Vuelven los serenos, vuelve el miedo
Si algo comparten la derecha y la izquierda es el retrato de una sociedad en quiebra y cada vez m¨¢s violenta, necesitada de vigilantes. Difieren en las causas y en los culpables, pero no en el fondo
?douard Fr¨¦d¨¦ric-Dupont fue un caso extremo de supervivencia pol¨ªtica. Fue diputado 37 a?os en cuatro periodos y en tres rep¨²blicas distintas, la tercera, la cuarta y la quinta. Se sent¨® por primera vez en la Asamblea Nacional de Par¨ªs en 1936 y se levant¨® por ¨²ltima vez en 1993, dos a?os antes de morir de viejito. Su apego al esca?o era tan vigoroso que fue petainista en la guerra y resistente en la posguerra. Ni el m¨¢s pertinaz de los gatos tuvo tantas vidas. En su ¨²ltimo libro, Una salida honrosa, ?ric Vuillard lo recuerda en los a?os 50, cuando le llamaban Dupont des Pipelettes, es decir, ¡°de las cotillas¡±, porque promovi¨® una ley que coloc¨® de porteras a las mujeres de los polic¨ªas, con lo que no solo content¨® a los mal pagados agentes, sino que arm¨® una red eficac¨ªsima de esp¨ªas a su servicio. A las madejas de secretos y secretillos que lio con ella debi¨® su apoltronamiento vitalicio.
Hoy no usar¨ªamos un palabro tan machista como cotilla, pero habr¨ªa que ir pensando alg¨²n sobrenombre para los pol¨ªticos que rescatan la figura del sereno, pues amenaza con ser una de las propuestas estelares de los programas en esas municipales que se nos vienen encima. Ni un barrio sin sereno, parece ser la consigna, una de las pocas que trascienden la polarizaci¨®n. La propuso Vox en 2019, la ha sacado alguna vez Ciudadanos, la han implantado alcaldes de izquierda, casi todos socialistas (Gij¨®n, Cornell¨¤, Santa Coloma de Gramanet¡), y tiene muchos amigos en ese territorio sin ley al oeste del r¨ªo Pecos donde se retan a duelo D¨ªaz e Iglesias.
Vuelven los serenos porque los pol¨ªticos azuzan el miedo. Si algo comparten la derecha y la izquierda es el retrato de una sociedad en quiebra y cada vez m¨¢s violenta, necesitada de vigilantes. Difieren en las causas y en los culpables, pero no en el fondo: que la calle es peligrosa, aunque la estad¨ªstica demuestre lo contrario. Si la estrategia funciona para los vendedores de alarmas, ?por qu¨¦ no va a servir para ganar unas alcald¨ªas? Los mismos votantes que se espantan del autoritarismo policial de China aplauden que sus barrios se llenen de ojos cotillas que saben si han fumado aunque se lo oculten a su pareja o si se meten en el bar cuando dicen que salen a hacer deporte. Los serenos nos protegen de terrores nocturnos imaginarios, para alegr¨ªa de los Dupont que les garantizan la paga y cuentan con su fidelidad para mantener al electorado en un estado ¨®ptimo de histeria.
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