Rumbo a Europa, de nuevo
La confianza vuelve a reinar entre Londres y Bruselas, gracias a Rishi Sunak y Ursula von der Leyen
La primera conversaci¨®n trat¨® sobre la guerra y el cambio clim¨¢tico. Cuatro meses han bastado para recuperar lo perdido desde que el Brexit venci¨® en el refer¨¦ndum. Es la confianza, algo tan sencillo como imprescindible entre vecinos y aliados.
Resolver el rompecabezas no estaba al alcance de Boris Johnson, que es quien lo hab¨ªa promovido y l...
La primera conversaci¨®n trat¨® sobre la guerra y el cambio clim¨¢tico. Cuatro meses han bastado para recuperar lo perdido desde que el Brexit venci¨® en el refer¨¦ndum. Es la confianza, algo tan sencillo como imprescindible entre vecinos y aliados.
Resolver el rompecabezas no estaba al alcance de Boris Johnson, que es quien lo hab¨ªa promovido y luego complicado. Hab¨ªa que respetar los acuerdos de paz de Viernes Santo para Irlanda del Norte de hace 25 a?os, que diluyeron la frontera con la Rep¨²blica de Irlanda, y a la vez evitar la creaci¨®n de otra frontera interior dentro del Reino Unido.
Es imposible ocultar los desperfectos que ha dejado la gamberrada pol¨ªtica con la que aquel rubio y despeinado pol¨ªtico conservador se convirti¨® en primer ministro y luego gan¨® abrumadoramente las elecciones. Fue una c¨ªnica exhibici¨®n del arte de crear problemas irresolubles para aprovecharse de los conflictos, con los que arruin¨® la econom¨ªa, dej¨® en el limbo al Ulster, comprometi¨® la integraci¨®n del Reino Unido, lesion¨® la relaci¨®n especial con Washington, envenen¨® el trato con Bruselas e incluso agri¨® la buena vecindad con Francia.
Ha tenido que ser Rishi Sunak, el primer ministro conservador que jur¨® el cargo sobre el Bhagavad Gita, quien ha decidido cambiar el rumbo, buscar soluciones en vez de crear problemas y atender al inter¨¦s general y no al tacticismo electoralista. No son tiempos para bromistas ni gamberros los que atraviesa ahora Europa.
La f¨®rmula t¨¦cnica es impecable. Se salvan dos mercados ¨²nicos distintos sin da?arse mutuamente, con sendos canales de circulaci¨®n de mercanc¨ªas diferenciados seg¨²n su destino: el brit¨¢nico, asociado a la soberan¨ªa nacional, y el europeo, al proyecto de uni¨®n cada vez m¨¢s estrecha que los brit¨¢nicos rechazaron. Es notable el cuidado que merecen las instituciones. Westminster deber¨¢ aprobar la f¨®rmula. Stormont, el Parlamento de Belfast, contar¨¢ en caso de conflicto con un freno de emergencia, al alcance de un tercio de sus diputados. Actuar¨¢n en primera instancia los jueces brit¨¢nicos, pero el ¨²ltimo recurso ser¨¢ del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea. Irlanda del Norte podr¨¢ formar gobierno de nuevo, una vez resuelta tan amarga querella.
Falta la aprobaci¨®n definitiva de los unionistas del Ulster, pero la satisfacci¨®n es general, sobre todo en Washington y en las capitales europeas. No la hay en el Mosc¨² antieuropeo y antiamericano, ocupado en la destrucci¨®n de Ucrania y Europa. Quiz¨¢s ser¨¢ breve el trayecto de Sunak, pero su coraje ha hecho ya historia. Ojal¨¢ otros sigan su ejemplo. La democracia, mejor que la autocracia. Los compromisos, que las querellas sin fin. La cooperaci¨®n multilateral, que el unilateralismo. Incluso es ¨²til la corona: da su nombre al Acuerdo Marco de Windsor y lo acompa?a con un simb¨®lico encuentro entre la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, y Carlos III. De nuevo, rumbo a Europa.