Cooperaci¨®n Sur-Sur: la nueva herramienta del colonialismo chino

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La cooperaci¨®n Sur-Sur consiste en ¡°el mutuo intercambio de herramientas de desarrollo, conocimiento, buenas pr¨¢cticas, pol¨ªticas, tecnolog¨ªa y recursos entre los pa¨ªses del Sur¡±. Es decir, un acuerdo rec¨ªproco en el que ambas partes obtienen un ¡°beneficio¡±. As¨ª es como define China su pol¨ªtica de ayudas en materia agr¨ªcola en ?frica. Al preguntarle a la vicedirectora de la Divisi¨®n de Capacidades de Desarrollo en la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n, Dongxin Feng, cu¨¢l es el beneficio que obtiene China en el negocio, responde: ¡°adquiere una gran capacidad de conocimiento y experiencia¡±.

As¨ª lo entienden en la Organizaci¨®n de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura (FAO), que en la ¨²ltima Conferencia bienal celebrada recientemente en Roma presum¨ªan del papel del gigante asi¨¢tico en esta modalidad de cooperaci¨®n. El embajador chino ante esta agencia, Niu Dun, asegur¨® que gracias a una inversi¨®n de 80 millones de d¨®lares en los ¨²ltimos a?os, ¡°China es el principal aportador en este programa¡±, que se desarrolla bajo el paraguas de la FAO. En este caso se trata m¨¢s bien de la llamada cooperaci¨®n triangular, en la que un organismo ¡ªen este caso la agencia de la ONU¡ª coordina la relaci¨®n entre otros dos o m¨¢s pa¨ªses. El director general de la agencia de las Naciones Unidas, Jos¨¦ Graziano da Silva, se permiti¨® bromear para pedir que Pek¨ªn siguiera inyectando dinero en estos proyectos.

Son reales, se pueden tocar. Y para dar cuenta de ellos estuvieron representantes de Uganda o Namibia, donde la tecnolog¨ªa china ha modificado la forma de cultivar. Ambos pa¨ªses destacaron la buena acogida de sus respectivos Gobiernos como se?al de que la irrupci¨®n china era positiva. Namibia agradeci¨® con un v¨ªdeo que estos proyectos ¡°han mejorado su seguridad alimentaria¡±, uno de los principales retos de las Naciones Unidas, que en 2015 se comprometieron a erradicar el hambre como parte de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estos dos son s¨®lo algunos de los ejemplos de la pol¨ªtica china, reflejada en otro v¨ªdeo de indisimulado car¨¢cter propagand¨ªstico. M¨¢s de 1.000 expertos mandados a 26 pa¨ªses de ?frica, Asia, el Sur del Pac¨ªfico, Latinoam¨¦rica o el Caribe, gracias al programa de cooperaci¨®n de la FAO. Casi el 60% de esta iniciativa est¨¢ copada por el pa¨ªs asi¨¢tico. ¡°Somos una naci¨®n en desarrollo, que basa su crecimiento en la solidaridad con otros pa¨ªses del Sur¡±, dec¨ªa el embajador chino ante un p¨²blico repleto de connacionales.

Que la segunda econom¨ªa del mundo en t¨¦rminos absolutos sea o no un pa¨ªs en desarrollo podr¨ªa ser objeto de debate. Que trate como iguales a socios como Namibia o Uganda parece ya menos cre¨ªble. El concepto de la cooperaci¨®n Sur-Sur naci¨® en la Conferencia de Bandung (Indonesia) en 1955. Se inspir¨® en el rechazo al colonialismo de los Pa¨ªses No Alineados y estuvo protagonizada por un grupo de pa¨ªses asi¨¢ticos y africanos, a los que se unir¨ªan dos d¨¦cadas m¨¢s tarde los sudamericanos. Era el contexto de la Guerra Fr¨ªa, algo ha cambiado desde entonces.

China representa una cuarta parte del comercio exterior del ?frica subsahariana

Un informe elaborado por los acad¨¦micos Kevin Gray y Barry K. Gills, de la Universidad de Sussex y la de Helsinki, respectivamente, da cuenta de que Brasil, Sud¨¢frica, India y China han abanderado en los ¨²ltimos a?os este modelo asistencial. ¡°Existe un patr¨®n de neocolonialismo comercial en la forma en la que China exporta productos b¨¢sicos e importa materias primas¡± de los pa¨ªses en desarrollo. Seg¨²n un estudio del Banco Mundial, este pa¨ªs representa una cuarta parte del comercio exterior del ?frica subsahariana, mientras que las importaciones suponen cerca del 5% debido a las pol¨ªticas proteccionistas chinas.

¡°Los receptores han acogido positivamente las aportaciones de la cooperaci¨®n Sur-Sur como asistencia al desarrollo. Pa¨ªses como China han creado m¨¢s tarde socios en infraestructuras y parques industriales¡±, se?ala tambi¨¦n otro estudio de Homi Haras para el Instituto Elcano. El informe destaca tambi¨¦n que China no ofrece el presupuesto destinado al desarrollo, por lo que no puede compararse con la actuaci¨®n de los pa¨ªses occidentales.

R¨¦plicas como Yanbing Zhang, Jing Gu y Yunnan Chen para el Instituto de Estudios para el Desarrollo ¡ªun organismo con sede en Reino Unido¡ª sostienen que las cr¨ªticas a las donaciones de pa¨ªses como China est¨¢n imbuidas de ¡°la idea de Occidente de que ayudar a los pa¨ªses pobres debe ser una obligaci¨®n moral¡±. ¡°China se presenta como un pa¨ªs pobre en desarrollo y por eso no asume una autoridad superior con los dem¨¢s¡±, a?aden.

Las Naciones Unidas destacan el papel de liderazgo de China en los proyectos bajo su amparo en los ¨²ltimos a?os. De los 16 millones de d¨®lares invertidos por todos los pa¨ªses entre 2009 y 2015 a trav¨¦s de la cooperaci¨®n triangular ¡ªcon el organismo multinacional como nexo de uni¨®n¡ª, m¨¢s de siete procedieron de China. Cifras incomparables con la ayuda al desarrollo de los pa¨ªses pertenecientes al comit¨¦ de asistencia de la OCDE, que en 2015 aportaron 131.433 millones de d¨®lares.

Ni siquiera los datos se pueden confrontar con lo invertido en cooperaci¨®n Sur-Sur por los pa¨ªses latinoamericanos, por ejemplo, muy activos desde la d¨¦cada de los noventa. La diferencia china colabora m¨¢s con los organismos multinacionales, que s¨ª cuantifican las cantidades invertidas.

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