Estado de la coalici¨®n
La concentraci¨®n de conflictos en ¨¢reas sensibles de la agenda pol¨ªtica del Gobierno opaca sus logros contra las crisis
El 8 de marzo es algo m¨¢s que una fecha relevante del calendario reivindicativo del movimiento feminista. En el caso de Espa?a, la fecha afecta al coraz¨®n de la agenda pol¨ªtica de un Gobierno de coalici¨®n que llega a esa celebraci¨®n con su brecha m¨¢s seria y con el movimiento feminista convocando dos manifestaciones diferentes. Salvo sorpresa de ¨²ltima hora, hoy presumiblemente se exhibir¨¢ en el Congreso la divisi¨®n que los dos partidos no ocultan ante la reforma de la ley del solo s¨ª es s¨ª, con Unidas Podemos llegando a acusar al PSOE de ¡°traicionar¡± con ella al feminismo. Los intentos de pactar los t¨¦rminos de la reforma ¡ªimprescindible por la alarma social que han generado las m¨¢s de 720 rebajas de penas y 74 excarcelaciones, aunque pendientes muchas de ellas de los recursos de la Fiscal¨ªa¡ª han sido infructuosos durante varios meses mientras cada partido del Gobierno culpa al otro de falta de voluntad de entendimiento. Se distribuya como se distribuya el porcentaje de responsabilidad que a cada uno corresponde ¡ªel error y empecinamiento de Irene Montero al negar los obvios efectos imprevistos de la ley o la decisi¨®n del PSOE a la hora de promover una reforma sin acuerdo de la principal promotora, la misma Montero¡ª, el Ejecutivo se encuentra en una posici¨®n de fragilidad que perjudica la valoraci¨®n de la acci¨®n de gobierno en muchos otros ¨¢mbitos (incluidos los derechos de las mujeres). La ministra de Igualdad puede verse ante una de sus leyes estrella reformada sin su voto y aprobada con el apoyo de la derecha.
La cutre trama de empresarios intentando sobornar con prostitutas y coca¨ªna a un diputado socialista a trav¨¦s de un delincuente convicto como mediador sigue castigando el h¨ªgado del sector social m¨¢s sintonizado con el Gobierno, que tiene que encajar el regreso a las portadas de la explotaci¨®n de las mujeres, sea cual sea el alcance final de una trama que, por lo conocido hasta ahora, no ha comprometido dinero p¨²blico.
Pero hay otros focos de tensi¨®n que dejan al futuro de la coalici¨®n muy expuesto, a menos de tres meses de las elecciones auton¨®micas y municipales del 28 de mayo. El llamamiento realizado por Pablo Iglesias este fin de semana a negociar cuanto antes las listas electorales para las elecciones generales interpela directamente a Yolanda D¨ªaz ¡ªa quien el propio Iglesias design¨® sin primarias como candidata¡ª y vuelve a tensar las cuerdas entre Podemos y la plataforma Sumar, en marcha a¨²n y nonata, cuya presentaci¨®n formal D¨ªaz ha ido aplazando desde finales del pasado a?o. Todos los hipot¨¦ticos integrantes de Sumar saben que se necesitan y conocen los tiempos electorales en v¨ªsperas, como estamos todav¨ªa, de unas municipales y auton¨®micas.
Es cierto que las coaliciones suelen romperse o agrietarse en las cercan¨ªas electorales, y as¨ª sucede en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos con mayor experiencia. Las pr¨®ximas generales se vislumbran como una doble oferta electoral: de un lado el PSOE y Sumar, del otro el PP y Vox. La actual coalici¨®n es el primer experimento en m¨¢s de 40 a?os de democracia y, pese a la resistencia electoral que revelan encuestas como la publicada ayer por este peri¨®dico, el inter¨¦s pragm¨¢tico y el valor simb¨®lico convierten en un disparate que el final de la legislatura contamine o enturbie retroactivamente la acci¨®n del Gobierno.
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