Rusia y los guisantes que rebotan en la pared
La democracia en el pa¨ªs de los zares no pudo alimentarse de una trama institucional que la reforzara y le diera vida, lo que a su vez ha facilitado la deriva autoritaria de Putin
La decisi¨®n de los pa¨ªses occidentales de enviar carros de combate a Ucrania confirma que el final de la guerra est¨¢ todav¨ªa lejos. A mediados de enero se supo que en Mosc¨² se penalizar¨¢ severamente a los cientos de miles de personas que han huido del pa¨ªs para evitar ser movilizados o simplemente por estar contra los planes de Vlad¨ªmir Putin. Lo que se quiere es castigar a quien manifieste el menor asomo de duda a prop¨®sito de las consignas del Kremlin...
La decisi¨®n de los pa¨ªses occidentales de enviar carros de combate a Ucrania confirma que el final de la guerra est¨¢ todav¨ªa lejos. A mediados de enero se supo que en Mosc¨² se penalizar¨¢ severamente a los cientos de miles de personas que han huido del pa¨ªs para evitar ser movilizados o simplemente por estar contra los planes de Vlad¨ªmir Putin. Lo que se quiere es castigar a quien manifieste el menor asomo de duda a prop¨®sito de las consignas del Kremlin, como esa que sostiene que no hay que dejar ¡°tirados a los nuestros¡±. Javier G. Cuesta, el corresponsal de este peri¨®dico en Mosc¨², hablaba de ¡°depresi¨®n, resignaci¨®n y deber¡± para referirse a la manera que los rusos digieren lo que est¨¢ ocurriendo. La venta de antidepresivos creci¨® un 48% entre enero y septiembre del a?o pasado (es una pista); en diciembre, el 71% de la poblaci¨®n segu¨ªa apoyando a Putin, seg¨²n la encuesta que realiza el Instituto Levada, un prestigioso centro sociol¨®gico que el Gobierno ha tachado de agente extranjero (esta es otra).
En un reciente libro, La historia de Rusia, Orlando Figes explora los grandes mitos que han servido para construir en distintos momentos la identidad de ese pa¨ªs. Lo ha escrito al hilo de la invasi¨®n de Ucrania y lo termin¨® a finales de abril de 2022. Est¨¢ pegado al presente, pero se refiere al pasado, como si escarbar en la manera en que se ha contado lo que ha sucedido desde la Edad Media sirviera para entender lo que pasa hoy. A ratos tira de consideraciones que remiten a esencias p¨¦treas e inamovibles, a la manera del siglo XIX, y eso obliga a mantener cierta distancia, como cuando se refiere a lo que escrib¨ªa el pr¨ªncipe Nikol¨¢i Trubetzkoy hacia 1921 sobre la psique oriental de los rusos, esa ¡°inclinaci¨®n por la simetr¨ªa abstracta, la tendencia a la contemplaci¨®n y al fatalismo, la primac¨ªa de lo colectivo sobre los intereses individuales¡± y que le permit¨ªa explicar ¡°la naturaleza sagrada de la autoridad mon¨¢rquica y que los rusos aceptasen someterse a ella¡±.
Otras referencias. En la d¨¦cada de 1870, el historiador Ivan Boltin abordaba con melancol¨ªa las iniciativas que tom¨® Pedro el Grande para europeizar Rusia: ¡°Quisimos lograr en pocos a?os lo que requer¨ªa siglos, y comenzamos a construir la casa de nuestra Ilustraci¨®n sobre arena, sin haber sentado unos cimientos firmes¡±. En 1874, uno de los populistas ¡ªA. Anfimov¡ª que se lanzaron en el llamado ¡°verano loco¡± a cambiar las cosas escribi¨®: ¡°El socialismo rebot¨® sobre los campesinos como guisantes contra una pared. Escuchaban a nuestra gente igual que lo hac¨ªan con los curas: con respeto, pero sin que se produjera el menor efecto en sus pensamientos ni sus acciones¡±.
Mucho m¨¢s cerca, Figes cuenta que entre el 20 y el 21 de agosto de 1991 no fue tan grande la multitud que se agolp¨® en Mosc¨² para defender de los tanques al Gobierno de Boris Yeltsin. ¡°No hab¨ªa partidos, sindicatos ni agrupaciones civiles preparados para tomar el poder, como s¨ª ocurri¨® en las revoluciones de Europa del este en 1989¡å, explica. As¨ª que la democracia que llegaba entonces no pudo alimentarse de una trama institucional que la reforzara y le diera vida. Luego ya vino Putin, y la deriva autoritaria. Como si la democracia se hubiera tambi¨¦n estrellado, como guisantes que rebotan contra la pared, en ese inmenso pa¨ªs arrastrado hoy a una guerra que volver¨¢ a dejarlo roto por en¨¦sima vez en su historia.