Periodismo bajo amenaza
La intimidaci¨®n, la c¨¢rcel o el asesinato siguen presentes para los informadores en buena parte del mundo
De Rusia a Latinoam¨¦rica, China o el Magreb, la prensa est¨¢ bajo amenaza. La violencia contra los periodistas, ejercida de m¨²ltiples formas a trav¨¦s del acoso, la censura gubernamental, la intimidaci¨®n, la c¨¢rcel y el asesinato, sigue presente. En las ¨²ltimas semanas se han dado varios episodios que no solo deben elevar la preocupaci¨®n de autoridades locales y organismos internacionales, sino que exigen una condena un¨¢nime y una respuesta inmediata. La libertad de informaci¨®n no es una etiqueta vac¨ªa y tampoco basta con reconocerla sobre el papel o decretarla. El periodismo necesita de condiciones b¨¢sicas para su ejercicio: una de ellas es la seguridad y otra el respeto del poder pol¨ªtico y del resto de poderes.
La amenaza m¨¢s extendida para los reporteros llega del crimen organizado, las mafias, los carteles y la delincuencia. No obstante, a veces el peligro anida en los palacios de gobierno. La invasi¨®n rusa en Ucrania, donde el a?o pasado fallecieron 12 comunicadores, seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de Periodistas (IFJ, por sus siglas en ingl¨¦s), repercute tambi¨¦n lejos de los frentes de guerra. El pasado 30 de marzo fue detenido en la regi¨®n de los Urales el corresponsal de The Wall Street Journal, al que el Kremlin acusa de espionaje. La primera decisi¨®n del juez fue mantener a Evan Gershkovich en prisi¨®n preventiva, mientras su caso ha sido declarado alto secreto.
Al mismo tiempo, el periodismo est¨¢ cada vez m¨¢s cercado en el Magreb. Un reciente informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) alerta de los retrocesos que sufren, por ejemplo, Marruecos, que quiere acabar con la autorregulaci¨®n; Argelia, cuyas autoridades buscan restringir el secreto profesional, o T¨²nez, donde fue encarcelado el director de la principal emisora de radio en medio de una redada contra opositores. De acuerdo con ese estudio, Noruega, Dinamarca, Suecia, Estonia y Finlandia son los pa¨ªses en los que m¨¢s se respeta la libertad de prensa. A la cola, Corea del Norte y, a cinco posiciones de distancia, China.
En Am¨¦rica Latina el oficio de informar nunca ha dejado de ser una actividad de riesgo. El caso de Rafael Moreno, un reportero que se jugaba la vida denunciando la corrupci¨®n local en una de las regiones m¨¢s violentas de Colombia, es uno de los m¨¢s recientes. Fue acribillado por un sicario el pasado octubre y sus investigaciones pudieron seguir porque antes del ataque entr¨® en contacto con el consorcio Forbidden Stories, que re¨²ne a m¨¢s de 30 medios internacionales, entre ellos EL PA?S, The Guardian o Le Monde. M¨¦xico se ha convertido en el lugar del planeta m¨¢s peligroso para ejercer la profesi¨®n de periodista. Al sur, las cosas no cambian. No mueren tantos como en M¨¦xico, pero la persecuci¨®n es atroz. El exilio, cuando no la c¨¢rcel, forma parte ya de la rutina de muchos periodistas, de Bolivia a Honduras o Guatemala, donde uno de los estandartes de este oficio, Jos¨¦ Zamora, permanece en prisi¨®n. La situaci¨®n en Centroam¨¦rica sigue siendo m¨¢s que preocupante: en El Salvador, un diario como El Faro, que ha destapado la corrupci¨®n de todas las capas del poder, se ha visto obligado a mover sus operaciones a Costa Rica ante la persecuci¨®n del r¨¦gimen de Nayib Bukele. Ni qu¨¦ decir de Nicaragua, donde la autocracia de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha expulsado a la pr¨¢ctica totalidad de los informadores, que trabajan en su mayor¨ªa desde Costa Rica. El panorama es desolador y reclama actuaciones inmediatas por parte de los organismos internacionales. Apela tambi¨¦n a la sociedad en su conjunto cuando tantos intereses tratan hoy de desprestigiar en todo el mundo a uno de los elementos esenciales de cualquier democracia.
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