²nico camino para no perder, en una victoria por agotamiento del adversario y cansancio de sus aliados.
Alemania no quiere que su decisi¨®n pueda ser interpretada como exclusiva de su Gobierno. Los medios pr¨®ximos a Putin ya han evocado a este prop¨®sito los tanques hitlerianos que penetraron en la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1941 en la Operaci¨®n Barbarroja. De ah¨ª el inter¨¦s alem¨¢n en diversificar el tipo de blindados y sobre todo en la contribuci¨®n de Washington con una partida de carros pesados Abrams. Tiene sentido que una decisi¨®n de tal calibre requiera la m¨¢xima prudencia y consenso entre los aliados de la OTAN y de la UE. Son precipitadas, en cambio, las cr¨ªticas contra Alemania proferidas en EE UU desde las filas del Partido Republicano, donde el putinismo tiene m¨¢s presencia e influencia de lo que ser¨ªa deseable para una democracia.
No deben caber dudas respecto a la contribuci¨®n europea al esfuerzo de Ucrania. Hasta ahora ha sido exclusivamente en la defensa de su territorio y de su poblaci¨®n, pero para que la guerra termine cuanto antes har¨¢ falta un ¨²ltimo y decisivo esfuerzo en ayuda militar. Con la aportaci¨®n de los veh¨ªculos acorazados, Kiev puede frenar el medio mill¨®n de soldados que Putin prepara para su ofensiva de primavera e incluso recuperar el territorio oriental hasta la costa del mar de Azov para aislar a Crimea y regresar a las posiciones anteriores al 24 de febrero pasado, cuando empez¨® la guerra. Y esta no puede ser una decisi¨®n ni una responsabilidad de Alemania, sino solidaria de todos los aliados de Ucrania.
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