El feminismo solo era un pretexto
La pluralidad intelectual del movimiento contrasta con la intolerancia del enfrentamiento que vemos en el ¨¢mbito pol¨ªtico
En 2018, seg¨²n datos de Metroscopia, el 82% de los espa?oles apoyaba la huelga del 8-M. Cinco a?os despu¨¦s, la mitad de los espa?oles cree que el feminismo no representa a todas las mujeres y que busca el enfrentamiento entre los sexos. Las reivindicaciones justas de igualdad se emplearon como propaganda sectaria. Sirvieron para excluir al centro y a la derecha; no deber¨ªa sorprender que esa din¨¢mica se reproduzca entre los partidos de la coalici¨®n gobernante.
El ¨¦nfasis en una causa hace m¨¢s visibles las inconsistencias: por ejemplo, la incoherencia de defender a las v¨ªctimas e ignorar a una menor tutelada agredida sexualmente. La contradicci¨®n m¨¢s chusca quiz¨¢ sea la del diputado del PSOE que se fue a un burdel unas horas despu¨¦s de que su partido condenara la prostituci¨®n en el Congreso: un momento glorioso que confirma que la picaresca es el g¨¦nero m¨¢s adecuado para retratar Espa?a. Y la m¨¢s clara, el desprop¨®sito de la ley del solo s¨ª es s¨ª: un cambio legislativo impulsado por una combinaci¨®n de p¨¢nico moral, demagogia y c¨¢lculo electoralista, ejecutado con soberbia e ignorancia, que ha resultado en la rebaja de penas a cientos de agresores. A algunas v¨ªctimas, reales o imaginarias, se las apoya con fanatismo lacrim¨®geno; a otras las borran con aspereza. Mujeres con opiniones equivocadas son las principales receptoras de la antipat¨ªa. Su ejecutoria ha fragmentado y desacreditado el feminismo, pero la ministra de Igualdad no reconoce errores y dice que debemos hablar por fin sobre tener relaciones sexuales con la regla: uno se pregunta si eso es lo que debe tratar un ministerio, frente a la atenci¨®n a v¨ªctimas de la violencia o la brecha salarial por la maternidad, y tambi¨¦n en qu¨¦ mundo tan lleno de tab¨²es ha vivido una mujer nacida en 1988.
La pluralidad intelectual del feminismo contrasta con la intolerancia del enfrentamiento en el ¨¢mbito pol¨ªtico. Eso obedece a que es una disputa por el control de las pol¨ªticas de discriminaci¨®n positiva: una cuesti¨®n de poder y recursos. El poder es el elemento central en la refriega y la raz¨®n por la que las noticias de la ruptura del Gobierno pueden ser exageradas: que el PSOE finja no haber tenido nada que ver con la ley del solo s¨ª es s¨ª, o que Podemos llame ¡°fascista¡± a su socio de Gobierno y no abandone la coalici¨®n muestra que las palabras no significan nada, y que fascismo, feminismo y cualquier otra cosa son solo un pretexto: piezas de atrezo en un teatrillo fr¨ªvolo e irresponsable.
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