Penes fachas
Habr¨ªa que analizar por qu¨¦ a tantas mujeres nos sigue gustando algo tan patriarcal, tan anticuado, tan ¡®vintage¡¯ como la penetraci¨®n. ?Ser¨¢ que estamos alienadas y no nos hemos dado cuenta?
Andaba yo anotando en mi agenda la lista de tareas pendientes para alcanzar la igualdad plena entre hombres y mujeres (ya saben: acabar con la violencia, la brecha de g¨¦nero, el fundamentalismo, la divisi¨®n desigual del trabajo, la feminizaci¨®n de la pobreza, la prostituci¨®n y la pornograf¨ªa y el largo etc¨¦tera de asuntos aburridamente cl¨¢sicos), cuando de repente me doy cuenta de que tendr¨ªa que estar preocupada por un tema mucho m¨¢s urgente: el de analizar por qu¨¦ a tantas mujeres nos sigue gustando algo tan patriarcal, tan anticuado, tan vintage como la penetraci¨®n. ?Ser¨¢ que estamos alienadas y no nos hemos dado cuenta, despu¨¦s de millones de a?os, de que esto de meter un pene en una vagina es algo tremendamente cis-heteronormativo blanco hegem¨®nico colonizador? No s¨¦, puede que el mete-saca casposo tenga que ver con algo que en su d¨ªa ser¨ªa importante para la especie, lo de hacer beb¨¦s. Y ya que se ten¨ªan que hacer, la naturaleza nos regal¨® un invento tan maravilloso como el placer, hasta el punto de que seguimos aficionados al sexo, incluso cuando la reproducci¨®n ni siquiera est¨¢ en nuestra mentalidad.
As¨ª pensaba yo hasta que me lleg¨® un v¨ªdeo con unas declaraciones de la muy ¨ªnclita ?ngela Rodr¨ªguez Pam, actual secretaria de Estado de Igualdad, que ha arrojado algo de luz sobre la posible trampa que nos supone a las mujeres esto de seguir teni¨¦ndole cierta inclinaci¨®n, incluso afecto, a los penes. Rodr¨ªguez Pam afirmaba estar muy preocupada porque el 70% de las ni?as y chicas prefieren la penetraci¨®n a la estimulaci¨®n. Que haya encuestas recogiendo datos sobre las preferencias sexuales de chicas y ni?as es, s¨ª, ciertamente sorprendente, m¨¢s si tenemos en cuenta el par de lapsus de la ministra Montero (porque desde la buena fe creo yo que han sido lapsus) hablando del consentimiento de ni?os y ni?as (y ni?es, claro). Pero, bueno, lo que nos toca aqu¨ª es analizar por qu¨¦ las mujeres preferimos follar con otro ser humano que masturbarnos con un objeto a bater¨ªa, esa, seg¨²n la secretaria contra la violencia de g¨¦nero, ¡°arma de matar fachas¡±.
No s¨¦, se me ocurre que, para empezar, igual es m¨¢s divertido. Igual es que el estimulador de cl¨ªtoris resulta poco estimulante a otros niveles, que no te susurra nada al o¨ªdo, es fr¨ªo aunque se llegue a recalentar, no tiene piel, tacto, latido, voz. Qu¨¦ s¨¦ yo, esas cosas que tanto marcan la diferencia entre un aparato comprado y un hombre, que en general suele venir incorporado al ahora tan sospechoso falo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.