Asalto a la democracia en Israel
La ultraderecha y Netanyahu basculan hacia el iliberalismo en su af¨¢n de controlar al Tribunal Supremo
La democracia israel¨ª atraviesa una crisis constitucional de consecuencias imprevisibles, v¨ªctima de las maniobras del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu destinadas a socavar la independencia del poder judicial y encaminar a Israel por la senda del autoritarismo iliberal. El proyecto de la coalici¨®n de Gobierno m¨¢s ultraderechista de la historia del pa¨ªs ha provocado ya un masivo rechazo en las calles, que afecta incluso al ej¨¦rcito, la instituci¨®n m¨¢s valorada de la sociedad israel¨ª. La gravedad del choque ha obligado al presidente del pa¨ªs, Isaac Herzog, a intervenir para tratar de alcanzar un acuerdo pol¨ªtico que ponga fin a una situaci¨®n que se agrava d¨ªa a d¨ªa.
Las resonancias con conductas iliberales de gobiernos como el de Hungr¨ªa, bajo la ultraderecha de Orban y su partido Fidesz, redoblan los motivos de inquietud ante los signos de un iliberalismo parad¨®jicamente institucionalizado. Netanyahu y sus partidos aliados de car¨¢cter ultranacionalista y xen¨®fobo justifican la reforma con el argumento de que el Tribunal Supremo opera de manera ideol¨®gica y que merma las decisiones de los poderes democr¨¢ticamente elegidos. Es falso. Lo cierto es que el Tribunal Supremo israel¨ª tiene una acreditada e intachable trayectoria de rigor e independencia en sus decisiones. Incluso organizaciones defensoras de los derechos de los palestinos han recurrido frecuentemente a ¨¦l (con ¨¦xito) en demandas urgentes ante situaciones que se daban tanto en suelo israel¨ª como en los territorios ocupados. Sus decisiones son inapelables, pero Netanyahu y su ministro de Justicia, Yariv Levin, del Likud, quieren que puedan ser revocadas con apenas la mayor¨ªa del Parlamento ¡ªdonde la coalici¨®n liderada por Netanyahu dispone de 64 de los 120 esca?os disponibles, algo que en la pr¨¢ctica supone acabar con la separaci¨®n de poderes. La reforma tambi¨¦n pretende cambiar el sistema de elecci¨®n, dando al Gobierno el control de la comisi¨®n parlamentaria que aprueba la designaci¨®n de los magistrados, y que los asesores jur¨ªdicos del Gobierno (cuyos informes son vinculantes) pasen a ser considerados cargos pol¨ªticos y su opini¨®n rebajada al nivel de ¡°consejo¡±. Netanyahu es el primer jefe de Gobierno en la historia del pa¨ªs que se ha sentado en el banquillo de los acusados durante el ejercicio de su cargo, y se encuentra procesado desde 2020 por tres cargos de corrupci¨®n ¡ªcohecho, fraude y abuso de poder. La reforma ya ha sido aprobada en primera lectura en la Knesset (Parlamento) pero todav¨ªa hacen falta otras dos votaciones.
Se trata de un asalto a la democracia sin precedentes que ha provocado una masiva reacci¨®n en las calles con manifestaciones en Tel Aviv, la ciudad liberal por excelencia de Israel. Las convocatorias han ido subiendo en intensidad y participaci¨®n durante varias semanas y ahora tambi¨¦n cientos de reservistas activos ¡ªentre ellos, pilotos de combate¡ª se han negado por escrito a acudir a los entrenamientos obligatorios hasta que no se dialogue. El jueves fue convocado el denominado ¡°D¨ªa de Resistencia contra la Dictadura¡± y miles personas paralizaron la principal autopista de Tel Aviv y los accesos al aeropuerto Ben Guri¨®n para tratar de impedir, sin ¨¦xito, la salida del vuelo de Netanyahu en viaje oficial a Italia mientras reservistas del ej¨¦rcito bloqueaban los accesos al think tank ultraconservador acusado de idear la reforma.
La gravedad del conflicto ha obligado al presidente Herzog, exl¨ªder del Partido Laborista, a convocar a un grupo de acad¨¦micos de distintas tendencias para que elaborasen un documento de consenso sobre la reforma, pero sin fuerza legal. En su discurso de ayer por la tarde rechaz¨® de forma categ¨®rica la reforma de Netanyahu y pidi¨® el fin de la ¡°pesadilla¡± que vive Israel. El movimiento del presidente busca mitigar el cisma social y rebajar los peores vectores de una reforma que nunca debi¨® llegar al Parlamento de una democracia consolidada: la independencia judicial en Israel sigue amenazada.
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