Hacia un consenso del sur global
Nuevos liderazgos pol¨ªticos, mayor cooperaci¨®n internacional y una inserci¨®n internacional inteligente son elementos centrales para este fin
Adam Smith sol¨ªa afirmar que ¡°no puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados¡±. Am¨¦rica Latina se enfrenta al reto de avanzar en su desarrollo sostenible e incluyente, en el marco de su institucionalidad democr¨¢tica y los ritmos que ¨¦sta impone.
La humanidad ha logrado, luego de la segunda guerra mundial, los mayores niveles de bienestar y progreso de su historia. Indicadores de alfabetismo, salud o expectativa de vida as¨ª lo demuestran. Sin embargo, no puede existir espacio para la complacencia ante los retos y las megatendencias a superar.
El fortalecimiento de las clases medias se configura como una de las principales caracter¨ªsticas de este siglo. Seg¨²n las proyecciones de Centennial Group, el 80% de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ de clases medias y con ingresos altos en el 2060. 4.000 millones de personas de las econom¨ªas emergentes integrar¨¢n este segmento en los pr¨®ximos 40 a?os. La gran mayor¨ªa de los habitantes de los pa¨ªses de Asia del Este la conformar¨¢n, mientras que los de Am¨¦rica Latina ser¨¢n el 66% y ?frica el 50%.
No obstante, existen riesgos de retrocesos en la regi¨®n. Las clases medias emergentes ¨Dcomo motores del crecimiento¨D son menos resistentes y pueden caer de nuevo en la pobreza. Su rol es cr¨ªtico para una mayor cohesi¨®n social, menor conflictividad y romper con la transmisi¨®n intergeneracional de la desigualdad. Por ello, se hace necesario consolidar su posici¨®n.
Los denominados Tigres asi¨¢ticos (Corea, Hong Kong, Singapur y Taiw¨¢n) tienen valiosas lecciones que brindar. Su nivel de desarrollo en los a?os 50 era muy similar al de Am¨¦rica Latina. Hoy han alcanzado un ingreso per c¨¢pita similar al de pa¨ªses industrializados. Por ejemplo, el de Singapur es mayor al de Estados Unidos, Francia o Espa?a y nueve veces superior al de Brasil.
Igualmente, lograron la convergencia con las mayores econom¨ªas, mientras que las de Am¨¦rica Latina, no. Estas ¨²ltimas contin¨²an bajo el concepto multidimensional de la ¡°trampa de ingreso medio¡± y han cedido comparativamente espacios en t¨¦rminos de comercio, inversi¨®n, innovaci¨®n y presencia en los principales foros y debates.
Seg¨²n el exministro de Estado de Chile y presidente de CIEPLAN, Alejandro Foxley, la trampa consiste en la dificultad de sostener por ma?s de una de?cada crecimientos superiores a 5%, acompan?ados de reduccio?n de las desigualdades y de consolidacio?n y perfeccionamiento de las instituciones democra?ticas.
Pa¨ªses de Asia del Este ¨Dcon las particularidades de sus reg¨ªmenes pol¨ªticos¨D lograron avanzar al combinar de forma virtuosa diferentes elementos de pol¨ªtica p¨²blica e institucionalidad, incidiendo de forma temprana y estrat¨¦gica en ciertos sectores. En efecto, sus dirigentes se concentraron m¨¢s en la construcci¨®n de visiones de largo plazo; priorizaron las cuestiones econ¨®micas, dejando a un lado los debates ideol¨®gicos; potenciaron la productividad total de los factores; estimularon las tasas de ahorro e inversi¨®n; promovieron el desarrollo humano y la educaci¨®n; favorecieron la distribuci¨®n equitativa de ingresos y activos; invirtieron en infraestructura; innovaron constantemente; impulsaron los cambios de estructuras productivas y sus encadenamientos; abrieron sus econom¨ªas y se orientaron hacia las exportaciones; establecieron un clima de inversi¨®n y empresarial favorables con reglas claras y estables de juego; impulsaron la construcci¨®n de burocracias s¨®lidas basadas en meritocracia, entre otros.
?Est¨¢n los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina siguiendo la ruta de los ¡°Tigres¡±? La regi¨®n tiene aqu¨ª m¨²ltiples lecciones que aprender y valorar las experiencias positivas y negativas. Debe recorrer la mitad del camino que le hace falta y redoblar sus esfuerzos por una transformaci¨®n estructural, bajo una estrecha colaboraci¨®n p¨²blico-privada. Productividad y empleo de calidad est¨¢n en el coraz¨®n del debate.
Hoy es necesario aprovechar el dinamismo tecnol¨®gico de los recursos naturales, imprimir un mayor valor agregado a las exportaciones y modernizar los sistemas educativos para reforzar la innovaci¨®n. Se requiere una estrategia actualizada de desarrollo, que no est¨¦ anclada en el pasado, responda a las nuevas necesidades del siglo XXI y sea sostenible en el largo plazo.
Debemos transitar de las teor¨ªas de Ra¨²l Pr¨¦bisch y del ¡°Consenso de Washington¡± hacia un ¡°Consenso del Sur Global¡± que promueva un desarrollo sustentable, estable y equitativo. Nuevos liderazgos pol¨ªticos, mayor cooperaci¨®n internacional y una inserci¨®n internacional inteligente son elementos centrales para este fin.
El cruce de caminos de nuestro tiempo exige que democracia, desarrollo y justicia social se constituyan en una tr¨ªada virtuosa e indisoluble en cumplimiento de la Agenda 2030.
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