Nuevo rumbo de Boric

El objetivo m¨¢s urgente del Gobierno de Gabriel Boric, un a?o despu¨¦s de acceder al poder, consiste en lograr que los puentes con la oposici¨®n de derechas no queden rotos. La complejidad de la labor viene dictada por el escenario inmediato electoral: el 7 de mayo los chilenos regresar¨¢n a las urnas para elegir a los 50 miembros del consejo que redactar¨¢ una nueva propuesta de Constituci¨®n, tras el fiasco del anterior intento. El clima electoral tensa hacia los extremos todas las posiciones. Pero el entendimiento con las derechas no solo parece indispensable para el devenir de Boric y su gesti¨®n, sino para el avance de reformas urgentes por las que la sociedad chilena ha esperado mucho, como la de pensiones. Urge que la conversaci¨®n entre los dirigentes chilenos, tanto del oficialismo como de la oposici¨®n, no se enquiste y mantenga abiertos los canales de comunicaci¨®n.

La semana pasada el Gobierno sufri¨® el peor de sus fracasos legislativos con la derrota en la C¨¢mara de Diputados de la reforma tributaria en la primera etapa. Represent¨® un severo golpe a La Moneda, que se queda sin financiaci¨®n para la misma reforma de pensiones y para un sinn¨²mero de promesas. Pero fue, sobre todo, una muestra de un error de dise?o estrat¨¦gico en la forma en que el Gobierno afronta la discusi¨®n pol¨ªtica. Sin mayor¨ªas en el Parlamento, en ocasiones parece albergar expectativas m¨¢s altas o favorables de lo que aconseja la propia realidad. Boric no solo no cuenta con la derecha, lo que parece evidente, sino que tampoco puede confiar en el pu?ado de parlamentarios no oficialistas que est¨¢n en los extremos y que pertenecen a formaciones emergentes. Como en buena medida sucedi¨® durante la transici¨®n a la democracia, para avanzar parece indispensable la pol¨ªtica como oficio y negociaci¨®n.

El presidente del pa¨ªs, de 37 a?os, ha sido la punta de lanza de una nueva generaci¨®n con poca experiencia, pero evidentes muestras de una nueva profesionalidad. Tras duras derrotas que han marcado tempranamente a la Administraci¨®n, como la del proyecto constitucional en el plebiscito de septiembre de 2022, Boric ha cambiado su dise?o original y ha incorporado a gente m¨¢s experimentada, como la actual ministra del Interior, Carolina Toh¨¢, y, recientemente, Alberto van Klaveren en Exteriores. Es un cambio importante para un movimiento pol¨ªtico que reneg¨® tantas veces de sus padres ¡ªla Concertaci¨®n de centroizquierda que lider¨® Chile entre 1990 y 2010¡ª, pero este giro le entrega al Gobierno las herramientas pol¨ªticas para producir las aproximaciones y pactos necesarios para avanzar hacia mayores niveles de equidad social.

La derecha tradicional, mientras tanto, est¨¢ fuertemente tensionada. Algunos dirigentes j¨®venes, menos conservadores, m¨¢s abiertos a un Chile m¨¢s moderno y menos desigual, tienen que resistir a la tentaci¨®n de endurecerse ante la amenaza electoral de la derecha extrema de Jos¨¦ Antonio Kast, derrotada por Boric en diciembre de 2021. Lo que est¨¢ en juego es el devenir de Chile no solo en 2023, sino en los pr¨®ximos lustros. Sin cambios de fondo en materias como las pensiones y la reforma tributaria que aspira a financiarlas, la sociedad chilena puede volver a impacientarse.