Mitigar el Brexit
Si Sunak quiere tener alguna opci¨®n electoral frente a un Partido Laborista desbocado debe empezar a soltar lastre proteccionista y recuperar la actividad comercial perdida
Sin duda, el mayor acto de insurgencia contra el proceso de construcci¨®n europea ha sido el Brexit. Y eso que la Uni¨®n Europea ha pasado por momentos aciagos, como el fiasco de su proceso constituyente en 2005 u otras vicisitudes como la ampliaci¨®n a reg¨ªmenes de signo tan iliberal como enojoso, caso de Polonia o Hungr¨ªa. Pero, en realidad, el gran problema es y ha sido siempre el Reino Unido. No en vano, la pol¨ªtica brit¨¢nica se ha debatido hist¨®ricamente entre su integraci¨®n ¡ªque abraz...
Sin duda, el mayor acto de insurgencia contra el proceso de construcci¨®n europea ha sido el Brexit. Y eso que la Uni¨®n Europea ha pasado por momentos aciagos, como el fiasco de su proceso constituyente en 2005 u otras vicisitudes como la ampliaci¨®n a reg¨ªmenes de signo tan iliberal como enojoso, caso de Polonia o Hungr¨ªa. Pero, en realidad, el gran problema es y ha sido siempre el Reino Unido. No en vano, la pol¨ªtica brit¨¢nica se ha debatido hist¨®ricamente entre su integraci¨®n ¡ªque abraz¨® con su ingreso a la Comunidad Econ¨®mica Europea en 1973¡ª y el afianzamiento de su atlantismo, sin objetar, como dec¨ªa Winston Churchill, que franceses y alemanes erigiesen sus propios Estados Unidos en el continente, para apaciguar sus hist¨®ricas hostilidades y evitar volver a una guerra en la que los brit¨¢nicos tuviesen que involucrarse.
As¨ª, mientras que en el continente la UE es vista como el triunfo de la democracia, la paz, y una oportunidad inmejorable para el libre comercio, para muchos, en el Reino Unido pertenecer a esa misma Europa es percibido como una desviaci¨®n tr¨¢gica del aut¨¦ntico sentir de las islas, la irremisible usurpaci¨®n de su ¡°soberan¨ªa¡± tras la dolorosa p¨¦rdida del Imperio. Ya tras su ingreso en el club de Bruselas, su objetivo fue el obtener el menor grado de aleaci¨®n posible y limitar su contribuci¨®n financiera. M¨¢s tarde, se qued¨® fuera de Schengen, del euro y de la jurisdicci¨®n del tribunal de justicia de las comunidades en relaci¨®n con algunos derechos. A cada amenaza de salida, la Uni¨®n ced¨ªa a sus pretensiones con el prop¨®sito de evitar males mayores.
Al parecer, para los leavers m¨¢s fan¨¢ticos, el Brexit se mantiene como un dogma de fe, impermeable a los indicadores econ¨®micos que revelan lo desacertado de esa opci¨®n. Sin embargo, los partidarios de ¡°salir¡±, la clase media bienestante del sur de Inglaterra, los ¡°cuellos azules¡± del norte industrial, los ¡°perdedores de la globalizaci¨®n¡±, as¨ª como los m¨¢s refractarios con la inmigraci¨®n y el proverbial multiculturalismo brit¨¢nico, ya hace tiempo que vagan por esos mundos, como Di¨®genes con su l¨¢mpara, buscando los beneficios del Brexit. En efecto, pese a esquivar, como el continente, la recesi¨®n de finales de 2022, y con un PIB hibernado, la econom¨ªa brit¨¢nica se ha revelado como el gran enfermo de Europa, la ¨²nica econom¨ªa del G-7 que no ha recuperado los niveles prepand¨¦micos, afectada no solo por la ya mencionada inestabilidad pol¨ªtica, sino tambi¨¦n por el azote de huelgas en el sector p¨²blico que el Gobierno del liberal multimillonario Rishi Sunak es incapaz de atajar, as¨ª como por un mercado laboral en tensi¨®n por la falta de personal cualificado, una inflaci¨®n que se eleva hasta el 9,2%, y un descenso en la productividad a cifras de hace una d¨¦cada, y cuyas causas nadie se aventura a precisar.
Con todo, el premier Sunak acaba de zurcir ¡ªy sin cambiar de vestido¡ª uno de los descosidos m¨¢s vistosos con la UE: la espinosa cuesti¨®n del Protocolo de Irlanda del Norte. La entente, bautizada como Acuerdo Marco de Windsor, tras una reuni¨®n con la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, supone proteger los respectivos mercados y, lo m¨¢s importante, los avances por la paz del Acuerdo del Viernes Santo. El acuerdo se basa, entre otros aspectos, en la creaci¨®n de ¡°l¨ªneas verdes¡± y ¡°l¨ªneas rojas¡± para la exportaci¨®n de mercanc¨ªas de Gran Breta?a a Irlanda del Norte. Las destinadas a permanecer en el territorio pasar¨¢n por la l¨ªnea verde, por lo que se suprimir¨¢ la onerosa burocracia aduanera actual.
El Protocolo tambi¨¦n se ha modificado para que cualquier cambio futuro en materia de IVA e impuestos especiales en el Reino Unido se aplique tambi¨¦n a Irlanda del Norte. E introduce el llamado ¡°freno de Stormont¡± para dar al territorio m¨¢s soberan¨ªa sobre sus leyes, lo que permitir¨¢ a la Asamblea rechazar nuevas leyes de la UE si considera que pueden tener un efecto significativo y duradero sobre la poblaci¨®n y las empresas de Irlanda del Norte. Este mecanismo, de paso, deber¨ªa disipar las dudas brit¨¢nicas sobre el papel del Tribunal de Justicia de la UE en caso de que surjan nuevas disputas.
En suma, el acuerdo difumina cualquier atisbo de frontera en el mar de Irlanda. Aunque ahora deber¨¢ ser refrendado por los legisladores de ambos lados del canal de la Mancha. Habr¨¢ que ver c¨®mo reacciona el ala m¨¢s euroesc¨¦ptica de los tories o los unionistas norirlandeses del DUP. Por delante queda tambi¨¦n una dura prueba pol¨ªtica, a la vista de c¨®mo se ejecute el acuerdo sobre el terreno. Pero, por lo pronto, se trata de una buena noticia. En abril se cumplir¨¢n 25 a?os de los Acuerdos del Viernes Santo. E incluso Joe Biden, que tiene prevista una visita a la zona, ya hab¨ªa advertido de que no acudir¨ªa a la cita si antes no se deshac¨ªa el entuerto. Y todo ello, aunque el acuerdo no sea por la vocaci¨®n europe¨ªsta de Sunak, sino por su pragmatismo. Si quiere tener alguna opci¨®n en las pr¨®ximas elecciones frente a un Partido Laborista desbocado, tiene que mitigar el Brexit. Empezando por soltar lastre proteccionista y recuperar la actividad comercial perdida, calculada en cuatro puntos de PIB y 60.000 millones en impuestos.