Salir de Twitter no es una opci¨®n
La magn¨ªfica herramienta de informaci¨®n en tiempo real, de comunicaci¨®n pol¨ªtica, de intercambio de conocimiento, de di¨¢logo global que ha sido la plataforma est¨¢ mutando en un entorno confuso y desordenado donde la realidad y la impostura se cruzan naturalmente
Si tiene usted pocos escr¨²pulos y busca una bocanada de gloria en Twitter, este es su momento. La ¨²ltima ocurrencia de Elon Musk de eliminar todo signo distintivo entre cuentas ¡°verificadas¡± con la marquita azul y cuentas con la misma insignia gracias a un pago previo, abre un campo infinito para la suplantaci¨®n de identidad. Nunca fue tan f¨¢cil emular o trolear a celebridades de todo pelaje. S¨®lo necesitamos un poco de ma?a para copiar la apariencia del perfil que queramos suplantar y ocho euros. Es el precio de una suscripci¨®n mensual al programa Twitter Blue, con el que obtendremos la insignia azul que aportar¨¢ veracidad y empaque a nuestra cuenta suplantadora. Entonces, solo habr¨¢ que esperar que piquen los primeros incautos que ya no pueden distinguir entre los perfiles reales y los perfiles de pago, sean aut¨¦nticos o no.
La nueva pol¨ªtica de Twitter de suprimir la distinci¨®n entre cuentas verificadas ha abierto estos d¨ªa la puerta a un primer y revelador festival de la confusi¨®n dentro de la plataforma. Pocas horas despu¨¦s de su entrada en vigor, aparecieron cuentas con insignia azul similares a la de la actriz Gwyneth Paltrow, el pol¨ªtico Ted Cruz o el propio Elon Musk, con aportaciones a cada cual m¨¢s descacharrante. ¡°?Qui¨¦n necesita una marca de verificaci¨®n azul cuando tiene un huevo de jade?¡±, preguntaba la falsa verificada Paltrow. Las imitaciones llegaron a cuentas oficiales como el presunto perfil de una comisar¨ªa de polic¨ªa de Los ?ngeles desde el que los polic¨ªas confesaban pegar a sus mujeres. La cuenta fue eliminada, si bien la aportaci¨®n de los falsos agentes recibi¨® m¨¢s de 300 me gusta.
Lol pic.twitter.com/OIa8eSMbKf
— Jepps (@jESSPEEBEE) April 1, 2023
Parec¨ªa imposible convertir a Twitter en una herramienta inservible pero Elon Musk lo est¨¢ consiguiendo. A los problemas t¨¦cnicos, la amnist¨ªa de perfiles ultras, el aumento de la desinformaci¨®n y las cuentas que aterrizan en tu m¨®vil sin que las sigas, se a?ade esta disfunci¨®n notable que, si el nuevo patr¨®n no lo remedia, transformar¨¢ a la red social en un plataforma, sencillamente, imposible de gestionar. La magn¨ªfica herramienta de informaci¨®n en tiempo real, de comunicaci¨®n pol¨ªtica, de intercambio de conocimiento, de di¨¢logo global que ha sido Twitter est¨¢ mutando en un entorno confuso y desordenado donde la realidad y la impostura se cruzan naturalmente y cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil encontrar las contribuciones de aquellos tuiteros con los que antes era posible tejer complicidad e interesantes intercambios de ideas.
Y ahora, ?qu¨¦ hacemos? ?Ha llegado el momento de cerrar la cuenta y salir para siempre porque Twitter ya no se merece el tiempo que invertimos en esta red? Es una posibilidad, aunque les confieso que no es mi opci¨®n. A pesar de las dudas que genera su futuro, Twitter sigue siendo un poderoso campo de batalla para la comunicaci¨®n. La mutaci¨®n que ahora experimenta la hace especialmente favorable a los actores de la desinformaci¨®n y de los discursos del odio. Salir de Twitter ser¨ªa regalar a los enemigos de las democracias una potente lanzadera de manipulaci¨®n a gran escala. No queda otra que quedarse. El Twitter de 2023 necesita el relato de todo lo feo que, quiz¨¢s, est¨¦ por llegar: precisa de ojos que lo observen, expertos que lo analicen y de medios y periodistas que levanten las alfombras de la viralidad, esta t¨¦cnica que forja, a golpe de bots y trolls, los nuevos estados de opini¨®n. Con el uso de t¨¦cnicas de inteligencia artificial la capacidad para generar impostura no tiene l¨ªmites. Conviene quedarse a observar.
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