Contra la penetraci¨®n
Las risotadas de los machos alfa se escuchan alto tras los exabruptos de la secretaria de Estado de Igualdad
Imaginemos la siguiente escena: un jefe, un diputado o un locutor dedica una parrafada a re?ir a los hombres por acostarse con alguien en lugar de masturbarse, con lo bien que el onanismo bien practicado puede ayudarles a librarse de las molestias que suelen conllevar las mujeres. Que ya sabemos de sus malas artes.
Apostamos a que todos, fu¨¦ramos del partido que fu¨¦ramos, reaccionar¨ªamos con enfado, risas, memes y un clamor: ?Qu¨¦ tiene usted que opinar sobre nuestra vida sexual? ?Desde qu¨¦ p¨²lpito me est¨¢ hablando? ?Qui¨¦n le ha dado autoridad en la materia? ?O la vela en este entierro?...
Imaginemos la siguiente escena: un jefe, un diputado o un locutor dedica una parrafada a re?ir a los hombres por acostarse con alguien en lugar de masturbarse, con lo bien que el onanismo bien practicado puede ayudarles a librarse de las molestias que suelen conllevar las mujeres. Que ya sabemos de sus malas artes.
Apostamos a que todos, fu¨¦ramos del partido que fu¨¦ramos, reaccionar¨ªamos con enfado, risas, memes y un clamor: ?Qu¨¦ tiene usted que opinar sobre nuestra vida sexual? ?Desde qu¨¦ p¨²lpito me est¨¢ hablando? ?Qui¨¦n le ha dado autoridad en la materia? ?O la vela en este entierro?
Pues algo as¨ª es lo que ha expresado la secretaria de Estado de Igualdad, ?ngela Rodr¨ªguez Pam, que un d¨ªa se escandaliza porque las j¨®venes a¨²n prefieran la penetraci¨®n patriarcal; otro se carcajea de las excarcelaciones de presos por la ley del solo s¨ª es s¨ª; y otro m¨¢s celebra el coro de voces que lamentan que la madre de Abascal no abortara.
Podemos no parece consciente de que su parroquia no es su p¨²blico, de que este desborda los contornos limitados de su formaci¨®n y de que gobernar es hacerlo para todos. Los exabruptos de Rodr¨ªguez pueden encantar a los suyos, pero generan tanta distancia en los dem¨¢s como el jefe, diputado o locutor que se arroga una sabidur¨ªa que no tiene para hablar de (nuestro) sexo.
As¨ª cierra una semana que muchos preferir¨ªamos olvidar. Las palabras gruesas que se han cruzado PSOE y Podemos en su guerra por la bandera feminista ser¨ªan solo eso, palabras, si no hubieran estado acompa?adas por zancadillas importantes: el PSOE ha presentado una ley de paridad sin la participaci¨®n del Ministerio de Igualdad; Podemos ha votado en contra de una reforma de la ley del solo s¨ª es s¨ª que, pese a su buena intenci¨®n, ha alegrado la vida a 700 agresores sexuales. Y todos han regalado a Vox argumentos para seguir recabando votos al calor del antifeminismo. Las risotadas de los machos alfa se escuchan alto.
Y adem¨¢s, otro exabrupto: hemos llegado a tal punto en la polarizaci¨®n del pa¨ªs que votar lo mismo que el PP se ha convertido en anatema, en motivo de ofensa. Hoy todos deber¨ªan recordar lo siguiente: Ciudadanos se estrell¨® despu¨¦s de establecer una l¨ªnea roja tan estrecha que le imped¨ªa pactar con el PSOE. Queriendo excluirles, se excluyeron ellos. Y ah¨ª empez¨® su ca¨ªda. Podemos deber¨ªa tenerlo en cuenta porque situar al PP en el terreno del veto no excluye a los populares, sino a ellos. El voto de esta semana aun¨® a PSOE y PP. ?Y qu¨¦?