Becas de justicia
Las nuevas ayudas para los estudios medios y superiores contribuyen a reactivar el renqueante ascensor social
La aprobaci¨®n en Consejo de Ministros de un potente plan de becas supone un compromiso con pol¨ªticas educativas que la socialdemocracia descuid¨® durante demasiado tiempo y deber¨ªa servir para empezar a reparar un ascensor social que ha sido crucial en la historia reciente de Espa?a. El acceso a la educaci¨®n media y superior en condiciones m¨¢s favorables para familias sin recursos fue y sigue siendo uno de los medios esenciales para mitigar la desigualdad social de nacimiento. No son muchos los mecanismos eficaces para corregirla porque los lazos invisibles de clase, los contactos y la red de amistades siguen existiendo como ventajas frente a los m¨¦ritos intelectuales y profesionales. Pero sin una potente preparaci¨®n acad¨¦mica tampoco hay v¨ªa de acceso a empleos mejor retribuidos y de mayor proyecci¨®n social.
El presupuesto para 2023 prev¨¦ una partida in¨¦dita en la historia de la democracia ¡ªde la anterior etapa mejor no hablar¡ª, y se eleva desde los 1.463.649 de 2017 hasta los 2.520 millones de euros actuales destinados a financiar un plan indispensable. El gradual incremento de las ayudas a la ense?anza contrasta con pol¨ªticas como la de la Comunidad de Madrid, de apuesta clara por los centros concertados y por becar a familias de alt¨ªsimos ingresos anuales (por encima de 100.000 euros). Seg¨²n los c¨¢lculos del ministerio, los beneficiarios finales del nuevo plan de becas son en torno a un mill¨®n de estudiantes: los no universitarios obtendr¨ªan unos 1.700 euros anuales de media mientras que los alumnos becados de ense?anza superior alcanzar¨ªan en torno a los 3.100 euros.
El objetivo del plan es tambi¨¦n ayudar a financiar la distancia entre el lugar de residencia y el centro de estudios a trav¨¦s de becas concebidas fundamentalmente para facilitar el acceso sobre todo a los centros universitarios de estudiantes nacidos en la Espa?a rural. De los 1.600 euros actuales la ayuda pasar¨¢ a casi el doble, 2.500, para un colectivo que puede llegar a sumar unos 125.000 j¨®venes. El aumento de las matr¨ªculas universitarias en los a?os de la crisis dej¨® fuera de esos estudios a buena parte de un alumnado que tuvo que cambiar de planes y buscar empleo para equilibrar el presupuesto familiar, y eso explica tambi¨¦n la reciente rebaja de las tasas universitarias y el bloqueo que impuso por ley el ministro Joan Subirats para impedir un eventual aumento en el futuro.
Creer en el mecanismo corrector de las desigualdades sociales que son las becas no significa bendecir una concepci¨®n misericordiosa y caritativa del Estado sino dotar a una mayor¨ªa de la poblaci¨®n sin recursos, herencia ni patrimonio de mecanismos que permitan revertir un futuro condicionado por la pobreza, las dificultades econ¨®micas o la ausencia de precedentes familiares con estudios universitarios. Buena parte de las profesiones liberales, los arquitectos, los m¨¦dicos, los abogados, los periodistas o los catedr¨¢ticos de universidad en activo en este siglo XXI fueron beneficiarios de un sistema de becas que cambi¨® el rumbo vital de centenares de miles de estudiantes sin otra v¨ªa de acceso a los estudios superiores que los presupuestos del Estado. El ideal de un coste cero para la universidad p¨²blica est¨¢ lejos todav¨ªa e incluso es cuestionable, pero el apoyo directo a las familias que significa este incremento hist¨®rico busca compensar la erosi¨®n del nivel de vida que la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha experimentado tras sobreponerse a dos crisis encadenadas ¡ªla Gran Recesi¨®n y la pandemia¡ª y sobrellevar todav¨ªa hoy la actual.
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